Reproducimos con permiso del autor, Rabino Joshua Kullock, un hilo de twitter sobre el sigificado del infierno para el judaísmo.
Al menos en tanto concepto, el judaísmo habla de un lugar al que los malvados van una vez muertos. Para algunos, ese lugar equivale al infierno. Para otros, se parece más a un purgatorio. En el judaísmo, ese lugar se conoce como "Gehinom" (o, en su versión helenizada, "Gehena").
El origen de la palabra es, de por sí, interesante: La palabra es, en realidad, la conjunción de dos "Gei Hinom," y refiere a un valle que se ubica al sur de Jerusalem.
Este valle era utilizado, muchísimos años atrás, por pueblos no judíos, para la realización de sacrificios humanos. Tal vez no sorprenda que la palabra para infierno surja, entonces, del lugar en donde padres quemaban niños. ¿Acaso hay imagen más terrible que esa?
Alguna vez leí que otra de las razones por las que el infierno se parece al Valle de Hinom tiene que ver con que aquellos que subían a Jerusalem por este valle quedaban molidos después de esa caminata. Era mejor llegar por otros caminos...
(Nota al pie: Durante la época bíblica, no hay registro de creer en la vida después de la muerte. Una vez fallecidos, nos vamos al Sheol, un agujero negro desde donde ya no podemos alabar a Ds. Cielo e Infierno sólo funcionan cuando creemos que hay vida después de la muerte.)
Flavio Josefo, por ejemplo, cuenta en uno de sus libros que había diferencias de opinión entre los grupos judíos de hace dos mil años: los saduceos no creían en la continuidad del alma, mientras que los fariseos (antepasados del judaísmo rabínico) sí creían.
La gente buena accede al Olam ha-ba, o Mundo por Venir. La gente mala se va para el Gehinom. Ahí pasarán algún tiempo purgando sus penas. La gran mayoría es "liberada" durante el año posterior al fallecimiento.
(Otra nota al pie: De acá que los judíos tenemos la costumbre de decir Kadish por 11 meses, ya que no creemos que nuestros familiares sean considerados malvados. El Kadish funciona, entre otras cosas, como la manera en la que intercedemos a favor de nuestros seres queridos.)
¿El infierno judío arde y tiene olor a azufre? No necesariamente. Para Maimónides, en vida tenemos conexión mediopelo con Ds, tipo modem telefónico modelo '93. Al morir, si fuimos buenos nos dan conexión de fibra óptica (Cielo); si fuimos malos nos quedamos sin modem (Infierno).
Para R. Shneur Zalman de Liadi, el infierno es un infierno de hielo. Tiene sentido: el buenhombre vivía en Rusia. Un infierno con calorcito no pintaba tan mal. El infierno tenía que sea más frío que el frío que ya sentían.
En todo caso, la cantidad de visiones divergentes de lo que es el Gehinom da cuenta de que nadie fue y volvió para contarnos de qué se trata. El concepto sirve (cada vez menos) para promover que la gente sea buena a fin de no sufrir consecuencias en la próxima estación. Fin