Ioel Shemesh Gold fue invitado a tocar en la recepción final del gran evento
No solemos destacar quiénes son los músicos invitados a participar en distintos eventos en Israel, a menos que tengan alguna característica especial. Esto justifica pues que destaquemos cada tanto las buenas andanzas de Ioel Shemesh (30), no sólo porque su mamá Florita Gold nació en Montevideo, sino porque él mismo se siente íntimamente vinculado a Uruguay y ha viajado en numerosas ocasiones a visitar a su familia materna, sintiéndose plenamente en casa. Eso, claro está, además de su altísimo nivel musical, el cual inclusive lo ha llevado a tocar en la sala Zavala Muniz en el Teatro Solís hace poco más de un año, invitado especial al Festival llamado Jazz Tour.
Días atrás Ioel vivió una singular emoción. Recibió una llamada que tildó de “muy curiosa” de una productora en Jerusalem. “Me preguntó si estoy libre para tocar el jueves en la ciudad y como yo sabía que ese era el día del Foro, me alegré muchísimo con ese honor”. O sea, Ioel logró intuir con emoción lo que luego le confirmaron formalmente: estaba invitado a tocar algunas piezas de piano en el marco del V Foro Mundial del Holocausto que se llevó a cabo el 23 de enero en la capital de Israel, con la participación de casi 50 jefes de Estado y grandes personalidades internacionales.
Con mucha modestia, Ioel aclara que su participación no fue durante el foro mismo realizado en el Museo Recordatorio del Holocausto Yad Vashem sino en el evento de cierre llevado a cabo en el hotel Waldorf Astoria. Aunque la mayoría de los gobernantes invitados ya había partido de regreso a sus respectivos países, también este evento fue de gran envergadura y para Ioel, de gran emoción.Conoció así personalmente a la Presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos Nancy Pelosi, al Presidente de la Kneset Yuli Edelstein y a Moshe Kantor, Presidente del Foro organizador del evento, y eso no ocurre todos los días. “Para mí fue una gran emoción”, comenta.
“Te diré que lo primero que sentí cuando me invitaron, fue un gran orgullo. Después, claro, vino el estrés. Aunque ya he tocado en eventos nacionales e internacionales, saber que estoy tocando en un evento tan grande en el que se puso mucha atención también en el exterior, da algo de nervios, claro. Pero profesionalmente, me sentí muy entusiasmado”-cuenta Ioel.
Inmediatamente después, pide agregar la dimensión personal, especialmente judía, de un evento de este tipo. “A mí también me tocó en la Shoá en lo personal, en mi familia uruguaya. Mis bisabuelos nacieron en Polonia y Lituania. Antes de la Shoá llegaron a Montevideo, lo cual evidentemente los salvó. Pero aquellos de sus familiares que quedaron en Europa, no sobrevivieron. Así que cuando hay algo sobre la Shoá, para mí tiene un gran significado”.
Fue Moshe Kantor, el fundador del Foro, quien pidió que Ioel toque música clásica. “Yo le propuse mezclar lo clásico, que canciones hebreas improvisadas en el estilo clásico. Es parecido al estilo que toque con el percussionist Uruguayo Nico Arnicho, dos años atrás. Las mezclas musicales son lo que más me gusta”, cuenta Ioel.
Aunque música clásica no es lo que toca más seguido, Ioel tiene mucho respeto a todo lo clásico. “La mezcla entre Mozart y Chopin con el Ladino y el Iddish fue una aventura”, dice hoy con una sonrisa, ya sin los nervios de aquella noche.
Comentamos a Ioel que en la prensa israelí, aunque la ceremonia recordatoria en Yad Vashem fue muy solemne, hubo muchas críticas por la gran atención dada a la visita de los dignatarios extranjeros. Primero,por la gran cena en Beit HaNasí, que algunos periodistas opinaron parecía una fiesta. Preguntamos cómo lo vio él desde adentro y si considera que los participantes lo tomaron como una fiesta realmente o como un acompañamiento artístico serio que no arruinaba la parte recordatoria.
“Es verdad que el evento del Foro fue criticado”, dice Ioel. “Pero desde mi punto de vista, el encuentro rindió homenaje a los sobrevivientes que llegaron y yo no sentí ningún ambiente de fiesta. Para mí, fue un digno evento en el marco de la conmemoración de los 75 años desde el cierre de Auschwitz”. Según él “como judíos, tenemos la obligación de contar nuestra historia al mundo, y eso es lo que tratamos de hacer, por lo cual fue muy positivo que hayan llegado tantos líderes del mundo, que así, pudieron escuchar”.