Entrevistas

El Cardenal Daniel Sturla, Arzobispo de Montevideo, recibe el Premio Jerusalem.

“En mí se une lo religioso y lo ´político´, en el sentido de apoyo a la existencia del Estado de Israel. Y Jerusalén es naturalmente la capital de Israel”.

 

Nos parece especialmente significativo que al llegarse a la entrega número 30 del Premio Jerusalem por parte de la Organización Sionista del Uruguay, el galardonado sea el Cardenal Daniel Sturla. Tenemos el gusto de conocerlo desde hace años, de haberlo entrevistado en repetidas ocasiones sobre distintos temas. Esta entrevista, en la que nuevamente nos recibió de puertas abiertas en el Arzobispado, nos resultó especial.

Sturla está emocionado con esta distinción. Comparte sus recuerdos del viaje que realizó años atrás a Jerusalem y analiza el significado de la relación con Israel y del diálogo judeo-cristiano.

Una entrevista que es un homenaje al Premio Jerusalem.

 

P: Comencemos por las felicitaciones por este galardón, el Premio Jerusalem que recibirás en pocos días. ¿Qué te inspira?

R: Primero que nada, una sorpresa grande. Yo digo, ¿desde cuándo envejecí? ¿Un premio? Desde la escuela creo que no recibía ningún premio.  Vos sabés que a mí, la palabra Jerusalén me resuena muy fuerte. Yo he contado a veces, una experiencia que me pasó, la única vez que fui a Jerusalén.  Fue en el 95 y todavía no estaban los celulares o al menos no eran lo común. Calculando la hora, llamé a Montevideo un domingo  para encontrar a toda la familia reunida: mis hermanos, cuñados, sobrinos, mis tías, todos. Me atendió mi cuñado: “Hola, ¿cómo estás? ¿Dónde estás?”. Y yo le dije: “Estoy en Jerusalén”. Y fue decir: “Estoy en Jerusalén” y una emoción me dio, tan grande que me costó seguir la conversación. Fue como que tomé conciencia al decirlo.  Así que recibir un Premio Jerusalén, me encanta.

P: Tiene una connotación personal con ese recuerdo…

R: Así es. Te diré que después, al poco tiempo de la muerte en el 91 de mi hermano Martín que fue diputado, fue una delegación de parlamentarios de distinto partidos en la que él también iba a participar. Entonces plantaron un árbol en el bosque Artigas, en las colinas de Jerusalén. Dice “Plantado en la memoria del diputado Martín Sturla. Que en paz descanse”. Y por eso, cuando yo fui a Israel y a Jerusalén, sentía como que había como algo familiar, por ese árbol que habían plantado en honor a mi hermano.

P: y cuando vuelvas a ir, siendo ya Premio Jerusalem, el viaje tendrá como una dimensión múltiple, ¿no?

R: Sin duda. El año pasado  estuve por ir a Jerusalén, me hicieron dos invitaciones, pero al final no prosperó, así que me quedé con las ganas de volver.  Por ahora no hay ningún plan, pero tengo el anhelo. Pero recuerdo mucho el viaje del 95. Era una peregrinación de sacerdotes de distintos países pero había varios latinoamericanos. Entonces nosotros nos pusimos a cantar en español el Salmo 122.”Qué alegría cuando dijeron: Vamos a la casa del Señor, ya están pisando nuestros pies, tus umbrales, Jerusalén”. Fue fantástico. Íbamos cantando con mucha alegría.

Pero también recuerdo otra cosa…El día antes de salir a Jerusalén fue el asesinato del Primer Ministro Rabin, entonces primero se puso en duda si salía o no la peregrinación. Después nos respondieron que sí pero estuvimos horas en el aeropuerto de Roma antes de poder abordar el avión. Y cuando llegamos había un ambiente de tensión. Fue un momento muy difícil, pero la peregrinación por los lugares sagrados cristianos se pudo hacer sin problema.

P: Volvamos al Premio, que lleva el nombre de Jerusalem, que para ti, como cristiano creyente, tiene también una dimensión religiosa.  Pero yo me atrevo a decir que es un símbolo de una cierta cercanía o de apoyo a una causa, a los valores que representa el Estado de Israel. ¿Cómo ves tú esa dimensión?

R: Sí, en mí obviamente se une lo religioso y lo “político”, es decir en el sentido de apoyo a la existencia del Estado de Israel. El deseo sería que se hubiera cumplido la resolución del año 47 de los dos Estados, ¿verdad? Y que eso hubiera sido la solución que uno piensa podría haber traído la paz.

P: Ojalá los árabes la hubiesen aceptado.

R:  Después está  la defensa que siempre significa el Estado de Israel en cuanto una democracia fuerte en medio de países que no tiene este régimen, que es un régimen político que uno ama, con el que se siente identificado como uruguayo, digamos.

Y está también el tema de David y Goliat, ¿no? Yo recuerdo siendo niño la guerra del 67, yo tenía 8 años, pero me acuerdo clarísimo seguir lo que estaba pasando y rezar para que Israel siguiera existiendo porque en ese momento decían “los vamos a echar al mar”, cosa muy fuerte, muy gruesa, muy dolorosa, muy trágica.

P: Está claro que hoy Israel, por seguir la metáfora, tuvo que hacerse fuerte como Goliat, porque desde su nacimiento quisieron destruirlo.

R: En este momento me saltó como una fichita, me veo a mí mismo leyendo los diarios en casa .Y de estar muy pendientes de esa situación. Otra cosa obviamente es que después vienen las cosas más políticas de decisiones del Estado de Israel, que no  es que comparta todo. Yo espero que en algún momento se llegue a una paz duradera y que los palestinos también tengan su Estado. Ojalá también un Estado democrático que pueda defender los Derechos Humanos y vivir en paz con los otros. O sea, que también les deseo lo mejor a los palestinos.

P: La verdad, yo también. Pero en paz con Israel.

R: Y te diré los sacerdotes, todos los días rezamos distintas oraciones, todas con los Salmos. Y eso te pone como en una sintonía de oración con los Salmos y completamente con Jerusalén. Me encantan los Salmos de los peregrinos que se dirigen a Jerusalén y que ansían llegar. A mí me encantan los Salmos. Hay uno que me fascina: “Hasta el gorrión ha encontrado una casa, la golondrina un nido donde colocar sus polluelos, tus altares, señor de los ejércitos, rey mío y Dios mío”. Es decir, toda una poesía que tiene que ver con llegar a la casa del Señor, poder estar en el templo. Bueno, o sea que para mí, cuando llegamos a Jerusalén, cuando entramos en Jerusalén, cuando fuimos al Muro de los Lamentos, fue muy fuerte.

P: ¿Cómo se combina la dimensión religiosa, que te acompaña, el hecho que Jerusalem es Tierra santa, con el hecho que es la capital del Estado judío?

R: Jerusalén es la ciudad de David, ¿verdad? Y yo creo que es naturalmente la ciudad capital del Estado que continúa esa realidad que arranca con los primeros reyes. Y me parece que es natural que sea la capital del Estado de Israel. Otra cosa es cuál podría ser el estatuto de la ciudad santa, de la parte más santa, garantizando siempre el respeto a las tres religiones monoteístas que tienen su lugar santo en un pequeño espacio.

P: Y es increíble que desde la antigüedad haya quienes intentan borrar el vínculo judío con Jerusalem y la tierra de Israel. Palestina es el nombre que el imperio Romano dio a Judea, para tratar de hacer olvidar ese vínculo, en venganza porque se habían rebelado contra Roma.

R: Exacto, junto con el cambio de nombre de la ciudad de Jerusalén.

P: Así es, la llamaron Aelia Capitolina.

R: O sea que hay todo un tema de querer borrar lo judío de Jerusalén, que los romanos en eso fueron tremendos.

El Cardenal Sturla, en su oficina, con el libro que contiene los discursos de los Premios Jerusalem
El Cardenal Sturla, en su oficina, con el libro que contiene los discursos de los Premios Jerusalem

 

La dimensión religiosa

P: Me parece que el hecho que esta vez es el Arzobispo de Montevideo, un Cardenal, el receptor del Premio Jerusalem, es muy especial. ¿Cómo ves este aspecto?

R: Es  como una unidad con una ciudad que es única en el mundo. Con la que me siento ligado, con la cosa más honda de la fe cristiana. Es decir, en Jerusalén, para nosotros es la muerte y resurrección de Jesús, que es el hecho fundacional de la fe. Pero además, el templo de Jerusalén, el lugar sagrado, todo eso me habla de una unidad histórica de continuidad entre Israel y la fe cristiana. Yo entiendo que estas cosas pueden tener distintas resonancias en unos y en otros, pero para nosotros cristianos, realmente el pueblo judío son nuestros hermanos mayores.

P:¿Qué significa esa frase, acuñada por el Papa Juan Pablo II?

R: El Antiguo Testamento es para nosotros palabra de Dios. Y el pueblo judío es el pueblo elegido. Es decir, la irrevocabilidad de la elección de Dios es así. Y es parte también integrante de lo que es ser cristiano. Al menos yo lo siento así, lo vivo así y lo creo así. Y es lo que recoge también el Nuevo Testamento. Las cartas de Pablo hablando de la elección de Israel. Entonces, estar unido a través de este Premio Jerusalén…

Y esa expresión. “nuestros hermanos mayores”, fue lo que yo dije en la catedral cuando asumí como Arzobispo de Montevideo. En la homilia, en un momento, agradeciendo a quienes estaban presentes, dije “es una alegría ver aquí “la presencia de nuestros hermanos mayores”. Lo interesante no es tanto que yo lo haya dicho, sino el aplauso fuerte de la catedral entera.. Fue como algo muy bonito, justamente como un sello de unidad.  Yo mismo quedé sorprendido de la potencia del aplauso.

P: Y me imagino para los judíos presentes…

R: Claro. Los conmovió. Y creo que eso conmovió a los judíos que estaban allí presentes, y creo que eso fue como abrir una puerta que a mí me ha traído enormes alegrías de conocer muchísima gente buena con la que yo no tenía prácticamente contacto en mi vida sacerdotal, como salesiano, etc. muy metido en colegios, obras nuestras. No tenía esa apertura, digamos, al mundo judío, que me ha traído enormes alegrías y bueno, y meterme y conocer un mundo que en gran parte era desconocido. Es decir, más allá de lo que tenía que ver directamente con la Teología o con la escritura.

 

Desafíos conjuntos contra el odio

P: Conociste judíos ya en otra etapa de tu vida, un nuevo mundo, pero seguramente antes conocías…

R: Hay un chico  como yo (risas), que es el alcalde de Punta del Este, con el que teníamos amigos en común y nos habíamos conocido de adolescentes, pero después durante mucho tiempo, no hubo contacto. Siendo obispo auxiliar, ya ahí me visitaron una vez, Saúl Gilvich y otra figura de la colectividad. Y ahí comenzó a trabarse esa amistad. Después fue cuando me hicieron arzobispo y esas palabras, y después enseguida se me abrió un mundo de amistad y de enorme cariño con muchos judíos. Entre los que yo destaco esa relación muy especial con el que tuve con el Rabino Ben-Tzion Spitz

P: De la Kehila…Yo los vi juntos aquella vez que tú visitaste el Museo de la Shoá y era como un mutuo respeto con mucho cariño.

De fondo hay un creciente diálogo interreligioso judeo-cristiano.La propia Confraternidad Judeo Cristiana del Uruguay es un ejemplo.

R: Cumplió 60  el año pasado. O sea que es anterior al Concilio vaticano II, anterior a Juan XXIII. Es una cosa inusitada.

Juntos. Monseñor Arturo Fajardo, Rav Dani Dolinsky, Cardenal Daniel Sturla,Yousaf Khan de la comunidad musulmana Ahmadia y Pastor Dr Jerónimo Granados
Monseñor Arturo Fajardo, Rav Dani Dolinsky, Cardenal Daniel Sturla,Yousaf Khan de la comunidad musulmana Ahmadia y Pastor Dr Jerónimo Granados

 

P: Y hay sin duda cosas para hacer juntos…El antisemitismo, que en el pasado era de fuente cristianas, tiene hoy otros motores. Y la propia Iglesia se ha pronunciado claramente contra este flagelo.

R: Los brotes antisemitas están indudablemente. Y también hay brotes anticristianos en muchos lugares. Lo que pasa es que el antisemitismo ha tenido una tragedia absolutamente descomunal, una generación antes que la nuestra. La Shoa ha marcado a fuego la realidad del antisemitismo llevado a un extremo que parece impensable que el ser humano pueda hacer una cosa así. Entonces yo creo que eso marca a fuego también a toda nuestra generación y la que sigue en el sentido de cómo hay que procurar el encuentro del diálogo, del conocerse, el nunca más se repitan esas cosas.

Y uno se pregunta cómo puede pasar que haya ataques a otros por su nacionalidad, por su raza, por su religión.  Ayer veía una filmación de una niña -no quiero equivocarme si era en Pakistán o en Irán- cuyo padre se habían convertido al cristianismo y había sido condenado a muerte.

P: Entiendo que es un video de Irán.

R: Y la chica lloraba desconsolada. Una cosa tremenda por una conversión a otra religión distinta a la oficial. Es decir, uno ve que en distintos lugares hay un no respeto al diferente, al otro, al que piensa distinto, al que cree algo distinto.

P: Y en los últimos años, en Medio Oriente, en países islámicos, los cristianos han sido una víctima terrible del fundamentalismo islámico.

R: Así es. En Egipto, el 10% de la población son coptos, que existen desde  antes que el Islam. Ha habido situaciones trágicas de iglesias quemadas y atacadas en atentados. Y después estuvo esa cuestión absolutamente terrible que fue el asesinato en Libia de los cristianos a orillas del mar Mediterráneo con el del huello filmado y la amenaza. Es decir, son cosas brutales.

 

Entre el creyente y Dios

P: Me pregunto si para un hombre de fe no es más difícil entenderlo. El otro día, en el acto de reinauguración del Museo de la Shoa, el Rabino Max Godet dijo :“La pregunta no es dónde está Dios, sino dónde estaba el hombre”. Y es muy cierto. Pero yo te pregunto, como creyente, si tú también te planteas “¿Dónde estás Señor?”.

R: A mí me gusta mucho una anécdota que he leído y que más de de una vez la he usado, aunque no sé  su veracidad histórica. Se ubica en el  gueto de Varsovia, dos rabinos están discutiendo acerca de la existencia de Dios en medio de todo lo que está sucediendo. Llegan a  la conclusión  que Dios no puede existir. Entonces dicen: “Sí, yo creo finalmente que Dios no existe”. Y el otro rabino dice: “Sí, yo también. Creo que Dios no existe”. “¿Estamos de acuerdo?”. “Sí”. “Bueno, ahora recemos”.

P: Muy bueno…

Visitando, en el 2015, el Museo de la Shoa en Montevideo
Visitando, en el 2015, el Museo de la Shoa en Montevideo

 

R: Porque expresa esa sensación de que no puede ser y, sin embargo, ese silencio de Dios es vencido por una fe que no se deja disuadir por ese mismo silencio. Uno lo vive como sacerdote en situaciones mucho menores que una tragedia como la Shoa . La muerte de un inocente, de un niño, por ejemplo, por una enfermedad, en un accidente. Una vez me pasó en la radio, hablando con dos veteranos muy famosos de acá, que dijeron: “Bueno, a mí me gustaría ser creyente. No lo soy. Me gustaría ser creyente porque  en la fe uno tiene la respuesta”. Y yo dije: “Bueno, a mí hay veces que me gustaría ser no creyente. Cuando yo voy al velorio de un niño, no me gustaría ser el cura, no me gustaría ser el creyente. Me gustaría decir ‘qué mala suerte’”.

P: Muy fuerte eso, Daniel. ¿Has estado enojado con Dios?

R: Claro, pero como ese cuento de los rabinos.

P: Lo perdonás al final. ¿O es una herejía plantearlo así?

R: Plantearlo así es medio herético, sí. Obviamente uno no se puede poner en el mismo plano de Dios. Entonces, en ese sentido, es totalmente fuera de lugar decir a uno que perdona a Dios. Pero en esa relación más íntima y personales del creyente con Dios, creo que eso puede entrar muy entre comillas, ¿verdad? Y un creyente auténtico termina diciendo, alabando la bondad de Dios. Los Salmos sirven muchas veces porque el salmista increpa a Dios a veces. A mí me gusta mucho un Salmo que dice: “Tu bondad, Señor, me aseguraba el honor y la fuerza, pero escondiste tu rostro y quedé desconcertado”.

P: Ahí hay una crítica…

R: Claro.  Entonces yo creo que muchas veces uno está confiado y alabando a Dios, sucede una desgracia y uno dice: “¿Dónde estaba? ¿Qué pasó”. Pero al final, todos los Salmos terminan siendo un acto de confianza en Dios. O sea, terminan siempre alabando al Dios que está presente. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Pero al final dice: “Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré”. O sea que el mismo salmista que expresa ese abandono, termina contando la fama de Dios a sus hermanos.

El mensaje que escribió el Cardenal Sturla en el libro de visitas del Museo de la Shoa
El mensaje que escribió el Cardenal Sturla en el libro de visitas del Museo de la Shoa

 

 

P: Muchas gracias por todo esto, por haberme enriquecido. Y felicitaciones nuevamente por el Premio Jerusalem.

R: Muchas gracias Ana a ti por las felicitaciones y por esta nueva entrevista.

Ana Jerozolimski
(08 Diciembre 2019 , 19:25)

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