La crisis del Coronavirus que envuelve a Israel, no detuvo el proceso político determinado por la ley, y tal como estaba previsto, el Presidente Reuven Rivlin se reunió ayer con representantes de los partidos electos en los comicios del 2 de marzo, para recibir de cada uno su recomendación de cara a la formación del gobierno. El resultado fue claro: 61 de los 120 diputados que conforman la Kneset, recomendaron que la misión de formar coalición sea encomendada al jefe de Kajol Lavan Beni Gantz, mientras que los restantes 59 recomendaron que ello sea encargado al actual Primer Ministro Biniamin Netanyahu.
Por ende, está confirmado oficialmente-y anunciado en estos términos por Beit HaNasí- que el desafío recaerá sobre Beni Gantz. En este sentido, en realidad, al haber una mayoría clara de recomendaciones en su favor, el Presidente no tiene margen de maniobra.
Sin embargo, dado que está claro que esa mayoría de la mitad más uno no permitirá a Gantz realmente formar gobierno, el Presidente intenta acercar a ambos líderes, para que formen un gobierno de unidad nacional. La idea sería que Netanyahu sea el primero en encabezarlo, durante un año, y luego llegue el turno de Gantz. Ya el domingo de noche, pocas horas después de finalizadas las rondas de consultas con los partidos, Rivlin invitó a Gantz y Netanyahu a reunirse con él en el sector privado de su residencia oficial.
Historia, con limitaciones
Aún si no logra finalmente formar gobierno, Gantz ya hizo historia: logró unir por primera vez en una misma postura, a la Lista Conjunta (mayormente árabe, compuesta por cuatro facciones, 3 de ellas árabes y una que cuenta también con participación judía) y al ex ministro Avigdor Liberman jefe del partido Israel Beiteinu. Liberman suele referirse a la Conjunta como “quinta columna”, acusando a sus miembros de “apoyar el terrorismo”. Meses atrás, al explicar la diferencia entre sus críticas a la Conjunta y a los partidos ultraortodoxos (haredim) dijo que “los haredim son mis adversarios, pero la Conjunta son mis enemigos”.
Tanto la Lista Conjunta como Israel Beiteinu desean ante todo quitar a Netanyahu del poder. Por eso recomendaron a Gantz. Lo más fuerte al respecto es que a diferencia de lo ocurrido tras las elecciones de setiembre 2019, la recomendación en favor de Gantz fue en nombre de todos los diputados de la Conjunta, 15 en total, incluyendo la facción Balad, considerada la más anti-sionista. Ver a su jefe Mtanes Shehade sentado cerca del Presidente, con la bandera de Israel de fondo, era poco común, aunque claro está que también en la Kneset está rodado de los símbolos oficiales del Estado, cuya definición como Estado judío rechaza con vigor.
Pero eso no significa que puedan sentarse en un mismo gobierno y ser parte de una misma coalición. Gantz, de todos modos, que ya violó una promesa electoral al apoyarse, para recibir la recomendación presidencial, en la Conjunta, no los incluirá en su gobierno ni ellos tampoco se sumarían.
Este domingo, Ayman Odeh, jefe de la Conjunta, dijo al Presidente que para su partido, lo clave es quitar a Netanyahu, al que acusa de incitar contra la ciudadanía árabe, y que por eso recomienda a Gantz. Sin embargo, aclaró , usando originalmente una expresión conocida derivada de la historia judía, que no lo hicieron tanto “por amor a Mordejai, sino por odio a Hamán”. Odeh recalcó que el apoyo a Gantz es para la formación de un gobierno “de centro izquierda” y no para un gobierno de unidad nacional con el Likud “al que nos opondremos con todas nuestras fuerzas”.
Unidad y emergencia
Pero todo parece indicar que la dirección es un gobierno de unidad, o de emergencia nacional, al que probablemente no se sumaría Liberman.
El llamado al respecto lo formuló públicamente Netanyahu el sábado de noche al dirigirse a la ciudadanía para anunciar las nuevas restricciones aprobadas para lidiar con el Coronavirus, lo cual despertó expresiones de apoyo y también sendas críticas de analistas y políticos opositores que le acusaron de aprovechar la crisis para fines políticos.
De fondo hay, evidentemente, una gran desconfianza. Tras un tuit de Netanyahu afirmando que “el país y el pueblo necesitan un gobierno de emergencia nacional”, Gantz respondió: “Alguien que desea unidad, no pospone su juicio a la 1 de la madrugada y no manda a los medios un ´plan para unidad de emergencia´ sino un equipo de negociaciones. A diferencia de usted, yo continuaré apoyando toda acción correcta del gobierno, sin ninguna consideración política. Cuando usted lo encare seriamente, hablamos”.
Gantz y su partido criticaron duramente la decisión del Ministro de Justicia Amir Ohana del Likud, a altas horas de la noche, de declarar “estado de emergencia” en el sistema judicial, dando a entender claramente que se trató de una maniobra para postergar el juicio, que estaba programado para este martes 17 de marzo. Pero el Likud respondió que el paso fue coordinado plenamente con los jueces designados para el juicio, que por la situación, prefirieron pasarlo al 24 de mayo.
La situación actual es muy singular .Por un lado, el Presidente encomendará a Gantz la formación del gobierno. Por otro, Gantz sabe que lo más seguro es que no lo logre, por lo ya explicado arriba. Tampoco Netanyahu podría lograrlo, ya que si bien su partido recibió en las elecciones 36 escaños frente a 33 de Kajol Lavan, lo determinante es el bloque, y el suyo tiene sólo 59.
Según diversos analistas políticos en los medios locales, para Gantz es de todos modos importante destacar públicamente que una mayoría de los diputados electos lo recomendó a él, no sólo para ganar puntos tras una semana en la que Netanyahu, por el manejo de la crisis del Corona, parecía haberlos ganado todos.También, para poder usar la mayoría parlamentaria para cambiar al Presidente de la Kneset y dar otros pasos que le resultarían claves de aquí en adelante en los manejos políticos.