Israel

Dalia Bassa, la israelí que coordina la cooperación con los palestinos en la crisis Corona

“Los virus no conocen fronteras”, asegura

Dalia Bassa trabaja desde 1994 como Coordinadora de Salud en la Administración Civil, el brazo del ejército israelí dedicado a atender necesidades de la población civil palestina en Judea y Samaria (Cisjordania),o sea en contacto directo tanto con los palestinos como con el sistema de salud pública israelí. Esto cual incluye constantes coordinaciones entre ambas partes tanto para tratamientos puntuales en Israel como para la capacitación de médicos palestinos en hospitales israelíes. Hacía este trabajo ya antes de los acuerdos de Oslo, como funcionaria en el sistema de salud pública israelí, pero el marco era distinto. Y ahora, con la crisis del Coronavirus, estaba claro desde el primer momento que Dalia desempeñaría un rol clave en la cooperación entre el lado israelí y el palestino, esencial para combatir efectivamente la propagación del virus. “Las enfermedades no saben de fronteras, no distinguen entre pueblos y credos”, nos dice en una entrevista telefónica.

Dalia con varios médicos y paramédicos palestinos al llegar al hospital israelí Sheba-Tel Hashomer
Dalia con varios médicos y paramédicos palestinos al llegar al hospital israelí Sheba-Tel Hashomer, recibidos por el Dr. Bar-On

 

“El primer contacto que tuvimos con los palestinos en el tema del Corona, fue a mediados de enero, por un turista chino que se hospedaba en un hotel de Beit Jallah”, recuerda Dalia.”Mandamos su examen al laboratorio del hospital Tel Hashomer, el primero que se encargó de este tema, y afortunadamente dio negativo.  Pero claro que ahí no se terminó todo y hoy, como sabemos, sí  hay varios contagiados del virus, la enorme mayoría en Belén y uno en Tulkarem”.

Hasta el momento de publicar esta nota, domingo 15 de marzo al mediodía, Dalia nos confirma que hay 38 enfermos de Corona en el territorio bajo control de la Autoridad Palestina. De ellos, 37 en Belén y uno en Tulkarem.

Fumigación de la plaza Manara en Ramallah
Fumigación de la plaza Manara en Ramallah

 

Todo empezó con un grupo de turistas griegos que se hallaban en un hotel en Belén, de los que se contagiaron varios de los empleados. El problema, al igual que en todos lados, es que hasta que aparecen los síntomas, se hace un examen y se comprueba, pasan días valiosos en los que los contagiados pasan el virus a otros.

En estos momentos, desde el 5 de marzo, Belén está totalmente cerrada. Israel no permite el acceso, pero lo más relevante es que los servicios de seguridad palestinos no permiten que nadie entre a la ciudad ni salga de la misma. La restricción es estricta y las únicas excepciones, según confirma Dalia Bassa, es para “casos graves de pacientes con enfermedades crónicas que precisan indefectiblemente pasar a Israel”.

En esta situación, la coordinación entre vecinos es clave. Así como nadie quiere ni contagiar al vecino del departamento contiguo ni tampoco contagiarse de él, ni Israel quiere verse afectado por lo que pase del lado palestino, ni los palestinos por lo que ocurre en Israel. La ayuda mutua es clave para salir adelante. Es producto tanto del interés de cada una de las partes por protegerse como de una consideración humanitaria.

Dalia habla justamente en esos términos y sentimos que no lo hace para quedar bien. Aunque fue Israel quien entregó (gratuitamente) a los palestinos equipos para protección del personal médico y los materiales necesarios para examinar a quienes se sospecha puedan estar enfermos, además de organizar capacitaciones para médicos palestinos en Tel Hashomer, ella no habla de “ayuda israelí” sino de “cooperación”. Es que de fondo está su convicción desde siempre que ayudando a los palestinos a poder ayudarse a sí mismos, también se está aportando a la situación general.

“Desde el comienzo, tenemos reuniones con el Ministerio de Salud Pública israelí, con el palestino y hemos tenido también con funcionarios de Jordania”, cuenta Dalia. “El monitoreo es constante. Y hemos organizado capacitaciones de palestinos en Magen David Adom y en el Centro de Enfermedades Infecciosas en Tel Hashomer", cuenta Dalia. Agrega que por un lado se ha hecho capacitaciones a técnicos de laboratorio paelstinos para que puedan hacer los exámenes ellos mismos, lo cual en efecto hacen, pero que ha habido casos-y sigue habiendo- en los que piden confirmar resultados de exámenes que ya realizaron, y éstos son enviados al ya mencionado Tel Hashomer. “Hasta ahora hemos hecho unos 25 exámenes. Yo creo que del lado palestino están haciendo un trabajo excelente”.

“El virus no conoce de fronteras, no importa si uno es  israelí o palestino”, reitera Dalia. “Así que colaboramos con convicción para lidiar con este desafío conjunto, y lo estamos haciendo exitosamente”.

Dalia destaca medidas que está tomando la Autoridad Palestina. Ha abierto una instalación para pacientes que requieran aislamiento, en Jericó.Hay  dos casas rodantes de cuidados intensivos para quienes cruzan el puente Allenby desde Jordania, por si surge la necesidad. Y en Belén, están convirtiendo las instalaciones del centro de desintoxicación en un hospital para pacientes en aislamiento. Se abren centros de tratamiento para pacientes con Corona en el hospital de Ramallah y , según Dalia, lo harán también en otros hospitales de Cisjordania.

También es importante proporcionar la información adecuada. Israel ha traducido material al respecto al árabe, lo hizo llegar tanto a la Autoridad Palestina como a Gaza, gobernada por Hamas-donde por ahora no se han reportado casos de Corona-y COGAT, la Coordinación de las Actividades en los Territorios  (de la cual la Administración Civil donde trabaja Dalia es un brazo práctico) se encarga de hacerla accesible a todos a través de sus redes.

Preguntamos si los palestinos también analizan, como Israel, cuál es la cadena de contagio de cada caso confirmado, para saber cómo alertar a la población y ubicar dónde ha estado y a quién puede haber infectado. “Por supuesto”, responde Dalia. “Hacen los exámenes epidemiológicos que requiere el caso e intercambiamos información. Por ejemplo, si un israelí cae enfermo y sabemos que trabajaba con un palestino, les pasamos los datos, y ellos hacen lo mismo, así podemos llegar al origen del problema, tratando de frenar el virus”.

Le comentamos que la recordamos de años atrás, de un encuentro en el hospital Shaarei Tzedek de Jerusalem. Dalia, como siempre, estaba en el medio de alguna coordinación importante para salvar vidas. Le decimos que tenemos presente la impresión que nos causó aquella vez, la pasión con la que abordaba el tema, la entrega total. Captamos su sonrisa aún a través del teléfono. “Eso no ha cambiado nada desde entonces”, confirma.

Dalia, ya años atrás, en el hospital Shaarei Tzedek, con una madre palestina y su hijo atendidos allí, y una de las enfermeras israelíes
Dalia, ya años atrás, en el hospital Shaarei Tzedek, con una madre palestina y su hijo atendidos allí, y una de las enfermeras israelíes

 

Dalia, que hoy cuenta está ya en edad de jubilarse o más aún, no ha tenido hijos. En  más de una oportunidad dijo que los niños a los que ayuda a salvar, son como suyos propios. Está claro que hace más de lo que formalmente sería esencial en su cargo, que podría limitarse a coordinación desde la oficina, unas llamadas, alguna insistencia y nada más. Pero eso no va con su genio, con su empatía natural y con el rostro humano, el nombre y apellido, que tiene para ella cada uno de los niños o jovencitos palestinos a los que ayudó a salvar, con la intervención activa por cierto, y la buena voluntad, tanto de los hospitales israelíes como de las Fuerzas de Defensa de Israel.

 

 

Por algo es conocida entre los palestinos como “Malak” (ángel). La gente sabe, por las historias que circulan entre todos, que Dalia siempre atenderá el teléfono de buena gana, a cualquier hora, y se pondrá a ver cómo ayudar.

Ana Jerozolimski
(15 Marzo 2020 , 05:28)

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