Música basada en historia judía. A los 400 años del nacimiento de Rabi Shalom Shabazi, símbolo del judaísmo yemenita.
En el marco del Festival Israel que se lleva a cabo todos los años en Jerusalem-dos semanas y media de eventos culturales variados tanto locales como llegados del exterior- tuvo lugar el jueves 13 de junio en el Museo Torre de David un espectáculo musical dedicado a los 400 años del nacimiento de Rabi Shalom Shabazi en Yemen.
Su figura como creador, poeta y sabio en la Torá, dejó un rico legado reconocido como muy valioso no sólo por la comunidad de judíos oriundos del Yemen sino por historiadores estudiosos de las comunidades judías orientales en general. No es casualidad que en la organización del evento participó el Instituto Ben-Tzvi para la Investigación de las Comunidades de Israel en Oriente.
Más allá de lo singular de la historia de Rabi Shalom Shabazi-sobre la que contaremos más abajo- el evento en la Torre de David fue sumamente especial por el entorno en el que se realizó. Basta con imaginar las milenarias murallas de la Ciudad Vieja, como superficie sobre la que se proyectaban las letras de las canciones.
Y sobre el escenario, conocidos cantantes israelíes como Miri Mesika, Idan Amedi, Esther Rada, Shai Tzabari,Tzion Golan y al final, como acompañamiento especial de guitarra, Berry Sakharof, considerado “el gran rockero” de Israel.
Pero primero, al entrar al complejo del museo Torre de David, en camino a los asientos instalados a la intemperie, entre las murallas, se podía ver escenas salpicadas de la vida judía del Yemen.
Primero, una clase de estudio de la Torá.
Luego las mujeres con los atuendos tradicionaels típicos y algo de música...
Y tras los saludos propios de la ocasión, comenzó el show, con la muy famosa y querida Miri Mesika, que cantó sola y también con Shai Tzabari.
También Idan Amedi-que bromeó al subir al escenario comentando que espera que acepten también a "kurdos" (como las raíces de su familia) y no sólo a "teimónim" (yemenitas)- y Esther Rada que se sumó luego a la broma y dijo que si aceptan kurdos, pues también a etíopes.
La música fue el tema central, junto a la tradición de los judíos yemenitas. Uno de sus creadores más conocidos en Israel es Aharon Amram. Su hijo Liron también movió y motivó a la gente.
Pero evidentemente, todo, en memoria de Rabi Shalom Shabazi.
Nació en 1619 en una pequeña aldea en Yemen, en una familia de situación económica extremadamente precaria. Pero su vida espiritual e intelectual siempre fue sumamente desarrollada.
Era de las figuras centrales de la comunidad judía en el Yemen, pensador, profundo conocedor de la Halajá judía, el Talmud Babilonio (Bavlí) y el Talmud de Jerusalem, Midrashim, poesía, filosofía y Cábala. Escribió en hebreo, árabe y arameo, poesías sobre temas mundanos de la vida diaria, el amor, la soledad, pero también sobre temas religiosos y sobre la nostalgia por Jerusalem.
Esto último era tan central en su poesía, que leyendas desarrolladas a lo largo de los años cuentan que cada viernes al anochecer, antes de comenzar el Shabat, gozaba de un milagro que le permitía saltar hacia Jerusalem, donde pasaba el día sagrado, retornando luego a su casa en Yemen.
El cantante Tzion Golan y un par de bailarines acompañaron su obra.
En sus últimos poemas, aparece una de las grandes tragedias de la comunidad judía del Yemen, ocurrida durante el gobierno del Imam al-Mahdi, que publicó serias restricciones a la vida judía y ordenó destruir las sinagogas del país. En 1679 proclamó que la tierra sagrada de Yemen no puede soportar la presencia de judíos, por lo cual les ordenó abandonar sus hogares y emigrar al sur del país, al desierto de Mawza, junto al Mar Rojo.
Los primeros en irse fueron los judíos de San´a, la capital, que en el camino fueron recibidos por las comunidades judías que encontraban a su paso. Pero gradualmente, todos tuvieron que partir. Cuenta la leyenda que Rabi Shalom Shabazi, cuando llegó su turno, iba al frente de sus hermanos, contando luego en sus escritos sobre el sufrimiento de su pueblo.
Mauza era un infierno en la tierra, por la falta de agua apta para beber, el hambre, las enfermedades y los animales salvajes. Menos de la tercera parte de los judíos lograron sobrevivir.
Pero en distintos distritos del país sintieron la falta de los judíos, dedicados a una variedad de oficios, por lo cual presionaron al Imam para que cancele la orden de exilio. Éste finalmente accedió, pero prohibió a los judíos volver a sus hogares originales.
Los expulsados y sus descendientes, Rabi Shalom Shabazi entre ellos, escribieron sobre lo sufrido. Luego, no se supo más detalles sobre su vida hasta la confirmación de su sepultura en la zona de Taiz, donde había nacido.
Sus poemas fueron fuente de inspiración a lo largo de los años y quedaron convertidos en canciones, que esta semana, 400 años después de su nacimiento, fueron el centro de un espectáculo único en Jerusalem.