Crisis en Jerusalem - La Permanencia de la Situaciones Temporarias - El Árbol Testigo - Preparativos para Shabat 2
No. 310
Horario de velas en Montevideo
13 de junio 17.22
Behaaloteja
CRISIS EN JERUSALEM
Por Menajem Feldman
Hace más de 2000 años, el 14 de Nisán, día en el que se nos ordena ofrecer la ofrenda de Pésaj, coincidió con Shabat. Los líderes del pueblo judío de aquel entonces, los Hijos de Beteira, no se decidían si la ofrenda debía presentarse en Shabat.
El Talmud relata que Hillel fue el único de los sabios que conocía la respuesta. Hillel citó el versículo de Behaaloteja: “Los hijos de Israel ofrecerán el sacrificio de Pésaj en su tiempo señalado” (Bamidbar 9:2), y enseñó que la ofrenda debía presentarse en su tiempo señalado, incluso si este era Shabat.
El Talmud continúa relatando que, al conocer la respuesta, los Hijos de Beteira renunciaron a su cargo e inmediatamente designaron a Hillel líder sobre ellos.
¿Por qué era tan importante esta pregunta? ¿Por qué los líderes dependían de la aclaración de esta ley? La dicotomía
La ofrenda de Pésaj, que se analiza en la parashá de esta semana, es una anomalía, ya que no encaja perfectamente en ninguna de las categorías de ofrendas. Existen dos categorías de ofrendas en la Torá: las comunitarias y las personales. Las comunitarias, como las ofrendas diarias, las de Shabat y las festivas, se ofrecían en momentos específicos en nombre de toda la comunidad. Las ofrendas personales no tenían un horario específico y eran ofrecidas por cada persona en su propio nombre. Las ofrendas personales incluían las ofrendas de acción de gracias y las ofrendas por el pecado.
Solo las ofrendas comunitarias se sacrifican en Shabat. La pregunta que los Hijos de Beteira se plantearon fue: "¿Cuál es el aspecto predominante de la ofrenda de Pésaj? Si el aspecto personal es el predominante, entonces no debemos ofrecerlo en Shabat; si el aspecto comunitario es el predominante, entonces sí debemos".
Por un lado, la ofrenda de Pésaj debía ofrecerse en un horario específico, la tarde del 14 del mes hebreo de Nisán; tener un horario específico es una característica de la ofrenda pública. Por otro lado, se ordenó a cada individuo unirse a un grupo, participar en la ofrenda y luego consumir la ofrenda de Pésaj. Esto la hace similar a la ofrenda personal, que no podía ofrecerse en Shabat.
Di-s nos ordenó ofrecer la ofrenda de Pésaj cuando salimos de Egipto y nos convertimos en nación. Por lo tanto, la ofrenda de Pésaj sugiere cómo debemos definirnos como nación.
En general, hay naciones cuyos sistemas de gobierno priorizan el bienestar colectivo, incluso a expensas del ciudadano individual. Hay otros sistemas de gobierno que priorizan los derechos del individuo, incluso si estos derechos afectan el bienestar de la sociedad.
La ofrenda de Pésaj nos enseña que el judío debe considerarse tanto miembro de la colectividad como individuo. Por un lado, el judío no puede preocuparse solo por sus propias necesidades. Cada individuo debe considerarse un órgano vital del pueblo judío y es responsable del bienestar material y espiritual de cada judío. Por otro lado, el judío no puede mirar a su alrededor y decir: "Solo soy parte de un colectivo, y como individuo, no soy importante".
La ofrenda de Pésaj nos enseña que en nuestro ADN judío hay una característica tanto individual como colectiva: "Sí, soy miembro del colectivo, parte de una entidad mayor, pero, al mismo tiempo, soy un individuo con cualidades, responsabilidades y derechos, imbuido por Di-s con una personalidad única, dones únicos y una misión única".
La pregunta que Hillel respondió no era solo una pregunta técnica y específica sobre la ofrenda de Pésaj. Era una pregunta fundamental sobre la filosofía subyacente de las leyes judías: ¿Predomina el aspecto comunitario o el personal? Hillel enseñó que, si bien somos individuos y parte de una comunidad mayor, el aspecto comunitario es el dominante.
Hillel reconoció que equilibrar ambos elementos es el secreto no solo para llevar una vida plena, sino también para la supervivencia misma de la nación judía. Por eso proclamó, en la Ética de los Padres: “Si no soy para mí, ¿quién lo será? Y si solo soy para mí, ¿quién soy?”
LA PERMANENCIA DE LAS SITUACIONES TEMPORARIAS
"Por orden de D-os acampaban y por orden de D-os viajaban." (Bamidbar 9:23)
El pueblo judío nunca sabía por adelantado cuánto tiempo se quedaría en un campamento dado; podía ser por un día o por años. Sin embargo, erigieron el Tabernáculo por completo en cada campamento, siguiendo las instrucciones de D-os de mantener el Tabernáculo en funcionamiento todo el tiempo.
Esto nos enseña dos lecciones importantes. Primero, que debemos reconocer que es D-os quien nos guía a través de todos nuestros viajes en la vida, sean geográficos, emocionales, mentales o espirituales. Por supuesto que debemos hacer nuestros propios planes basados en nuestros objetivos de vida, pero al mismo tiempo, debemos estar concientes del hecho de que D-os sabe cuándo es mejor para nosotros quedarnos o movernos a la siguiente estación en la vida, y que Él arregla las cosas de acuerdo a eso.
Segundo, que no debemos “poner nuestras vidas en pausa” cuando estamos en una situación temporaria. Dado que D-os está más allá del tiempo y espacio, cuando nos conectamos con Él aunque sea por un momento, ese momento dura para siempre. Tanto si un viaje personal dura un día o una década, lo podemos convertir en un santuario, imbuido con la permanencia eterna de la presencia de D-os.
Likutei Sijot, vol. 2, pág. 687.
Números (Bamidbar) 8:1 – 12:16
La tercera sección del libro de Números abre con D-os diciéndole a Moisés que le instruya a Aharón cómo encender (Behaalotejá en Hebreo) las lámparas del Candelabro del Tabernáculo. Continúa con las preparaciones finales para la partida del pueblo judío del Monte Sinaí y los eventos que ocurrieron en su primer parada en el desierto.
EL ÁRBOL TESTIGO
Por Yerachmiel Tilles
La fortuna había dado un giro para un judío, otrora adinerado, que vivía en la ciudad marroquí de Rabat. Se vio obligado a abandonar su hogar y vagar de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo en busca de una oportunidad de negocio adecuada que le permitiera mantener a su numerosa familia que dependía de él.
Experimentó muchas dificultades, pero mantuvo su fe en Aquel que todo lo provee. Finalmente, tras varios intentos fallidos, logró amasar una importante cantidad de dinero. Ahora podría regresar a casa.
De camino, pasó por la ciudad de Sali, no lejos de Rabat. Como ya era bastante tarde el viernes, decidió que sería mejor quedarse en Sali para Shabat. Un buen amigo de su juventud, a quien no había visto en muchos años, vivía allí, y sabía que encontraría una cálida bienvenida en su casa. En cuanto su amigo lo vio, insistió en que su invitado sorpresa se quedara para Shabat. El cansado viajero aceptó la invitación con alegría. Antes de encender las velas, le entregó su bolsa de dinero a su anfitrión para que la guardara y así no tener que preocuparse por ella durante el Día de Descanso.
El sábado por la noche, el viajero ansiaba llegar a casa. Inmediatamente después de la Havdalá, le pidió a su amigo que le devolviera la bolsa.
"¿De qué hablas?", negó su anfitrión. "Nunca me dejaste dinero."
El atónito invitado no podía creer lo que oía. Casi se desmaya. Al recobrar el sentido, le rogó a su amigo que le devolviera el dinero por el que había trabajado tanto y que era crucial para la supervivencia de su familia.
El anfitrión estaba fuera de sí de indignación. "¡Qué descaro!", gritó. "¿No te da vergüenza? Dormiste en mi casa, comiste en mi mesa, ¡y ahora te atreves a lanzarme estas falsas acusaciones!"
El hombre pronto se dio cuenta de que era imposible que este conspirador le devolviera el dinero por su propia voluntad. Decidió que era mejor ir de inmediato a presentar una reclamación ante el Beit Din (tribunal rabínico).
El rabino de Sali en ese momento era el famoso "Ohr HaJaim", Rabí Jaim Ibn Atar. Los dos hombres fueron a su casa. Rabí Jaim escuchó atentamente a ambas partes. Luego se dirigió al anfitrión: "Este judío reclama el dinero que dice haberle depositado antes de la víspera de Shabat. ¿Qué dice?".
"Nunca sucedió", respondió el hombre. "Este hombre me está calumniando".
Rabí Jaim se volvió hacia el invitado. "¿Quizás había un testigo en el momento que dices que le entregaste el dinero?".
El hombre, abatido, se sintió aún peor. "No, no había ningún testigo. Justo antes de Shabat nos sentamos bajo un árbol. Fue entonces cuando saqué mi bolsa y se la di para que me la guardara hasta el sábado por la noche".
"¿Bajo un árbol? ¡Muy bien!", exclamó Rabí Jaim con entusiasmo. "¡Vuelve y llama a ese árbol para que sea testigo a tu favor!"
El viajero se quedó perplejo al comprender lo que el rabino quería que hiciera, pero, consciente de la reputación de Rabí Jaim como hacedor de milagros, se levantó y salió de la casa sin cuestionar las instrucciones del gran rabino.
Después de unos minutos, el Or HaJaim comentó que, sin duda, el hombre ya había llegado al árbol.
"¿Qué quiere decir, Rabí?", preguntó el otro hombre. "Ese árbol está muy lejos de aquí".
Mirándolo fijamente a los ojos, Rabí Jaim declaró: "¡Devuélvele el dinero a ese pobre judío inocente, ahora mismo!". Al ver la sorpresa en el rostro del hombre, el rabino se acarició la barba y añadió: "Si no recibiste el dinero de él debajo de ese árbol, ¿cómo es que sabes dónde está?".
El hombre palideció. Sin decir una palabra más, devolvió rápidamente el dinero que le habían confiado. Tras llegar finalmente a casa, el comerciante invirtió la mayor parte de sus ahorros, ganados con tanto esfuerzo, en sabias inversiones y, con la ayuda de D-os, recuperó su riqueza anterior.
Nota biográfica:
El Rabino Jaim ben Moshe ibn Atar (1696-1743) es conocido como el autor de uno de los comentarios más importantes y populares sobre la Torá: el Ohr HaJaim. Fundó una importante yeshivá en Israel, tras mudarse allí desde Marruecos. El Rabino Jaim está enterrado fuera de las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
PREPARATIVOS PARA SHABAT 2
Comida:
Cocinar y hornear, calentar comida y encender o extinguir un fuego está prohibido en Shabat. Por lo tanto, mucha de la preparación de la comida tiene que ser completada antes del comienzo del día de descanso.
La comida que se va a servir caliente en Shabat, como la sopa o el cholent, deben ponerse sobre las hornallas antes del Shabat, con un blej, una hoja de metal fina, que separa la comida del fuego. Prepare un termo si va a necesitar agua caliente.
Uno mismo:
El viernes a la tarde es el momento para prepararse para Shabat. Idealmente intente salir del trabajo temprano el viernes por la tarde, para tener tiempo para completar todas las preparaciones del Shabat.
El almuerzo o aperitivo del viernes a la tarde debe ser muy liviano, para quedar con apetito para la comida del Shabat.
Es una mitzvá bañarse en honor del Shabat, por lo que si está presionado de tiempo el viernes, considere darse una ducha el viernes a la tarde en vez de por la mañana.
La mujer se debe aplicar maquillaje antes del encendido de las velas, dado que aplicarse maquillaje está prohibido una vez que comenzó el Shabat.
Finalmente, guarde lo mejor para el Shabat, incluyendo la ropa. Vístase en su ropa fina de Shabat y ya está pronto para introducirse en el Día de Descanso sagrado.
VIVIENDO MASHIAJ
NETILAT IADAIM
Por Lazer Gurkow y Aharon Loschak
El mundo físico es hostil e impuro. Nuestro rol es santificarlo y purificarlo. Mashiaj va a venir cuando tengamos éxito en esta tarea y completemos la purificación de todo el mundo.
Cuando nos levantamos por la mañana nuestras manos están impuras. Cuando hacemos Netilat Iadaim y las purificamos nos acoplamos al proceso universal que trae el Mashiaj.
Netilat Iadaim está basado en el lavado de manos ritual que hacían los kohanim antes de entrar en el Beit HaMikdash. Es por lo tanto, indicativo de nuestra creencia en la pronta reconstrucción del Templo Sagrado.
Cuando hagas Netilat Iadaim reflexiona en purificar el mundo en preparación de Mashiaj, y recuerda nuestra creencia en la inminente llegada de la Gueulá.
MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Guayaquí 3193
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Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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