Con el Dr. Gabriel Weber del Hospital Carmel de Haifa
Esta es la tercera entrevista desde que comenzó la pandemia que realizamos al Dr. Gabriel Weber, argentino-israelí, Jefe de Infectología del hospital Carmel de Haifa, uno de los hospitales medianos del país, con 500 camas.
Aún recordamos su gran expectativa la primera vez que hablamos, en febrero del 2020, sobre el fin del daño que el virus misterioso que había aparecido poco antes, estaba causando al mundo. Este martes conversamos con él en medio de la tercera ola, mucho peor-nos lo confirma también el Dr. Weber-que las dos anteriores.
Es optimista respecto al efecto de la vacunación que en Israel está sumamente avanzada, pero también cauteloso. La vacuna, sostiene, no es la panacea que lo soluciona todo. Será ineludible continuar cuidándose y cumpliendo las restricciones.
Esta ha sido nuestra conversación con el Dr. Gabriel Weber.
P: Dr. Weber, estamos ya en la tercera ola del Coronavirus y ustedes, los hospitales, están en crisis. ¿Cómo se lidia con esto?
R: La crisis es crónica, no aguda, pero sí se ha agudizado por el Coronavirus. En nuestro hospital, por ejemplo, tenemos un problema más que nada porque para poder abrir los departamentos de Coronavirus, hemos tenido que cerrar departamentos de cardiología, de medicina interna, pediatría. Esperamos que pronto veamos una clara reducción en el número de pacientes, como resultado de la vacunación. Ya lo estamos viendo pero en forma muy lenta. El aumento no es en los términos de hace una o dos semanas. Estamos esperando ver qué pasa con el tema de las vacunas. El personal del hospital se ha vacunado y eso es muy importante. Estamos esperando que disminuya también la cantidad de equipos médicos en cuarentena o contagiados, porque es clave para el hospital.
P: La cancelación de algunos departamentos, claro está, ya es un daño al funcionamiento del hospital …
R: Por supuesto. Hay menos camas para internar a gente con otros problemas que no sean Coronavirus. Y se lleva a cabo menos operaciones programadas. Hemos cerrado quirófanos porque no hay suficiente personal para atender eso y también a los enfermos graves de Corona.
P: ¿El problema es la estructura edilicia, dónde hacer los departamentos, o el personal que atienda?
R: Sin ningún lugar a dudas, el problema del personal es el central. Claro que también falta lugar, pero aunque hubiera más, la carencia más grande es de gente idónea que pueda atender a los pacientes debidamente. Por eso tuvimos que postergar cosas, pero lo urgente y oncológico sigue sin alteración.
P: ¿Cuál es vuestra capacidad para pacientes de Coronavirus?
R: De las 500 camas, tenemos hoy 75 destinadas a Coronavirus. Hoy hay 55 pacientes con la enfermedad iinternados en nuestro hospital. El problema central es la complejidad de los pacientes, algunos de los cuales están conectados a respiradores o a Ecmo. El tema es que estos pacientes antes no existían y ahora están internados y por mucho tiempo. La capacidad de los hospitales siempre está al límite. Suerte que este año no ha habido gripe, ni un caso.
P: Por las máscaras al parecer…
R: Sí. Muy probablemente. Pero el problema de falta de personal no comenzó ahora. Es un tema constante de carencia de médicos y enfermeros. La carencia se siente todos los días, pero no es que yo podría decir cuántos médicos más precisaríamos o cuántos enfermeros. Eso lo tienen que saber en el Ministerio de Salud Pública, en quienes se encargan de la organización de los hospitales.
P: Y estas carencias,cuando llega una ola tan difícil como la actual, se nota más todavía.
R: Evidentemente. Esta ola es peor que las anteriores, se supone que por las mutaciones que aparecieron, que son más contagiosas, y quizás más peligrosas también. Esto último no se sabe aún con certeza. Pero sería la única explicación lógica que podemos tener. Es que no se sabe por qué esta vez tenenos más jóvenes enfermos. Claro que si los números de contagios son muy altos y hay más gente enferma, entonces hay más probabilidad que haya más gente grave. Antes no había mujeres embarazadas en grave estado por Coronavirus, ni mucha gente joven. Cabe suponer que todo esto se debe a las mutaciones.
P: Me imagino que el gran temor es que aparezca una mutación resistente a la vacuna ¿verdad?
R: Así es. Ese es el gran temor. Es probable que en algún momento aparezca. Por ahora por suerte no, la vacuna inmuniza también contra las mutaciones que han aparecido, pero nadie puede asegurar que eso pueda continuar. Por eso se ha cerrado el aeropuerto, para tratar de frenar el ingreso de otros problemas.
La vacuna, clave, pero no lo soluciona todo, por ahora al menos
P: ¿Lo que hay acá es una carrera contra el tiempo entre la vacunación y las mutaciones?
R: Tienen que ir en paralelo. Nunca vamos a ganarle ni a una bacteria ni a un virus, ni con antibiótico, ni con vacuna y tratamiento. El virus sigue desarrollándose y uno tiene que seguir con su programa y sus esfuerzos.
P: Esa es una frase muy dura. ¿”Nunca vamos a ganarle”? ¿Pero acaso la vacuna no era la solución, la luz al final del túnel?
R: Sí, pero no es la panacea, porque está claro que disminuye la cantidad de gente que se contagia, pero no se sabe aún si impide que el virus se transmita. Además, no todo el mundo se puede vacunar.Se supone que si el número de inmunizados es muy alto, el virus no va a tener a quién contagiar y la pandemia va a terminar, así como terminaron otras. Pero hay también quienes piensan que esto durará años.
P: O sea..¿puede ser que esto termine siendo como la gripe, contra la que nos vacunamos todos los años?
R: Seguramente. Pero espero que sea realmente como la gripe, no como lo que se está viviendo ahora, porque si cada año va a ser así, será insostenible.
P: Por supuesto. Me refería al hecho que con vacunarse una vez no bastará, sino que habrá que hacerlo anualmente.
R: Es muy probable, sí. Esto es un esfuerzo a largo plazo. Está claro que no termina todo en un mes. Pero cuando hayamos vacunado al 75% u 80% de la población, en ese momento sí se sentirá un cambio y disminuirá el contagio. Se supone que así será. Pero este virus nos está enseñando cosas que pensábamos que sabíamos, y que han cambiado la medicina.
P: ¿Por ejemplo?
R: Que pueden producirse cambios mucho más bruscos que lo que uno pensaba. Esta tercera ola, como ya dijimos, es mucho peor que las anteriores. No estaba en nuestros planes. Pensábamos que con la vacuna, a fin de enero la incidencia de la enfermedad sería mucho menor, pero súbitamente subió de una forma inesperada y lidiamos con una cantidad mucho mayor de enfermos.
Se pensaba que la vacuna iba a ser la panacea. Esperemos que sea sí parte de la solución, pero con la vacuna solamente esto no va a terminar. Habrá que seguir cuidándose, manteniendo distancia, usando máscaras. Y recién cuando el 75% de la población esté vacunada podremos saber a ciencia cierta si el contagio continúa o realmente baja en forma dramática.Lo que sí ya está bajando es la cantidad de enfermos graves de más de 60 años. Ojalá eso continúe.
Yo soy optimista, pero hay que esperar 2 ó 3 semanas más para ver cómo continúa el desarrollo de esta situación.En los hospitales hacemos estudios a los vacunados, hacemos hisopados, distintas investigaciones para ver si los vacunados transmiten o no y otros aspectos. En unas semanas, cuando hayamos recabado más datos, sabremos mejor. Por ahora creo que la vacuna es buena para prevenir la enfermedad, pero no hay una razón biológica para que la vacuna impida que el virus llegue a mi nariz y de ahí se transmita a otros. Hay que seguir usando barbijos, eso es seguro.