Israel

Un mensaje de Renacimiento, en Iom HaZikaron

Conversando con Shai Abramson, gran cantor litúrgico que es  también  el Jazan Jefe de Tzahal

Al conmemorar Israel Iom Hazikaron, el Día Recordatorio de los Caídos y las Víctimas del Terrorismo, una de las figuras que entra a todos los hogares del país a través de la pantalla chica desde hace ya 12 años, es Shai Abramson. Si bien desde hace unos años su posición es como civil que presta servicio a Tzahal, es formalmente el Jazan (Cantor litúrgico) de las Fuerzas de Defensa de Israel y tiene el rango de Teniente Coronel. Por ende es quien conduce la parte litúrgica en todas las ceremonias centrales del día del recuerdo, lo cual para él tiene  una fuerte dimensión nacional, judía y humana. Al mismo tiempo, en la parte civil de su actividad,  también realiza conciertos dentro y fuera de Israel, es invitado a cantar en eventos diversos en el mundo judío, e impacta por cierto con la potencia de su voz.

“El día de recuerdo es una fecha nacional, creo que la más solemne en el calendario israelí”, nos dice Shai. “Sin duda se siente en casi todos los hogares, porque en toda familia o hubo un caído o se conoce a alguien que perdió a alguien, pariente o amigo. Yo veo todos los años las cifras que publican y me estremecen.  Para todo israelí, también para mí, llegar a este día es como trepar al Everest, así lo siento yo…agota y emociona”.

 

En esta filmación, podemos verlo y escucharlo en la ceremonia oficial de apertura de los actos de Iom Hazikaron en el Kotel, el Muro de los Lamentos.

 

Preguntamos si Iom Hazikaron tiene para él nombres y rostros puntuales.

 “Por supuesto. Perdí amigos, comandantes, recuerdo siempre también a gente que yo mismo sepulté, por lo cual sigo en contacto con sus familias”, nos cuenta. “Y cuando suena la sirena, me embargan muchas emociones. Recuerdo a amigos de clase en la escuela que cayeron, a líderes en Bnei Akiva que ya no están…Y esto va hacia atrás, porque un familiar mío, al que por cierto no conocí, cayó en la lucha por Jerusalem en 1967, en Guivat HaTajmoshet, una de las batallas más duras en la ciudad. O sea que cada uno tiene sus historias”.

 Y menciona enseguida el caso de Dror Weinberg, un oficial de la unidad élite Maglan, que murió en el 2002 en Hebron, en un ataque al así llamado “Tsir hamitpalelim”, el camino conducente a la  Tumba de los Patriarcas. “El tema no es sólo lo que se cuenta de él, lo que era y lo mucho que seguramente aún tenía para lograr, sino la trágica historia de su familia”, recuerda Shai. “Su madre perdió dos hermanos en la Guerra de los Seis Días, luego perdió a Dror y al año siguiente a otro hijo, que falleció por una enfermedad”.

Shai también tiene muy presentes casos de soldados que no tienen a sus familias en Israel, jovencitos que podrían haber ido a estudiar y a vivir cómodamente en sus países de nacimiento, pero quisieron enrolarse a Tzahal y vinieron por eso especialmente a Israel, donde cayeron. “Siempre voy a visitar sus tumbas  y este año, también lo haré en nombre de sus padres que no pueden venir”, asegura.

 

P: Tú has aclarado en repetidas ocasiones que ser el Jazan Jefe de Tzahal no es solamente decir el Maale Rajamim. Pero en estos días, eso es central.

R: El Maaleé Rajamim es una especie de título relacionado al acompañamiento de las familias de soldados caídos. Y en este sentido, yo me siento una especie de oficial encargado del contacto con esas familias, aunque como se sabe, hay todo un sistema desarrollado en Tzahal de gente que se dedica especialmente a ese vínculo nada sencillo. Por mi calidad de Jazan Jefe de Tzahal, debo estar presente en numerosos actos , más que nada en los actos grandes recordatorios de numerosos soldados. No puedo ir a cada ceremonia recordatoria porque no quiero distinguir entre un caído y otro ni herir los sentimientos de ninguna familia. Pero siempre que puedo, cuando una familia lo pide en especial, si mi agenda lo permite, trato de llegar. Siento que es cumplir con una "mitzvá". Creo que es una misión, algo muy significativo. Y también es muy difícil.

P: ¿Es difícil porque significa lidiar continuamente con la muerte?

R:  Está claro que acompañar a las familias que perdieron a un ser querido es lo más difícil. Llegan a los actos recordatorios, cuando está claro que para ellas, todo el año es difícil. Pero hay momentos especialmente simbólicos que resultan más difíciles todavía. Los actos recordatorios, las fiestas, Iom Hazikaron que es el día de recuerdo de todos los soldados y uno los acompaña. Uno es el que tiene que dirigirse a la familia, a los padres, los hijos, la esposa.

No hay un momento en que siento que las  cosas pasan a mi lado sin tocarme. Ante todo, soy una persona que tiende a emocionarse. Recuerdo lo que viví en una ceremonia con la introducción de 75 Sifrei Torá en un acto en el Kotel, el Muro de los Lamentos, y se me caen las lágrimas. Y siento que me pasa más a menudo que antes.

Pero en cuanto a las familias, es muy difícil...tan difícil que hace un tiempo pensé que no puedo más...Pero junto a lo difícil del dolor en el que se les acompaña, cuando uno se despide y dice "que nos veamos en alegrías", eso también se concreta, porque luego me invitan a los casamientos de los hermanos, y al brit del hijo que nace ...y esto se convierte en  una familia.

Y cuando llega "El Maalé Rajamim", trago saliva , me detengo un instante y comienzo. Claro que ya me ha pasado "trancarme".

P: ¿Por qué?

R: En una ceremonia militar, las últimas palabras son en general de  la madre, el padre, la esposa,la persona más cercana.Y en general, eso te quiebra. Es dificil resistirlo. Y  después de eso uno tiene que decir “El Maaalé Rajamim”…y quiero  ver que alguien pueda hacerlo como si nada.

De Shoá a Renacimiento

Comentamos a Shai lo bueno de la iniciativa del concierto festivo virtual por Iom Haatzmaut, este miércoles  29 de abril, organizado por la Coalición Humanitaria encabezada por el Rav Israel Garmon y Hatzad HaSheni dirigido por Gabriel Ben Tasgal, con participación clave de líderes evangelistas latinoamericanos, que desean expresar su profundo amor por Israel.

Shai destaca lo mucho que esto le significa, la emoción que le inspira ver el amor de los evangelistas y su auténtico sentimiento de apoyo al sionismo, y finalmente, llega a una historia personal.

Cuenta de su abuelo materno ya fallecido, el Rav Menajem Mendel Fiterman, nacido en Polonia, único sobreviviente de la Shoá de toda su familia, que llegó a ser el Gran Rabino de Argentina a comienzos de los años 70.

“Mi abuelo tuvo la suerte de ser enrolado al ejército ruso y de sufrir una herida en combate por lo cual fue evacuado del frente y de hecho así se salvó. Pero al ser liberado y volver a su casa, vio que no había quedado nadie de su familia. Todos habían sido asesinados. Ni siquiera llegaron a un campo de concentración”, cuenta.

“Después de la creación de Israel, mi abuelo llegó, se sumó al rabinato y muchos años después fue enviado a Argentina para desempeñarse como Gran Rabino”, cuenta Shai. Recuerda que meses atrás visitó Buenos Aires, que brindó conciertos organizados por Radio Jai y participó en una ceremonia en la AMIA en memoria de las víctimas del atentado. “Fuimos a la oficina del Gran Rabino y él no podía creer que yo era el nieto del Rav Fiterman…me dijo que cuando él era niño, mi abuelo estaba allí en su puesto, y que a los niños les fascinaba sentarse con él. Fue todo muy emotivo”, cuenta Shai.

Y por su propia iniciativa agrega: “¿Sabes qué? Creo que este es el resumen. Entre Shoá y Tkumá, renacimiento…mi abuelo sobreviviente de la Shoá, el único que se salvó, y su nieto, representa hoy al Estado de Israel”.

 

 

Hace pocos días, Shai publicó esta original versión de "El Maalé Rajamim" filmada en memoria de las víctimas de la Shoá.

Ana Jerozolimski
(27 Abril 2020 , 08:30)

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