Entrevistas

¿Por qué un joven uruguayo, no judío, se conecta con la memoria de la Shoa?

Bruno Ortiz, ganador el año pasado del certamen sobre la historia de la Shoá

El año pasado, el concurso Nelly y Nahum Bergstein estuvo dedicado al tema “La Segunda Guerra mundial y el Holocausto- A  80 años de la conflagración”. El ganador fue Bruno Ortiz (18) , en ese momento de 17 años, estudiante en el Liceo América, quien hoy ya está estudiando en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UdelaR su Licenciatura en Historia, aunque alterada por cierto por el Coronavirus.

Días atrás, de cara a Iom HaShoá,  nos pareció oportuno conversar con él, lo cual de todos modos no habíamos hecho hasta ahora.

 

P: Bruno, te pediría ante todo que me cuentes de ti.

R: Desde chico tengo un interés casi obsesivo por la historia, en especial la historia del siglo XX. La primera vez que me presenté al concurso tenía 15 años y quedé finalista. Cuando gané el concurso tenía 17.

La mayor parte de mi vida educacional la cursé en el Colegio y Liceo América, ahora empecé la universidad en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Udelar y estoy cursando una Licenciatura en Historia. Solo logre cursar una semana antes del inicio de la cuarentena. Actualmente los cursos se dictan en forma virtual

Me gusta mucho dibujar, escuchar música, sobre todo de los 70, 80 y 90, ver películas viejas, salir a caminar.

He vivido toda mi vida en Montevideo, en un apartamento con mis padres Adriana y Juan y mi hermano menor Franco.

P: ¿Por qué decidiste participar en el certamen en su momento, sobre historia de la Shoa? ¿Y cómo fue que llegó a tu conocimiento la realización de ese concurso?

R: La historia del Holocausto Judío siempre ha sido un tema de mucho interés para mí, así que cuando la hermana de un viejo amigo mío de primaria le conto a mi madre acerca del concurso, me intereso ver de qué se trataba. Aunque la verdad dude bastante al principio si anotarme o no, ya que no me creía demasiado capaz de medirme en un concurso con otros chicos de mi edad o mayores, además no siendo de la colectividad.

Creo que la palabra “concurso” fue algo que me intimidó bastante.

Bruno Ortiz, ya finalizado el certamen del año pasado. A su derecha, los tres miembros del jurado, la Profesora Ana Ribeiro, el periodista Ramiro Rodríguez Villamil y el Ing. Roberto Cyjon, junto a Moisés Bergstein. A la izquierda de Bruno, Isaac Borojovich, Artur Brunner, el maestro de ceremonias Gabriel Goldman, Jonás Bergstein y Nicolás Was, coordinador del certamen.
Bruno Ortiz, ya finalizado el certamen del año pasado. A su derecha, los tres miembros del jurado, la Profesora Ana Ribeiro, el periodista Ramiro Rodríguez Villamil y el Ing. Roberto Cyjon, junto a Moisés Bergstein. A la izquierda de Bruno, Isaac Borojovich, Artur Brunner, el maestro de ceremonias Gabriel Goldman, Jonás Bergstein y Nicolás Was, coordinador del certamen.

 

P: ¿Qué sabías antes de ponerte a estudiar sobre el tema del Holocausto?

R: Ya llevaba años estudiando sobre la Shoa (desde que tenía unos 8 años), antes de empezar con la bibliografía del concurso. Veía muchos documentales y leía libros que encontraba en internet sobre el tema.

Aun disfruto mucho investigar, pero por aquellos años fue algo muy nuevo para mí, ya que estaba acostumbrado al estudio de episodios bélicos como tales, no las persecuciones ideológicas sobre grupos políticos o religiosos.

P: Los judíos, también los jóvenes, conocen el tema como parte de su historia, en muchos casos como historia de sus propias familias, sean del país que sean. Pero tú, un jovencito no judío, en este caso en Uruguay, se topa con el tema de la Shoa, se pone a estudiar y a leer sobre aquellos años oscuros… ¿Qué pensaste? ¿Qué sentiste cuando empezaste a leer y a aprender?

R: No recuerdo bien cómo me sentí, era bastante chico. Pero creo que la frase más adecuada sería una incredulidad total. Ya había leído de masacres en tiempos de guerra, torturas y ejecuciones masivas, pero al encontrarme por primera vez con el Holocausto Judío fue un tema muy diferente, fue de las primeras experiencias en mi vida en la que estudie acerca de cifras que alcanzaban los millones de víctimas civiles por persecuciones. Me surgieron muchas dudas, no era capaz de concebir los motivos por los cuales un evento así se llevó a cabo. También fue la primera vez que escuche sobre la religión Judía, no lograba comprender que eventos llevaron a tal odio contra una comunidad entera.

También cambió mi perspectiva respecto a mi estudio de la 2da Guerra Mundial, los Nazis para mí en aquel entonces eran solo un ejército guiado por un hombre con deseos expansionistas y por una furia aberrante contra las naciones que habían humillado al país que amaba en Versalles. Comprender los verdaderos motivos genocidas que guiaron a Hitler a una guerra mundial cambiaron mi forma de ver el conflicto y al Nazismo en su totalidad.

P: Como ser humano ¿te planteaste preguntas al ver lo que había pasado?

R: Por supuesto, era una duda enorme para mí.  En aquel entonces, me intrigaba mucho comprender el porqué de un hecho histórico tan terrible.

De esta forma también comprendí que la persecución al pueblo Judío no era nada nuevo para los años 30. Esta situación los Judíos la han enfrentado desde los tiempos del Imperio Romano, y las razones y las excusas han sido tan variadas que incluso hoy en día me es difícil comprender como es que este desprecio logro mantenerse vivo durante una cantidad tan ridículamente enorme de tiempo. También me hizo reflexionar mucho filosóficamente sobre la naturaleza humana. Querer saber más de ello me llevo a descubrir todo tipo de genocidios a través de la historia, por aquel entonces me acostumbre a ver a los Nazis como monstruos sádicos, racistas y sedientos de sangre, hasta que un día se me quedo grabada una frase de Alice Sebold: “Los asesinos no son monstruos, son hombres. Y eso es lo más aterrador sobre ellos”. (Aunque creo que la connotación que yo tome no es conceptualmente la que Sebold quería dar).

El conocer la historia de tantos genocidios históricos, me dio un enfoque en la vida, de no intentar apartar a genocidas como Hitler del concepto humano.

Esta idea me era incómoda y me costaba encontrar razones objetivas para verla como algo verídico, hasta que leí a Yehuda Bauer en las bibliografías del concurso, recién ahí, logré concretar el por qué de esa idea.

Leyendo a Bauer comprendí que intentar apartar a figuras como Hitler o a su nazismo tachándolos de animales o de monstruos, deja a estos individuos y a sus ideas como algo que un humano normal es incapaz de seguir y esto es un error, ya que deja un espacio moral para que una persona normal con ideas similares pueda creer que hace lo correcto.

Ideas como el genocidio son perfectamente compatibles con la naturaleza humana, pero no por esto son ideas correctas.

Por ejemplo: Es cómo asumir una enfermedad aceptando que somos capaces de contraerla, y esto nos permite tomar acciones que acaben evitando contagiarnos. Calificarlas como algo que no le puede pasar a un humano normal, logra que al final alguien acabe contrayendo esa enfermedad.

P: ¿Qué es lo que más choca, lo más increíble de la historia de la Shoa? En realidad, son varios elementos por supuesto…

R: Lo que más me choco en su momento fue el hecho en sí, sobre todo al ver las imágenes, ver a esas personas como cadáveres pero aún vivas, era algo inconcebible para mí, ver las condiciones en las que los tenían hacinados me impactó mucho, pero lo que más me sacudió, fueron los videos tomados por los norteamericanos y por los soviéticos, (durante y al final de la guerra) de cadáveres despedazados, cuerpos desnutridos, apilados y putrefactos, desde niños hasta ancianos fue algo que jamás voy a olvidar.

Conocer los métodos utilizados por los Nazis también fue algo que tarde en procesar, ver en videos la frialdad de las SS al ejecutar a quemarropa a cientos de personas en fosas comunes fue una imagen que tarde mucho en asimilar, tanto que incluso llegué a pensar que podían estar trucadas.

Hoy en día lo que más me impacta es como en el tiempo en el que esto sucedió, pocos hicieron algo para evitarlo, ni siquiera me refiero a acciones físicas. Me refiero a la información en general. La desinformación que abundaba en aquel momento era masiva, no solo por parte de los alemanes. También me conmovió conocer las historias de resistencia del pueblo Judío en los guetos nazis, la voluntad humana que se deja ver en su esencia, en las historias del Gueto de Varsovia. Como miles de personas, jóvenes y ancianos azotados por el hambre y las enfermedades reunieron el valor para resistirse a sus captores en una resistencia suicida, que aunque logrando que algunos pudieran escapar, la mayoría pereció ante el fuego alemán.

P: ¿Hay un antes y un después de tu participación en el certamen?

R: Aunque como expliqué anteriormente fue un tema que me apasionó desde siempre, luego de leer las bibliografías y autores sugeridos para el concurso, poseo un mayor interés en seguir estudiando la Shoa en todos sus aspectos, y de leer a más autores que hasta el momento desconocía por completo.

Además de las nuevas perspectivas que pude conocer, para citar un ejemplo: La colaboración forzosa y el destino de los Judenrat en los Guetos Nazis. Esta parte del Holocausto era totalmente desconocida para mí antes del concurso.

P: A raíz de tu participación en ese certamen, conociste a la gente del Centro Recordatorio del Holocausto. La querida Rita Vinocur fue quien me dio el teléfono de tu papá y así llegué a ti. ¿Fue conocer un mundo nuevo?

R: Lo fue, en el sentido de que es completamente diferente leer sobre los sobrevivientes del Holocausto en un libro a conocerlos en persona. Comparado a músicos y a figuras históricas del campo político, filosófico y militar, estas personas son algo similar a celebridades para mí. Leer tanto sobre ellos me llevó a desarrollar un sentimiento de admiración a los que atravesaron ese infierno y lograron salir con vida y a los que no, pero aun así no se fueron de brazos cruzados. Poder conocerlos en persona es un honor para mí, y aunque no pertenezca a su colectividad, me alegra saber que soy parte de un conjunto de personas que no van a dejar que estos eventos queden en el olvido.

A Rita la conocí siendo muy chico, cuando vino a traerle a mi papá material fílmico y fotográfico para pasar de VHS a DVD.

Años después, cuando me presenté al concurso, se sorprendió muchísimo.

P: ¿Aprendiste algo para la vida a raíz de aquella experiencia?  O sea ¿te influyó en algo más allá del certamen?

R: Aprendí sobre la enorme capacidad humana para sobrevivir frente a una tragedia de estas dimensiones, creo que el Holocausto es material de estudio y discusión no solo como evento histórico, sino para comprender mejor al ser humano en situaciones extremas, tanto del lado de los perpetradores y  los colaboradores como de sus víctimas.

El concurso, fue determinante, para la decisión de hacer la Licenciatura en Historia (estuve barajando hacer Ciencia Política).

Actualmente estoy considerado dedicarme a la investigación histórica, sobre todo del siglo XX.

P: Bruno, no tengo palabras. Tan joven y tan profundo, con palabras tan sabias  que son una verdadera enseñanza. Te agradezco de todo corazón por esta entrevista. Ha sido un honor para mi.

R: Muchas gracias Ana.

 

 

Ana Jerozolimski
(01 Mayo 2020 , 02:46)

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Texto y fotos: Ariel Jerozolimski

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