Entrevista especial con la primogénita del fallecido escritor Amos Oz
La Profesora Fania Oz-Salzberger es historiadora, catedrática en la Universidad de Haifa, y ensayista sobre temas de historia, literatura y actualidad. Es conocida además como la hija del célebre y recientemente fallecido escritor israelí Amos Oz, con quien escribió el libro “Judíos y Palabras” que fue publicado hace pocos años. Esta es su primera visita a Uruguay, invitada por TuMeser y la NCI. Varios días antes de partir, conversó con Semanario Hebreo.
P: Fania, es un gusto tener este contacto con usted, poco antes de su viaje a Uruguay.
R: Muchas gracias. Permítame decirle ante todo que me da mucho gusto conocerla y llegar a los lectores del Semanario Hebreo de Uruguay. He estado viendo varias de sus publicaciones y aunque no domino español, algo entendí y la verdad es que me maravillé de lo que vi.
P: Muchísimas gracias. Entiendo que la trae a Uruguay el vínculo que ha establecido con Ianai Silberstein, gran admirador de su padre Amos Oz (z”l), que la invitó a brindar una conferencia ante la comunidad en la NCI. ¿Qué expectativas le despierta esta visita?
R: Espero esta visita con mucha curiosidad. He leído sobre el florecimiento del interés en el idioma idish, sobre la combinación con otras tradiciones judías, también he visto la lista de los movimientos juveniles (tnuot noar) en Uruguay y ya tengo realmente muchas ganas de conocer de cerca vuestra comunidad. Es mi primera visita a Uruguay y puedo decir que a pesar de haber realizado algunas visitas cortas para dar conferencias en Ciudad de México, Rio de Janeiro y Porto Alegre, aún no conozco realmente América Latina. Así que voy a aprender.
La hija. Y mucho más.
P: ¿Le molestaría si quienes van a escuchar su conferencia en Montevideo estarán curiosos más que nada por conocer a la hija mayor de Amos Oz? Puede que haya quienes conozcan sólo ese dato, pero usted tiene en su haber una actividad académica y de investigación histórica independiente por sus propios méritos.
R: Yo soy historiadora de las ideas, investigo la historia del pensamiento político y también las fuentes hebreas y judías de la conciencia moderna. También hago sentir mi voz en la arena pública tanto en Israel como en otros países. Escribí mi doctorado sobre el Iluminismo en Alemania y Escocia. Desde entonces alcancé a escribir “Israelíes en Berlín”, sobre las líneas rojas de la democracia liberal, sobre las fuentes bíblicas de la filosofía política moderna y sobre la fuerza existencial del judaísmo moderno.
P: Enorme variedad de temas profundos.
R: Amos Oz era mi padre, el abuelo de mis nietos, mi maestro en la escuela, mi maestro en la vida y un maravilloso interlocutor desde que yo cumplí un año de edad y hasta su fallecimiento. Pero cuando decidimos escribir conjuntamente “Los Judíos y las Palabras”, ya había entre nosotros un equilibrio personal e intelectual. Ese libro lo escribieron juntos un escritor y una historiadora, una mujer y un hombre, un anciano tecnófobo y una mujer joven que vive en internet.
Claro está que el público que vaya a escucharme, oirá algunas cosas sobre Amos. Pero no escuchará a Amos sino a Fania. Ese fue el planteamiento. Creo que el público lidiará bien con ello.
P: No tengo ninguna duda. Y también imagino que para usted, mencionarlo a su padre, despierta una combinación de orgullo y dolor por su ida…
R: Exacto. Así es.
P: También en la colectividad judía uruguaya se habló mucho sobre su muerte. ¿Qué es lo que usted quisiera que se recuerde más de él, su pensamiento político o sus libros?
R: Sus novelas y los cuentos cortos que escribió.
P: ¿Cómo fue escribir un libro con él? Los Judíos y las Palabras…una combinación que creo yo resume una parte clave de la vida del pueblo judío.
R: Fue maravilloso. Quisiera que esté claro que no es un libro en el que nos maravillamos del “idishkait” y la tradición. Es un libro político, secular, un libro sobre grandes discusiones, también entre el escritor y la historiadora, entre nosotros mismos, sobre algunas cosas que no soportamos en la tradición judía y en la ortodoxia judía. Aún así, se esconden en ese libro grandes amores.
P: Fania, estimo que al escribir juntos un libro, hay no sólo un producto que resulta de ello sino también un mutuo enriquecimiento. ¿Qué le parece que aportó a su padre ese “juntos” al escribir el libro? ¿Y qué aprendió usted?
R: Dado que el libro incluye no pocas discusiones entre nosotros y distintos puntos de vista y ángulos de análisis, cualquier respuesta que yo pueda dar, sería lo que solemos llamar “spoiler”. Estaría adelantando elementos de la conferencia. Creo que basta con decir que ambos aprendimos bastante.
Los Judíos y las Palabras…no sólo un libro
P: Volvamos a los judíos y las palabras. ¿Crees que ese vínculo cambia en la era actual en la que todo parece más apurado e inmediato?
R: El vínculo entre judíos y palabras comenzó en la época de las tablas de piedra, continuó con los pergaminos de papiro, siguió adelante y floreció con el papel y seguirá desarrollándose en la era digital. Cada medio transmite textos y es bueno por ende para los judíos. También el internet. Quizás no el Instagram, pero sobreviviremos a él.
Mi visión de Israel
P: Fania, yo la sigo en la redes y por lo tanto creo que sé de antemano la respuesta a la pregunta que quiero plantear. Pero quisiera que conozcan su visión los lectores todos. ¿Cómo describiría hoy el mosaico israelí, la sociedad en la que usted y su familia viven? Recientemente escribió que algunas vivencias que tuvo en el hospital Hillel Yafe de Hadera eran una buena receta contra la desesperación.
R: Le diré ante todo que este fue un año de duelo por papá y de muchas luchas políticas, tanto en su nombre como en el mío propio, en dos campañas electorales. Combatí el racismo, el nacionalismo extremista, el odio a la izquierda israelí, la incitación desde arriba contra quienes piensan como yo, contra mí en lo personal, y también contra mi padre en lo personal. Aún después de su muerte.
Y por otro lado, hace unas semanas me explotó el apéndice, tuve que internarme, estaba dolorida. Pero apenas llegué a la emergencia en el hospital Hillel Yafe de Hadera, un hospital que claramente puedo llamar de judeo-árabe tanto por su equipo como por los pacientes y visitantes, sentí que al fin estaba recibiendo una infusión de optimismo político directo a mis venas. En la sociedad israelí hay algunos lugares secretos, como el sistema de salud pública, como zonas enteras en la Galilea y Haifa, en los que la gente vive excelente sin relación ninguna con la raza, la religión y el trasfondo cultural.
P: En realidad, no son lugares tan secretos. Lo que describió de ese hospital lo veo siempre en todos los hospitales del país. Fania, un escritor judío argentino me dijo una vez que Israel es imperfecto pero ejemplar. ¿Qué te parece?
R: ¿Ejemplar en qué? Yo creo que hay cosas en las que fuimos ejemplares, por ejemplo en el temprano Israel social demócrata. Hay cosas en las que aún somos un ejemplo maravilloso, como nuestros hospitales, el contacto humano y la alta tecnología, siempre y cuando tenga también un poco de alma. Pero hay también otros temas en los que hoy en día no sugeriría aprender de nosotros.
Pero ese escritor tenía razón al parecer en una cosa muy profunda. Israel es el mayor productor de significado del mundo y todo lo que ocurre en su seno, ocurre con colores fuertes, sombras profundas y con una imponente presencia global. Sigmund Freud dijo una vez que “los judíos son exactamente como todos, pero un poco más”. Quiero pensar que Freud me permitiría aplicar esta excelente afirmación también en lo referente al Estado de Israel.
P: ¿Qué es, a su modo de ver, lo más singular de la sociedad israelí?
R: Que es un manicomio sorprendentemente creativo.
P: ¿Qué cambiaría en Israel?
R: El gobierno, el racismo y el hecho que no se presta atención.
¿Y el futuro?
P: ¿Qué futuro vaticina para Israel?
R: Yo soy historiadora. El futuro no es mi campo. Mientras escribimos futuros escenarios para Medio Oriente, puede que las abejas desaparezcan –ojalá que no-, que las democracias sean manejadas por Twitter- ojalá que no-, o que el coche autónomo cambie la historia. Lo que yo sé es cuál es el futuro por el cual yo trabajo: Israel como el país de los judíos, democrático para todos sus ciudadanos. Junto a una Palestina independiente en la medida de lo posible. Israel con un debate público mucho más racional y moderado. Una sociedad cálida y abierta como hoy, pero más racional.
P: ¿Cree que se ha acabado el desafío del sionismo?
R: No, al contrario. El Sionismo humanista de mis abuelos y mis padres libra hoy una lucha por su supervivencia. Por un lado combate al sionismo mesiánico, nacionalista y militarista y por otro, al anti sionismo originado en el odio o la desesperación. A mi modo de ver, y para mi alegría también a ojos de mis hijos y numerosos de sus amigos, el sionismo humanista es una condición para que Israel continúe siendo Israel.
P: Mucha gente me ha preguntado recientemente “¿qué pasará?”, en referencia a cómo se saldrá del estancamiento político actual en Israel. ¿Qué le parece?
R: En el momento en que estoy escribiendo estas líneas para mandarle mis respuestas , es probable que Beni Gantz logre formar gobierno. Aún si es un gobierno de términos medios y concesiones, la voz y los hechos de Gantz pueden ser terapéuticos hoy para la sociedad israelí. Un Primer Ministro moderado, que sabe respetar, que no odia ni incita, ese sería un paso gigantesco en el camino correcto. Si no hay una coalición encabezada por Gantz, la segunda esperanza es ver un nuevo líder en el Likud y un gobierno de unidad con una plataforma centrista y moderada.
P:¿Qué solución querría usted ver?
R: Una coalición de centro, izquierda y quizás también derecha moderada. Un líder que logre guiar a Israel por el mundo sin estar enamorado de Trump, Putin o Bolsonaro. Un líder que hable a los ciudadanos con responsabilidad e integridad, sin odio ni incitación. Cruzo los dedos por Beni Gantz, pero más adelante quisiera ver a los partidos de izquierda uniéndose, hallando una voz pública conjunta, y logrando presentar juntos una líder excelente que pueda ser la próxima Primer Ministro de Israel. También puede ser un líder.
P: ¿Hay algo más Fania que quisiera agregar y que yo no he preguntado?
R: Sólo agradecerle. Me ha resultado muy interesante.
P: Muchas gracias. También a mí. Le deseo una excelente experiencia en Uruguay.
R: Muchas gracias.