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Blanca Gutt, de Aguada y Goes al honor del acto central de Iom Haatzmaut

Fue elegida para encender una antorcha 

Cuando entrevistamos a Blanca Gutt (92) por haber sido elegida para encender una de las antorchas en el acto central en el monte Herzel que da inicio a los festejos de Iom Haatzmaut, Día de la Independencia de Israel, estaba sumamente emocionada. No es de sorprender. Es un reconocimiento por su actividad voluntaria durante toda la guerra, tejiendo gorros para los soldados. Y el acto, es  uno de los mayores símbolos del país, la ceremonia más esperada todos los años. 

Lamentablemente, por los enormes incendios del miércoles pasado, el acto fue cancelado. Pero ya se había alcanzado a filmar el ensayo general, que fue lo que se transmitió por televisión. Blanca encendió la antorcha que le corrrespondió y tras sus palabras , agregó en español: "Gracias a los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel. Los queremos mucho".

Una foto informal del grupo que encendió antorchas,durante el ensayo general. Blanca ea la primera a la derecha en la primera fila.

 

Esta nota, basada en la entrevista que realizamos a Blanca la semana pasada, es linda de leer, aunque el acto haya sido cancelado.

Blanca nació en Uruguay en un hogar de inmigrantes llegados de Polonia que se casaron ya en su nuevo país. Su padre fue el primero en venir, con sus hermanos. Era muy común que los hombres viajen primero para encontrar trabajo y abrirse camino. Y luego mandó pasaje para su mamá. Se instalaron en Goes/Aguada, una zona , como es bien sabido, en la que vivían numerosos inmigrantes judíos.

Los comienzos no fueron fáciles para sus padres. Otro idioma, otra idiosincrasia, la familia en Europa, sin posibilidad de comunicarse con facilidad. “Era un viaje para siempre, una despedida para siempre”, dice Blanca. “Así que siempre pensamos con mi hermana, que en paz descanse, que seguramente para nuestros padres y otros como ellos, eso habrá sido muy difícil”. A esas largas esperas por saber algo de sus mayores, se agregó lo peor: toda la familia que quedó en Polonia fue asesinada en la Shoá, con excepción de un hermano de su mamá que logró llegar a Estados Unidos y dos hermanos de su papá que llegaron a Uruguay.

Pedimos a Blanca que nos cuente de su propia vida, comentando que ella, hija de inmigrantes, es criolla, nacida ya en Uruguay.

“Es cierto”, responde con una sonrisa. Combinó su actividad en el marco de la comunidad judía, con la escuela pública y el deporte en el barrio y luego a nivel nacional.

Iba a la escuela número 33 , Colombia. Cerca de su casa estaba la plaza número 2, donde jugaba al volleyball hasta que llegó a ser parte del seleccionado nacional de Uruguay. Recuerda en especial el campeonato sudamericano en Brasil, en el que participó en el equipo uruguayo.

Con el seleccionado uruguayo en Brasil. Blanca es la tercera de la izquierda en la fila de abajo.
Blanca es la primera a la izquierda en la fila de pie

 

Blanca era la única judía en esos equipos y destaca que nunca sintió una palabra hostil ni expresión ninguna de antisemitismo. Cree que tampoco sus padres. 

Si bien sus amigos más cercanos eran del movimiento juvenil Hanoar Hatzioni donde activaba, tenía muy buena relación con sus compañeras y los vecinos. “Nunca sentí ninguna diferencia entre nosotros”, comenta sobre  el hecho que en el barrio había muchos judíos pero no todos lo eran. Tres veces por semana se entrenaba con sus compañeros del volleyball y además estaban los partidos. Y recalca que tiene muy buenos recuerdos de Uruguay.

Trabajó durante 25 años en una fábrica textil, como responsable de un departamento, hasta que se radicó en Israel en 1978 poco después de enviudar. Su hermana ya estaba en Israel. Blanca viajó a Israel con su hijo. Trabajó hasta los 83 años en una empresa textil primero, y al retirarse se abocó al voluntariado a distintos niveles.

Así nos contó sobre su vida en Israel .

 

P: Blanca contame un poco por favor sobre tu vida en Israel. Viniste poco después de haber enviudado, empezaste de nuevo. Al principio no debe haber sido sencillo.

R: Vine a los 46 años porque ya no tenía familia en Uruguay cuando mi mamá falleció. Mi papá se había ido a Israel con mi hermana. Mi hijo quería venir y concordé que era lo que debíamos hacer. Mi gran suerte fue que mi hermana, mi cuñado y mis sobrinos estaban en Israel. Gracias a Dios que estaban acá. Yo vine como profesora de música, tengo título de profesora de solfeo y además había estudiado arpa. Recuerdo que cuando se inauguró el centro de absorción al que llegamos con mi hijo, toqué el arpa en la celebración. Fue una muy linda vivencia.

P: ¿Qué es lo que sentís que lograste en Israel?

R: Logré mucho. Primero que nada, logré ver a mi hijo casado con una mujer muy buena con la que me trajeron 5 nietos y 6 bisnietos. Mi hijo tiene hoy 65 años. Esto es lo más importante para mí. Que estén todos sanos. Agradezco a Dios que lo puedo ver.

P: Y que a esta edad estás así, con la cabeza tan bien, no es sobreentendido.

R: No es fácil llegar a esta edad, pero puedo decir que lo disfruté. Trabajé hasta los 83. Y la verdad es que no seguí trabajando porque la fábrica cerró. La cabeza me daba para seguir. Y estoy activa, voy al club para la tercera edad, hago cosas, es muy importante.

 

P: ¿Qué te da hacer voluntariado?

R: Es importante hacer para los demás, brindar ayuda. Yo creo que la finalidad del ser humano no es recibir sino poder dar. Es gratificante, a mí me llena mucho. Antes de tejer los gorros para los soldados durante la guerra, hice otras cosas. Hice también muñecos para jardines de infantes de chicos autistas. Y no puedo explicar lo que significaba para mí ver cómo los recibían…la felicidad de esas criaturas…vale millones, no hay palabras.

 

P: Y ahora, la antorcha de Iom Haatzmaut. Es un honor enorme.

R: La verdad es que yo no me siento muy cómoda con eso, hay tanta gente que hizo tanta cosa. 

P: Vos sos una de esas personas.

R: Sí, lo sé. Poco después de empezar la guerra, yo estaba en la casa de mi hijo, ayudando a mi nuera y otra gente que venía para hacer comida para los soldados.  Y llegó al club al que voy un aviso que se precisaba gorros para los soldados porque de noche hacía mucho frío. Entonces le dije a mi nuera que como ella tenía mucha gente que la ayudaba con la comida,  yo empezaría a abocarme a los gorros. Le pedí a mi nieta que me lleve a una tienda en Netania,  compré lana de color verde para los soldados y me puse a tejer.

Durante 1 año, más o menos, pasé tejiendo gorros para para los soldados. 

P: Y tu foto tejiendo cruzó fronteras.

R: Es cierto. Fue una foto que me sacó mi nieta y la publico en Instagram y Tik Tok. Y se ve que de ahí se conoció mi historia.

P: ¿Cómo fue cuando te llamaron a avisarte que te habían elegido?

R: Me llamó alguien a cargo del acto. Yo no entendía de qué me hablaba: me dijeron, Blanca tú eres quien hizo gorros a los soldados, le respondí sí … Empezó a hablar y yo no sabía qué quería de mí...Nos comunicamos con mi hijo y él me explicó bien, que me proponen encender una antorcha en Iom Haatzmaut. Al principio dije que no quiero.

P: ¿Por qué?

R: Porque hay mucha gente que hace cosas.  Entonces, me dijeron: por qué no, es una vez en la vida, etc. etc. Bueno, al final acepté, sin olvidar que mucha otra gente hizo cosas y sigue haciendo para ayudar al país. Digo todo el tiempo que no soy la única. Y ahora te puedo decir que estoy en las nubes porque sin duda esto es una gran emoción y una gran alegría.  Y al mismo tiempo no es fácil aceptar este galardón tan importante.  Creo que es lo más grande que me pueden dar. 

P: Sin duda, es “el acto” del año.

R: ¿Y quién soy yo? Blanca Gutt.

P: Blanca Gutt de Goes…

R: Verdad…

P: ¿Cómo has pasado toda la época de la guerra, aparte de tu voluntariado? Como ciudadana israelí  ¿cómo has vivido esta combinación de angustia y orgullo del último año y medio?

R: Es muy duro. Todas las noches  pido que todos los secuestrados que puedan volver. No son simplemente ciudadanos israelíes que uno no conoce sino gente que se ha convertido en parte de nuestra familia. Los sentimos como hijos nuestros.

P: Es muy cierto.

R: Espero que esto se termine ya, que tengamos un poco de paz.

P: Te deseo mucha suerte, que todo salga bien, y que disfrutes cada momento de emoción.

R: Muchísimas gracias. Que así sea.

 

Ana Jerozolimski
(04 Mayo 2025 , 17:08)

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