“Hace unos años le daba consejos (a Lacalle Pou). Ahora no los precisa”.
(Fotos: David Puig, campaña Luis Lacalle Pou)
Al Dr. Julio María Sanguinetti, dos veces Presidente de la República, se lo puede escuchar durante horas, siempre aprendiendo de su análisis. Hubiéramos querido tener la oportunidad de realizar esta entrevista personalmente, con tiempo largo y tendido. La dinámica de estos días lo ha hecho imposible por ahora. Pero ha aceptado responder a nuestro cuestionario por escrito. Aquí va pues su visión actual sobre lo ocurrido en las elecciones en Uruguay y más que nada, sobre lo que vendrá.
P: Presidente, gracias por aceptar esta entrevista, en medio de toda la conmoción que se está viviendo. ¿Cómo vive usted estos momentos que auguran cambio?
R: Hace 15 años se vivió un momento histórico, cuando el Frente Amplio quebraba una hegemonía de los partidos tradicionales de casi dos siglos. Ahora se vive otro, también histórico, que es el de poner punto final a tres gobiernos hegemónicos del Frente Amplio y abrir otra etapa.
P: Después de haber sido usted mismo dos veces Presidente de la República… ¿cómo describiría lo que debe estar sintiendo ahora Luis Lacalle Pou?
R: Se siente la responsabilidad, pero felizmente ha tenido un proceso de madurez notable, que le permitió hacer una campaña sin errores.
P: Me atrevo a suponer que además de alegría y emoción, además del peso sobre los hombros, debe dar un poco de miedo sentir que el destino de los uruguayos está en sus manos ¿no?
R: Para eso hay que estar preparado, por eso la experiencia es fundamental. Lacalle ya fue candidato y perdió hace 5 años. Ha estado todo este lapso batallando, recorriendo el país y estudiando los problemas. No llega desde las nubes, sino desde adentro del sistema político.
P: Usted lo ha elogiado mucho durante la campaña. Sin duda, sus mensajes han sido claros, con altura, buscando en qué unir, sin agraviar. ¿Cree que ha habido algo más allá del deseo de cambiar al gobierno que unió a tantas banderas en esta coalición?
R: La voluntad de cambio fue fundamental. Esa es la base de la inclinación de la ciudadanía. Está claro que hay dos mitades de opinión publica, en la que se oscila un poco hacia un lado o hacia el otro. En este caso, el balanceo fue hacia el centro, por la crisis de seguridad que se vive, la pérdida de empleo y los malos resultados en educación.
P: Creo que nunca ha habido una situación así de un gobierno de coalición de varios partidos. Con la experiencia de gobierno que usted ya tiene ¿se puede aventurar a vaticinar si podrá funcionar bien o será muy complicado congeniar voluntades y estilos? Es que suena muy lindo eso que los votaron sabiendo que son distintos, como dijo Luis Lacalle Pou el domingo, pero la pregunta es cómo se implementa.
R: A lo largo de mi vida, he integrado como Ministro varios gobiernos y me correspondió conducir como Presidente dos períodos. Ha habido de todo: coaliciones firmes, sostenidas cinco años, como fue nuestra segunda presidencia o gobiernos en minoría, manejándose como gato entre la leña. Ahora estamos ante un desafío nuevo, porque antes se trataba de dos partidos y ahora son cinco. Con todo, hay que recordar que el partido tradicional socio del otro, normalmente tenía dos tendencias que no siempre opinaban lo mismo, de modo que el “zurcido y bordado” siempre fue necesario…
P: ¿Cuáles serán en su opinión los desafíos más inmediatos?
R: Lo primero es un enfrentamiento claro a la inseguridad. Que se sienta que se está ante una actitud diferente. Paralelamente, es obvio que hay que equilibrar las finanzas del Estado, que hoy sufren un enorme déficit. Es duro, trabajoso, enojoso, pero urgente. Luego están los grandes temas de mediano y largo plazo, la inversión, la educación, los mercados internacionales…
P: ¿Cree que la población tendrá paciencia para esperar resultados que mejoren las cosas que requieren ser atendidas? No sea cosa que se cometan errores tipo Macri…¿no?
R: No son situaciones comparables, porque Argentina tiene una política muy diferente. En el gobierno Macri, su propio sector y él mismo no poseían real tradición política. Además, lo dañó seriamente una elección a dos años vista, que le impidió de entrada hacer lo que había que hacer. Si ajustaba tarifas al comienzo, perdía la elección de medio término y quedaba como un náufrago en la Casa Rosada. El sistema electoral argentino es diabólico para los gobiernos.
P: Más allá de lo que en la oposición presentaron como campaña de miedo que se intentaba hacer desde el FA, es legítimo plantearse si acaso en temas que el gobierno saliente considera que ha aplicado políticas de inclusión y lucha contra la pobreza, no habrá marcha atrás. ¿Cómo lo ve usted?
R: Fue una campaña muy poco leal, tratando de asustar, como si se fueran a perder grandes conquistas, cuando esas políticas han sido un fracaso. Han igualado para abajo. Nunca hubo más marginación, nunca hubo más gente en situación de calle. Se gastó toda la bonanza de la primavera de la soja, desde 2004 hasta 2014, en políticas más clientelistas que de real promoción social de las personas.
P: ¿Y en política exterior? Lacalle Pou habló repetidamente, también el domingo, de un Uruguay “que no se abrace con dictadores”. ¿Es una frase correcta? O sea… ¿qué cree que tendrá que cambiar?
R: El Uruguay siempre tuvo una política exterior plural, no condicionando sus relaciones diplomáticas a la naturaleza distinta del régimen. Hasta la dictadura mantuvo relaciones con la Unión Soviética. Pero en nuestro hemisferio tenemos compromisos democráticos claros, de principio, establecidos en tratados y que son nuestra mejor historia. Y por eso ha sido vergonzosa la actitud de Uruguay con la dictadura venezolana.
P: ¿Qué lectura hace usted del hecho que al final el balotaje fue tan reñido? ¿Socava en algo la alegría de la victoria?
R: La primera vuelta, con la elección parlamentaria fue inequívoca y mostró la rotunda voluntad de cambio. La mayoría parlamentaria es holgada. En la segunda vuelta fue más ajustada, allí no corren los partidos, son personas, pero no cambia en nada el resultado ni el ánimo. Desgraciadamente, la poca elegancia republicana del candidato oficialista, de no reconocer la derrota, postergó el festejo, pero no se cambia el espíritu.
P: ¿Y usted Presidente? ¿Cómo se ve en los próximos 5 años?
R: No serán fáciles. La situación económica es compleja. Llevamos cuatro años prácticamente sin crecer, ha caído la inversión y la región tampoco tiene muy buenas perspectivas, con una Argentina a la que no se la ve prometedora. La seguridad social está desfinanciada, se la ha comprometido, luego que se la había reformado y ordenado con un horizonte de tranquilidad, hoy comprometido. Pese a todo, si el gobierno logra encaminar las necesarias reformas, el país levantará.
P: Habiendo vivido esto ya en dos oportunidades ¿tendría algún consejo práctico para darle a Lacalle Pou? Claro que también tiene a su padre para dárselos…
R: Hace unos años le daba consejos…. ahora no los precisa…
P: ¿Y a su familia, su esposa…hijos chicos…?
R: Que le deseamos la mejor suerte… Porque en la vida política, además de hacer las cosas bien hay que tener suerte…
P: Muchas gracias Presidente.
R: A ti Ana.