Entrevistas

La visión de un experto en catástrofes

Con el Dr. Meir Elran del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional

Durante años recordamos la entrevista que le realizamos en el 2013 al Brigadier General (reserva) Dr. Meir Elran, del prestigioso INSS (la sigla en inglés del Instituto de Estudios de Seguridad Naciona), sobre el tema de la resiliencia. La tensión de fondo eran por cierto las amenazas a la seguridad nacional de Israel, el esfuerzo nuclear de Irán, los cohetes de Hamas desde Gaza. “La capacidad de resiliencia, la entereza nacional en Israel es alta”, nos decía. “Es así, en gran medida, porque ha tenido que acostumbrarse a lidiar con amenazas y a la necesidad de defenderse”. Pero lo que se está viviendo ahora con la crisis Corona-que el Primer Ministro Biniamin Netanyahu ha dicho es “otro tipo de guerra, contra un enemigo invisible”-es distinto. A esto, nadie se podía acostumbrar. Esto nadie lo podía prever.

Nos volvimos a comunicar este jueves 19 de marzo con el Dr. Meir Elran, le recordamos aquella entrevista, y cuando le preguntamos si hay algún cambio en la forma de presentarlo, nos dice que su título formal es Director del Programa de Investigación del Frente Civil, lo que en inglés se llama Homeland Security. Más apropiado a este momento, imposible. Y  agrega el detalle específico de su área de investigación, a la que se dedica en los últimos 15 años, desde que finalizó su carrera en el servicio de Inteligencia de Tzahal: resiliencia nacional y catástrofes masivas. Él lo dice y hasta sentimos que nos salta el corazón.

 

P: Meir, con ese campo de investigación, que hasta impacta escuchar su título en la situación actual ¿se dijo, cuando empezó todo esto, he aquí el ejemplo concreto más claro de lo que eso significa?

R: La verdad es que debido a que por ciertas circunstancias personales estaba inmerso en otras cosas, no lo capté enseguida, no de inmediato. Pero me di cuenta bastante rápido que esto es algo distinto, imposible de captar en su entera magnitud. Creo que no tenemos las herramientas para comprender plenamente su dimensión. Hay tanta incertidumbre que no podemos entender a fondo de qué se trata. Creo que por más que se escriba e informe, no podemos aún empezar siquiera a analizar.

P: Y usted no se refiere sólo a los expertos…

R: Claro que no. También al público en general, y lo más grave, a quienes toman las decisiones. No podemos estar plenamente seguros de que las decisiones que se toman son las más correctas, porque esto nunca nos pasó, es la primera vez que se lidia con esta situación.

P: Entiendo que no se refiere al hecho que este virus era desconocido hasta ahora.

R: Claro que no. El tema no es el virus nuevo. Me refiero al tema de la concientización. No al tema físico sino a la psicosis que emerge de todo esto, porque es un evento que excede la capacidad de comprensión humana, como grupo, como mundo. Estamos en un estado de absoluta incertidumbre y eso lleva a la desconfianza.

P: ¿Desconfianza en las autoridades?

R: Sí, en Israel lo vemos claramente. El Primer Ministro sale cada noche a las cámaras y habla a la ciudadanía, y por lo menos la mitad de la población considera que hace manipulación para huir de su juicio. O sea que hay desconfianza pero no sólo por el tema concreto de que hay acusaciones en su contra que deberán aclararse en un juicio, sino porque su credibilidad no permite que la gente se conecte plenamente con lo que dice, y eso en medio de un evento gigantesco como el actual, es un problema.

P: ¿Y cómo incide esto en la gente?

R: Yo creo que en lugar de fortalecernos, nos confundimos. Y nos quedamos con la incomprensión, con la incertidumbre, la sensación de incomodidad, el temor, el pánico. Y no se trata sólo de qué se trata sino de cuánto durará. Hay preguntas muy básicas a las que no hay respuesta. Algunos dijeron que esto se terminará en el verano, otros que durará un año…nadie sabe.

P: Usted habla de procesos que yo diría van por adentro, pero además está el tema concreto, práctico, de las instrucciones de las autoridades respecto al aislamiento social para frenar la propagación del virus. Y si bien lejos está de ser perfecta la respuesta de la ciudadanía, en general sí se siente claramente un cambio en el comportamiento de la población.

R: Ese por supuesto no es mi campo y no puedo decir si el aislamiento es la respuesta. Pero hemos elegido creer a eso que nos dicen. Pero a lo que yo me refería es a que de fondo hay un gigantesco signo de interrogación. Éramos como un tren que avanza a alta velocidad, muy especialmente en los últimos años, y que súbitamente se tuvo que detener. Y eso puede hacer que el tren descarrile. En principio, es auténtico el riesgo de desplome total. Pero en Israel aún nos aferramos a la idea que podemos salir adelante.

P: Usted decía recién que el tema no es el hecho que el virus es nuevo. Lo impresionante es algo que va más allá de ello ¿no? O sea…es la primera vez que la humanidad lidia con algo así, en nuestro tiempo. En otros tiempos se lidió con cosas más enormes todavía.

R: Pero ahora hay diferencias sustanciales con todo lo que pasó antes. Uno es el tema de la magnitud-y recordemos que esto aún no ha terminado-, la globalidad en el mundo todo y el papel de los medios, que inciden muchísimo.

P: Los informes agigantan…

R: Muchas veces sí. Hay conexión entre todos estos elementos, algo muy distinto de lo que se vivió en otros tiempos. Desde este punto de vista, es un gran desafío.

La situación puntual de Israel

P: ¿Cómo evalúa usted concretamente la forma en que Israel lidia con la crisis?

R: El problema es que estamos en dos crisis: Corona y una grave crisis política. Y el problema central es la conexión entre ambas, que no es nada sencilla. Si me concentro primero en la forma práctica en que el Estado se desempeña en la crisis Corona, el hecho es que nadie ha muerto y eso no es poca cosa, Significa que nuestro sistema de salud tiene lo que ofrecer. Pero aún no podemos saber qué pasará mañana o en un mes, a medida que aumenten los casos. Indudablemente nuestro punto de partida era bueno cuando empezó esta crisis. Hasta hace unas semanas, nuestra situación económica era muy buena y eso es muy importante. El aspecto negativo de todo esto es que la gente se acostumbró a un alto nivel de vida que no creo que podamos seguir teniendo cuando salgamos de esto. La gran pregunta es cómo saldremos de esto.

P: O sea…una cosa es lidiar con la crisis ahora y otra es la recuperación.

R: Exacto. Pensemos en otros tiempos…si un león amenaza al hombre, entra en la cueva y se protege. También ahora entramos en la cueva, o sea construimos una barrera a nuestro alrededor. Pero sabemos que no puede ser hermética y que existe un riesgo.  Pero luego está la pregunta sobre cuánto nos llevará recuperarnos, volver a la normalidad.

Hay dos elementos en la evaluación de la resiliencia nacional: cómo podemos seguir adelante y preservarnos cuando algo interfiere en nuestra normalidad, y cómo podemos recuperarnos después. Tal como dije antes, nuestro punto de partido era bueno, o sea empezamos a lidiar con esta crisis cuando Israel estaba en muy buena posición. Pero la próxima etapa depende de la dimensión del daño y de cómo el Estado manejará el esfuerzo.

P: ¿Cuál sería  el punto débil en su opinión?

R: Tenemos problema con nuestro liderazgo, como dije antes, más que nada en el tema de la confianza de la población. Cuando el Primer Ministro sale a hablar a la ciudadanía y la mitad del público, o creo que más aún-aunque no ha habido un sondeo al respecto- considera que quizás las decisiones que toma se deben a que tiene de fondo un juicio y se pregunta si las toma para él o para el bien de la gente, es un serio problema. Por lo menos la mitad de la población tiene dudas sobre la credibilidad del Primer Ministro, aunque es indudable que habla como nadie y que es muy talentoso.

P: Más allá de ese punto ¿siente que se está manejando bien las cosas?

R: Creo que es clave que el ejército sea parte integral del esfuerzo nacional en este sentido. Ya ha empezado, pero hay más por hacer.

P: Vemos lo que pasó esta semana  en la Kneset, que no está funcionando por las discusiones de fondo entre el Presidente de la kneset, que es del Likud, y Kajol lavan de Gantz, sobre su composición. No sé por quién votó usted ¿pero cree que tanto Netanyahu como Gantz tienen que transar en algo para poder cooperar realmente en el tema de la crisis Corona?

R: Te responderé así: todos debemos pensar cómo hay que comportarse distinto en una situación tan distinta de todo lo que hemos vivido hasta ahora. Como suele decirse, hay que cambiar el disco en la cabeza.

P: Y en la parte más práctica sobre el funcionamiento diario del Estado en la crisis actual ¿cómo evalúa la situación?

R: No tengo una crítica especial. Me parece que el Ministerio de Salud Pública está actuando muy bien, tiene gente buena, profesional, y estimo que la política que proponen es la correcta, la razonable. El problema de la credibilidad ya lo mencioné. El segundo problema respecto al liderazgo es que esto parece una función demasiado en “solo”. Es sólo de Netanyahu y del Ministerio de Salud Pública. Siento que falta cooperación con otros niveles del liderazgo a lo ancho y a lo largo, o sea otros ministerios, los consejos regionales, municipalidades. Por ejemplo, no oí nada hasta ahora del Ministerio de Bienestar Social, que debería estar dando respuestas claras a los sectores más débiles, a la gente con discapacidad, es un mundo entero, y no sé qué están haciendo. También es importante propiciar en forma ordenada el trabajo voluntario, que siempre aporta mucho.

P: Hay numerosas iniciativas de voluntariado justamente.

R: Sí, surgen por todos lados. Creo que el Estado mismo tiene que darles un aval muy importante y facilitarlo. Eso siempre aporta mucho a la sociedad.

P: Esperemos que el tren no se descarrile y que se lidie lo mejor posible con la situación.

R: Que así sea.

Ana Jerozolimski
(19 Marzo 2020 , 07:59)

Ultimas Noticias Ver más

Esta página fue generada en 0.0451989 segundos (17965)
2024-10-07T21:52:33-03:00