“Votantes del Likud, no se queden en casa. Es clave que voten, para el futuro de Israel”.
Fotos: Likud
Ofir Akunis (46) es una de las voces del partido Likud más consultadas por los medios de comunicación en Israel. Firme, categórico, suena siempre muy seguro de los mensajes que transmite, y tiene la particularidad de haber trabajado de cerca con el Primer Ministro Netanyahu ya en su primer gobierno. Cuando Netanyahu fue electo en 1996, Akunis, que ya había trabajado con el departamento de Información del partido Likud, fue nombrado número 2 en la oficina del asesor de prensa de la jefatura de gobierno. Siguió siempre en dicho campo, en el 2004 fue portavoz del Ministerio de Justicia y luego Asesor de Prensa de Netanyahu como Ministro de Finanzas.
Hace algo más de 10 años fue electo por primera vez como diputado del Likud. Y en el gobierno formado por Netanyahu en el 2015, Akunis recibió el cargo de Ministro de Ciencia, Tecnología y Espacio.
P: Ministro Akunis, le agradezco mucho que me dedique tiempo para esta entrevista, algo que no es sobreentendido un día antes de las elecciones. ¿Cómo se está sintiendo ya a muy poco de ir a votar?
R: La sensación es buena, pero no puedo decir que no haya preocupación. Vemos en nuestras encuestas internas una tendencia a demasiada tranquilidad e indiferencia en la derecha en general y los votantes del Likud en particular. Y eso puede ser clave en el día de las elecciones, mientras que la izquierda tiene todo organizado para que la gente llegue a las urnas.
P: El Primer Ministro ha estado insistiendo al respecto en sus varias entrevistas de estos días, diciendo que no está seguro que no vaya a perder. Por un lado eso puede evidentemente convencer a gente de la casa a salir a votar, pero ¿no cree que puede ser contraproducente? El mensaje puede ser problemático…
R: Lamentablemente es un hecho matemático. En los bastiones de la izquierda, más que nada de Lapid y Gantz, vemos la intención de salir a votar, mientras que en el Likud la intención de salir es más baja. De ahí deriva la preocupación del Primer Ministro y del Likud todo. Es importante salir a votar para que no suba un gobierno de izquierda de Gantz y Lapid con la Lista Conjunta.
Entre centro e izquierda
P: Quisiera detenerme en un concepto que usted acaba de usar y que es reiterativo en la propaganda del Likud y la derecha en general. Creo que también ustedes saben que Kajol Lavan no es izquierda. ¿No le parece que suene un poco chocante usar el término para calificar a Gantz?
R: ¡Qué buena pregunta! Te agradezco mucho Jana que la hayas planeado. Yo te aseguro que todo este tema ha sido un truco mentiroso, un engaño constante al público desde hace tiempo. Ayer, casi a último momento de esta campaña, Beni Gantz dijo que para implementar la política de Avoda y Meretz “hay que votarme a mí para Primer Ministro”. Eso significa que ellos son izquierda. Ha habido meses de engaños, mentiras, pero las declaraciones de ayer tienen que despertar a todos los votantes del Likud.
Distinguiendo entre los diputados y ciudadanos árabes
P: Está el otro elemento, la supuesta unión o coordinación que ustedes dicen tiene Gantz con la Lista Conjunta. Todos sabemos de la problemática de varias de las posturas de la Lista Conjunta, unión de partidos árabes, que se opone a la definición de Israel como Estado Judío y dice “Estado de todos sus ciudadanos”, con lo que quieren desdibujar el carácter judío de Israel. ¿Pero no se podía encontrar otra forma de criticar ese aspecto, sin los mensajes del Primer Ministro que dejaron varias veces la sensación de ataque a la ciudadanía árabe israelí?
R: Te cuento que yo personalmente, como Ministro del Likud, junto con el Presidente de la Kneset, terminé ayer la campaña electoral en Yarka, en la Galilea, una localidad en la que viven tanto musulmanes como cristianos, drusos y beduinos, y donde tenemos casi 2000 miembros del Likud. Dejamos bien en claro que el aporte de este gobierno al tema de la seguridad, de las relaciones exteriores, también con países árabes, la buena economía, son cosas buenas para todos los ciudadanos.
Mi discusión es con la Lista Conjunta, que quiere desdibujar el carácter de Israel como Estado judío y democrático. Mi discusión no es con los ciudadanos árabes israelíes.
P: ¿Pero no vio en algunos de los mensajes del Primer Ministro un tono problemático? Y sinceramente, a mí me parece que lo increíble es que eso deje una sensación de ataque negativo a la ciudadanía árabe, a pesar de las grandes sumas de dinero que su gobierno ha destinado al sector árabe.
R: No hay ningún racismo de nuestra parte. Es el liderazgo de la Lista Conjunta el racista. Tibi, Odeh y Tumah Suleiman, todos dicen que quieren un “estado de todos sus ciudadanos”, no aceptan un Estado judío, y es con ellos la discusión. Esos son los extremistas, que Gantz quiere en su coalición.
En cuanto a los presupuestos, te diré exacto los números. Dos veces en los últimos 10 años fueron aprobados por gobiernos de Netanyahu planes quinquenales de 15 mil millones de shekel para el público árabe. Son sumas que ningún gobierno de izquierda aprobó, ni Avodá ni Kadima. Yo sé también lo que yo he hecho en el Ministerio de Ciencia, las grandes sumas destinadas a la ciudadanía árabe, financiando delegaciones juveniles al exterior, campamentos de ciencia especiales para el verano, muchas cosas. Nosotros hemos empujado una política igualitaria, que deba apuntar a igualdad de derechos y deberes. Pero quien quiere atentar contra la identidad de Israel como Estado judío y democrático, son Ahmed Tibi y Ayman Odeh, este último un atrevido con los términos que usó contra el Primer Ministro. Pero nosotros seguiremos respetando a todos los ciudadanos.
P: ¿No cree que algunos de los pronunciamientos del Primer Ministro hayan sido considerados como incitación?
R: La verdad, yo no lo sentí así en absoluto. No lo sentí. Nuestra discusión, dura, no es con el público árabe sino con el liderazgo en la Kneset.
En realidad, sí ha habido incitación en esta campaña electoral: contra el público haredi y religioso. Avigdor Liberman y Yair Lapid han protagonizado una incitación sin precedentes en la historia del Estado, en una campaña contra los haredim y los religiosos, algo extremista totalmente inaceptable. Si de nosotros depende, las discrepancias siempre serán resueltas en conversaciones. Lo dije también en medios de comunicación árabes en los que hablé ayer.
El liderazgo de Netanyahu en el Likud
P: Kajol Lavan habla de un gobierno de unidad nacional con el Likud, sin Netanyahu. Liberman y gente de Kajol Lavan dicen que en el Likud ya están pensando en qué pasará si Netanyahu no logra obtener 61 escaños, si no querrán que se vaya …¿Qué le parece?
R: Son mentiras difundidas por la izquierda, que con Liberman ha roto varios records. En el Likud no se habla en esos términos en absoluto. Netanyahu ha sido electo democráticamente como líder del partido. Y es increíble que en partidos como Kajol Lavan, que desde Gantz para abajo nadie fue electo democráticamente, así como tampoco en Israel Beiteinu de Liberman, se dicte moral al Likud.
P: No dicen que Netanyahu no fue electo democráticamente sino que plantean que si nuevamente no logra formar gobierno, puede que el Likud quiera sacarlo…
R: Ellos, que no fueron electos, deberían abstenerse de dictarnos moral. Realmente es un chiste de mal gusto, un verdadero peligro para el público israelí.
P: ¿Pero y si Netanyahu no consigue un bloque de 61 que lo recomiende ante el presidente de la Kneset?
R: ¿Y si Kajol Lavan no consigue, lo cual a nuestro modo de ver será justamente el escenario? No existirán, se dividirán en tres facciones diferente. Yo sugiero que cada uno se ocupe de sus asuntos internos.
P: El Primer Ministro lidia con una situación especial, por las sospechas en su contra y la posibilidad de un juicio. Está claro que por ley no tiene obligación de dimitir, pero todos recordamos lo que él mismo dijo respecto al otrora Primer Ministro Ehud Olmert, al que presionó a dimitir cuando no tenía obligación de hacerlo, aunque su situación es mucho menos comprometida que la del Primer Ministro Netanyahu hoy. ¿Usted no ve la dimensión pública, el problema desde un punto de vista normativo, aunque no sea obligatorio que renuncie por ahora?
R: Atengámonos a los hechos. Primero, hay una audiencia especial el 3 de octubre. El Primer Ministro está plenamente seguro, lo dice públicamente y nos lo dice también en reuniones internas, que logrará rebatir todo. Recordemos que hasta ahora no hay ninguna acusación en su contra. Por más que Lapid mienta, en una actitud realmente bolchevique, y diga que Netanyahu es un Primer Ministro con tres cartas de acusación en su contra, el hecho es que no hay ni una por ahora. Hay sólo sospechas y ya se verá que no habrá acta de acusación.
P: Quizás no sea natural que yo le pida alejarse por un momento de su condición de ministro del Likud…pero ¿no ve problema en la dinámica interna entre los ministros del gobierno, lo que se ve desde afuera como una aceptación absoluta de todo lo que dice Netanyahu? Hay quienes hablan de culto a la personalidad.
R: Mi experiencia en foros internos en los últimos 4 años, en conversaciones personales con el Primer Ministro y todos los ministros, indica claramente que hay distintas ideas, un verdadero pluralismo sobre los temas en el orden del día. Las decisiones se toman de acuerdo a la posición de la mayoría. El Likud es el partido más democrático de Israel.
Es realmente un chiste que Lapid, cuyo partido tiene un reglamento estilo Corea del Norte, venga a hablar de la dinámica en el Likud.
LOS DESAFÍOS
P: Pensemos en el día después…¿Cuáles son los desafíos con los que tendrá que lidiar el próximo gobierno?
R: En primer término está el tema de la seguridad, tanto en el norte como en el sur. En el norte el involucramiento de Irán es cada vez más profundo. Estados Unidos ya ha dicho claramente que fue Irán quien atacó en Arabia Saudita. No puedo dejar de recordar que el primer viaje de Trump al exterior fue a Arabia Saudita y que en ese mismo viaje vino a Israel. Y claro que tenemos la lucha en el sur.
P: En la que no se avanza…¿espera algo nuevo al respecto?
R: Yo estimo que deberemos salir próximamente a una lucha más amplia en el sur. No sé si llevará semanas o meses, pero será pronto. Y lo que la ciudadanía israelí debe pensar es a quién quiere tener al frente para lidiar con estos desafíos: a Netanyahu con toda su experiencia o a Gantz, que era jefe del ejército en el 2014 y estaba en contra de un ataque fuerte a Hamas y a los túneles subterráneos.
P: No se lo puede endilgar a él. El Primer Ministro era Netanyahu, la suya era la última palabra.
R: Sí, pero él escuchó las posiciones profesionales de Gantz como jefe del ejército y de Moshe Yaalon, que era el Ministro de Defensa. Y hubo cosas que fueron frenadas por lo que ellos dijeron. Quiero ser justo, especialmente Gantz, menos Yaalon.
P: Netanyahu es Primer Ministro desde hace 10 años. Tuvo mucho tiempo para resolver esos problemas, aunque claro está que no depende sólo de Israel.
R: En estos 10 años surgieron desafíos sin precedentes. La amenaza iraní, con sus tentáculos por varios lados, fue en aumento,no por nuestra culpa. Hay que estar muy atentos y en guardia en todo esto, mucho más que lo que hemos estado en los 10 últimos años.
P: Y otros desafíos…¿en lo político por ejemplo?
R: En lo político habrá que dar pasos en el terreno que no podíamos dar antes porque la mayor parte del tiempo Obama era el Presidente de Estados Unidos. Aún así, hemos logrado no sólo frenar el modelo de los dos Estados sino la iniciativa política que Obama trataba todo el tiempo de impulsar.
Y nuevamente, la pregunta es quién puede lidiar mejor con todos estos desafíos.
P: ¿Cree que Gantz no puede hacerlo?
R : Gantz no tiene experiencia política. Parte de la lucha en todo esto es poder reclutar a la opinión pública mundial a favor de determinados pasos que hay que hacer, pero él no tiene ninguna capacidad para hacerlo. Tampoco Lapid ni Gantz. Y Yaalon no quiso ser Canciller en mayor del 2016 cuando renunció, o sea que tampoco él juntó experiencia en eso.
P: Renunció cuando Netanyahu lo sacaba del ministerio de Defensa para dárselo a Liberman.
P: ¿Qué le parece el anuncio formulado por Gantz sobre los nombramiento de Gabi Ashkenazi como Ministro de Defensa y Moshe Yaalon como Ministro de Educación en lo que presentó como su futuro gobierno? Claro que es un poco prematuro ¿no?
R: (risas) Yo les sugeriría que no preparen sus trajes. Lo que hizo hoy Gantz con ese anuncio fue un truco electoral que no le servirá para nada.
P: ¿Tiene algo bueno para decir de Kajol Lavan?
R: Nada bueno, no, no tengo nada bueno para decir de ellos. Hace medio año que están ensuciando al Likud y a Netanyahu con cosas inventadas, como en el caso de los submarinos y las supuestas acciones de su primo en la fábrica que los hacía…acusaron de hecho al Primer Ministro de traición, así que no, no tengo nada bueno para decir de ellos.
P: No puedo terminar esta entrevista con una pregunta más-de otras cien que quisiera formular- sobre las recientes promesas o los anuncios de estos días del Primer Ministro, de la imposición de la soberanía israelí en Judea y Samaria. Creo que está bastante claro que no lo hizo hasta ahora en los últimos 10 años no porque ideológicamente no quisiera, sino porque entendía que eso puede causar serias complicaciones políticas para Israel. ¿Cree que sería el paso correcto?
R: Creo que es nuestro derecho natural, histórico...un concepto que ya aparece en la declaratoria de independencia de Israel en relación a la creación del Estado y que yo creo oportuno aplicar también acá. Es nuestro derecho natural e histórico imponer primero la soberanía en el Valledel Jordán, que es nuestro muro protectoren la frontera oriental y luego ampliarla a todos los poblados judíos en Judea y Samaria. A los habitantes judíos, recordemos. O sea que eso no afectaría a los habitantes palestinos que seguirían votando en las elecciones de la Autoridad Palestina.
P: Cuando haya…¿Puede explicar un poco más en qué escenario está pensando?
R: Lo que puedo ver ahora es que la autonomía palestina se preservará en la zona A, como ahora, mientras que en la zona C habrá soberanía israelí. Recordemos que en esa zona, hay una minoría muy pequeña de palestinos y una gran mayoría de israelíes, que dentro de poco serán aproximadamente medio millón. El estatuto de los palestinos no cambiará. No será nada menos que ahora.
P: Recordemos a qué se refieren estos términos. En los acuerdos de Oslo se determinó que Cisjordania, o sea Judea y Samaria, se dividen en los territorios A, bajo gobierno de la Autoridad Palestina, los B bajo responsabilidad civil palestina y de seguridad israelí y la zona C, bajo control israelí, los asentamientos, las bases militares y las carreteras conducentes a ellos.¿Qué idea hay para los territorios B?
R: Hay que ver qué solución se encuentra, porque allí la responsabilidad de seguridad es de Israel y los poderes civiles están en manos de los palestinos. Allí no hay poblados israelíes y no hay ninguna intención de imponer allí soberanía en este momento.
P: ¿Tiene algún mensaje para los hispano-parlantes que leerán esta entrevista?
R: A todos los latinoamericanos, pero también a todos los llegados de otros lares, de Europa, de donde sea, todos los ciudadanos con derecho a voto: hay que salir a votar, más que nada los que votan por los principios del campo nacional, porque de eso depende el futuro de Israel. No se queden en casa, salgan a votar.
P: Muchas gracias por esta extensa entrevista.
R: Gracias a ti por el interés.