Muy interesante artículo sobre la BBC escrito de manera genial por Johanathan Sacerdoti para Nuevo Mundo Israelita
Publicado en la cuenta de “X” @MiddleEast24.
Traducción Sami Rozenbaum, Nuevo Mundo Israelita.
Se filtró un mail interno de un editor ejecutivo de la BBC que muestra cómo esa cadena les da instrucciones estrictas a sus periodistas sobre cómo deben cubrir la crisis humanitaria en Gaza. El correo, titulado “Cobertura de la crisis alimentaria en Gaza”, baja línea editorial de manera clara: deja de lado la imparcialidad, toma partido por una de las versiones en conflicto y presenta como hechos comprobados ideas que en realidad son parte de un marco legal y político muy discutido y contrario a Israel.
Este mensaje, enviado el viernes 25 de julio, arranca diciendo que “la cantidad de ayuda que entra en Gaza es irrelevante”, e indica que los periodistas de la BBC deben decir que el sistema actual “no funciona”. Además, culpa directamente a la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), una organización de ayuda creada con apoyo de EE. UU. e Israel, y minimiza el rol de Hamás, que gobierna Gaza y está reconocido como grupo terrorista por la ley británica.
Pero decir que la cantidad de ayuda no importa es, como mínimo, cuestionable. Si Hamás está bloqueando, robando o revendiendo la ayuda —como muestran reportes israelíes, fuentes independientes, videos y testimonios— entonces saber cuánta ayuda entra y qué pasa con ella es clave para entender el verdadero problema. Apuntar solo a Israel por la situación humanitaria y no mencionar el rol de Hamás no es un periodismo justo ni serio. Mucho menos cuando Israel asegura que está haciendo todo lo posible por frenar los abusos de los grupos terroristas que controlan Gaza y castigan a su propia población.
En medio del caos humanitario en Gaza, la BBC ha adoptado una postura que merece ser examinada con lupa. No solo por lo que dice, sino por lo que omite. En su cobertura reciente, la emisora parece más interesada en sostener una narrativa que en cumplir con su deber periodístico de informar con imparcialidad.
¿Un sistema que “sí funcionaba”?
La nostalgia por el modelo de ayuda gestionado por la ONU, que la BBC defiende, contrasta con los hechos: convoyes saqueados a punta de pistola, pérdidas de hasta el 90%, y reportes de hambruna incluso antes de que se implementara el sistema actual (GHF). El 10 de febrero de 2024, la propia BBC informaba que en el norte de Gaza “los niños pasan días sin comer” y que algunos residentes molían pienso para animales para sobrevivir. ¿Cómo se sostiene entonces que el sistema anterior “sí funcionaba”?
¿Potencia ocupante o narrativa impuesta?
Uno de los puntos más polémicos es la afirmación de que Israel es “indiscutiblemente” la potencia ocupante de Gaza, y por lo tanto legalmente responsable del hambre. Esta declaración, presentada como verdad absoluta, ignora que el estatus legal de Gaza es profundamente controvertido. Israel se retiró en 2005, eliminando colonos y presencia militar, y sostiene que no cumple los criterios de ocupación. ¿Dónde queda el debate jurídico?
¿Dónde la atribución y el contexto que exige el buen periodismo?
Cuando el periodismo se convierte en guion
Un memorando interno filtrado revela instrucciones preocupantes al personal de la BBC:
• Desestimar la cantidad de ayuda que entra a Gaza.
• Calificar el sistema de distribución como “fracasado”.
• Culpar exclusivamente a la GHF del sufrimiento.
• Omitir el papel de Hamás en el saqueo de convoyes y ataques a civiles.
• Afirmar sin reservas que Israel es responsable legal del hambre.
Estas directrices no solo distorsionan la realidad, sino que convierten a la BBC en una entidad que persuade, no informa.
¿Y Hamás?
La BBC evita llamar “terrorista” a Hamás, pero no permite debate sobre si Gaza está ocupada. Le cuesta creer que una dictadura yihadista haya diseñado este nivel de sufrimiento, pero no duda en atribuirlo al Estado democrático judío. ¿No es eso un doble rasero?
Financiación pública, responsabilidad pública
La BBC está financiada con fondos públicos y legalmente obligada a mantener su imparcialidad. Sin embargo, el correo filtrado sugiere que está incumpliendo ese deber. Como suele ocurrir, es improbable que la organización admita, repare o sea sancionada por esta falla. Nunca lo es.