Cultura

Siete años de abundancia de Etgar Keret

Sin dudas, Keret es uno de mis escritores preferidos, tanto que hace poco me suscribí a su newsletter paga. En realidad es la única newsletter por la que pagué por todo el año. Me gusta como escribe y allí les manda a sus suscriptores textos que no tiene publicados. Tuve un intercambio bastante interesante con él ya que les pide a sus lectores que le den ideas para escribir. 

Así fue, me pareció que tenía mucha "chutzpah" en pedirle a sus lectores ideas para la escritura, que es una cosas más díficiles que tiene que atraversar un escritor y le contesté que si tenía ideas para escribir, las iba escribir yo misma.

 

Diálogo mio con Etgar Keret

 

 

Sigo a Keret en facebook  y tiene películas hechas que no conseguí. Lo he escuchado en charlas, pero habla inglés con un fuerte acento israelí.

https://www.facebook.com/EtgarKeretOfficial

Está considerado el maestro del cuento corto. En este libro de Keret no usa el realismo mágico, sino que la estrategia es juntar anécdotas de su vida. Está escrito en primera persona. Eso nos acerca con el autor y nos hace viajar como él lo hace. Casi que lo imaginamos sentado en un avión o contestando al teléfono a una que lo llama.

Son 35 relatos que menos el sueño con el Presidente de Irán están basados en hechos reales.  El autor ordenó por fecha las anécdotas que comienzan con el nacimiento de su hijo y terminan con la muerte de su padre.

Hay una premisa que sostiene Amos Oz que dice esto “cualquier escritor que se precie escribe sobre su pueblo, sus circunstancias y su ambiente” Esto está se ve en este libro de manera muy clara.

Etgar Keret en el cuento “De repente, lo mismo” cuando lleva a su esposa al hospital encontramos marcas de tiempo y de lugar.

Hay heridos de un atentado terrorista que están viniendo al lugar y se trata de Israel.

¿Cuántas veces en un hospital se habrán juntados heridos de un atentado con mujeres que dan a luz? En ese lugar del mundo, ha sido frecuente, esperemos Dios mediante que ya no lo sea más. Este cuento nos remite a la Segunda Intifada.

¿Qué cuento me pegó más fuerte y por qué?

El cuento Pastrami.  Me hizo acordar a “La vida es bella” cuando el protagonista le contaba otra historia al hijo, para protegerlo de la cruda realidad del campo de concentración. Edulcorar la realidad mediante un juego es lo que hace Keret. Nos muestra qué sucede al estar en la carretera y suena la alarma.

 “Ahora Lahav seguramente encontrará otra pieza. Ayer vino al colegio con una pieza de hierro del último cohete, y tenía escrito el símbolo de la empresa y el nombre en árabe.

¿Por qué ha tenido que explotar tan lejos?”

¿Cuándo las bombas y los cohetes pasan a ser parte de la vida de un niño? Es una pregunta que surge al leer este cuento.

Se dice mucho “somos lo que leemos”, les gusta leer lo que los espeja o la lectura es una excusa para conocer otros mundos?

Me gusta mucho leer sobre temas judíos, sobre todo sobre lo cotidiano. Este libro de Keret es un buen ejemplo.

En sus relatos refleja el mundo onírico de manera precisa. “Creo que el proceso de escribir es muy parecido al de soñar”. Los sueños se parecen mucho al proceso creativo, ya que opina que “no tengo el control de la historia que escribo y la dirección en que se desarrolla la narración no la puedo ni predecir ni controlar. Es todo una sorpresa que viene de tu propio inconsciente, que inicias pero no controlas”. Una metáfora del mundo que yo vivo, aunque a veces pueda tener el control absoluto de lo que ocurre

Bombas en el horizonte (extracto)

Esta filosofía de si-al-final-voy-a-arder-en-llamas-entoncesno-voy-a hacer-el-primo fue mucho más allá del edicto del lavavajillas. Enseguida dejamos de fregar el suelo y de tirar la basura todos los días. Ante la ingeniosa sugerencia de mi mujer, fuimos derechitos al banco para solicitar un préstamo enorme, suponiendo que si sacábamos el dinero lo más rápido posible, podíamos joder al sistema.

Y entonces tuve una pesadilla en la que Ahmadineyad se me acercaba por la calle, me abrazaba, me besaba en las dos mejillas y me decía con soltura en yidis: «Ich hub dir lieb », «Mi hermano, te quiero». Desperté a mi mujer. Tenía la cara cubierta de yeso. El problema de la mancha de humedad del techo sobre nuestra cama iba a peor.

—Solo ha sido un sueño —digo para animarla—. Es un lunático, se le ve en la mirada. —Pero era demasiado poco, y demasiado tarde. La abracé lo más fuerte que pude, dejando que sus lágrimas resbalaran por mi cuello, y susurré—: No te preocupes, mi amor. Los dos somos supervivientes. Ya hemos sobrevivido a unas cuantas cosas juntos: enfermedades, guerras, ataques terroristas; y, si la paz es lo que el destino nos tiene reservado, también sobreviviremos a ella.

Mi mujer acabó por volver a dormirse, pero yo no pude. Así que me levanté y barrí la sala de estar. Mañana por la mañana, lo primero, lamar a un fontanero.

 Este cuento como dice el autor en el algún reportaje es producto de su imaginación. Soñar con el ex Presidente de Irán revela hasta que punto el miedo a un ataque está en la mente del escritor. 

¿Los escritores que se nutren de la realidad para escribir?

El escritor tiene dos chances o escribe de su mundo o investiga. Después hay quien se nutre de manera muy sistemática de su propia realidad. En este libro muy especialmente el autor tiene como coprotagonistas a su esposa, su papá, su hijo, su mamá.

Supongo que los habrá encerrado en un cuarto y habrá dejado claro de qué iba a hablar y qué temas no iba a tocar.

En Mi llorada hermana, este comienzo es muy duro:

Hace diecinueve años, en un pequeño salón de bodas en Bnei Brak, mi hermana mayor murió, y ahora vive en el barrio más ortodoxo de Jerusalén.

 Cuando entro en la casa de mi hermana, menos de una hora antes de que empiece el sabbat, los niños me saludan al unísono con su «¿Cómo me llamo?», una tradición que empezó después de que los confundiera en una ocasión. Considerando que mi hermana tiene once hijos, y que cada uno de ellos tiene un nombre compuesto, como es costumbre entre los jasídicos, mi error desde luego se podía perdonar.

Queda muy claro que su hermana está entre los otros. Cuando dice que murió  es muy fuerte. Porque cambió de estilo de vida. Supongo que lo habló con sus padres primero. Keret es una persona muy reconocida en Israel. 

¿Qué imagen  proyecta Keret de Israel cuando viaja por el mundo?

En muchos de los cuentos del libro habla de sus viajes para participar en ferias de literatura o lanzamientos de libros. Hay muchas referencias en diferentes cuentos, como En el aire, En Polonia, Vista Nostálgica y en Sueños suecos.

Keret hablaba de Iom kipur y dejó fascinado a los suecos que lo escuchaban:

Los suecos escucharon y se quedaron fascinados. 

Sueños suecos (extracto)

La imagen de un día en que no circulan vehículos motorizados por las ciudades, en que la gente pasea sin sus carteras y todas las tiendas están cerradas, un día en el que no hay retransmisiones por televisión y ni siquiera se actualizan las páginas web... todo les sonaba como un concepto innovador de Naomi Klein y no como una antigua festividad judía. El hecho de que también se trate de un día en el que se supone que tienes que pedirle perdón a los demás y hacer balance moral añadió a la perspectiva anticonsumista un toque acogedor de hippismo de los sesenta. Y la parte del ayuno sonó como una versión extrema de la dieta baja en carbohidratos de la que me habían hablado maravillas justo esa mañana. Así que inauguré la noche intentando explicar el antiguo ritual hebreo en mi inglés chapurreado y acabé ejerciendo de relaciones públicas para la fiesta más deseada y sensacional del universo, el iPhone de todas las fiestas religiosas.

Golpe bajo en los columpios

—Dime una cosa, ¿ingresará Lev en el ejército cuando crezca? — preguntó en tono inocente Orit, madre de Ron, de tres años.

La pregunta me pilló totalmente desprevenido. Durante los últimos tres años he tenido que lidiar con bastantes preguntas especulativas sobre el futuro de mi hijo, pero la mayoría eran del tipo irritante aunque no intimidatorio: ¿le-aconsejarías-serartista-aunque-por-la-forma-en-que-tevistes- no-parece-quese-gane-mucho? Pero esa pregunta sobre el ejército me metió de un empujón en un mundo diferente y surrealista en el que vi a docenas de bebés robustos envueltos en pañales de tela, respetuosos con el medio ambiente, deslizándose montaña abajo montados en ponis en miniatura, blandiendo armas en sus manos sonrosadas, aullando gritos de guerra asesinos...

¿Será una conversación que se tiene con un niño de 3 años en el parque? Las IDF son el orgullo de un país que necesita   defenderse para sobrevivir. La pregunta que le hace la mamá en el parque pone en la mesa un tema de debate hoy día.

 

 

 

 

 

Janet Rudman
(09 Noviembre 2021 , 09:22)

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