Entrevistas

Así veía la vida el Ministro Jorge Larrañaga. Un testimonio humano inolvidable.

Con estupor y gran tristeza recibimos la noticia sobre el repentino y tan prematuro fallecimiento del Ministro del Interior Dr. Jorge Larrañaga.Tuvimos el gusto de conocerlo personalmente y de entrevistarlo en varias ocasiones tanto en Uruguay como en Israel, de estar en contacto con él cada tanto en distintas circunstancias, y siempre confirmamos su trato directo, sin vueltas, comprometido con los valores en los que creía. Ello incluía también su amistad para con la causa de Israel.

La primera entrevista que le realizamos fue en el 2014, de cara a las elecciones nacionales, cuando el entonces Senador Jorge Larrañaga era nuevamente pre-candidato del Partido Nacional a la Presidencia de la República. Como bien sabemos, la interna la ganó su entonces adversario Luis Lacalle Pou, quien recién en las eleciones posteriores a aquellas se convirtió en Presidente de la República.

Larrañaga nos recibió en su momento en su despacho en las oficinas que su sector “Alianza” , dentro del Partido Nacional, ocupaba en campaña. No olvidamos nunca aquella entrevista, muy humana y profunda por lo abierto de sus respuestas. Hace pocos años, el Senador Larrañaga visitó Israel- era su tercera visita- como parte de una delegación parlamentaria invitada por B´nai B´rith, lo cual también fue una buena oportunidad para conversar con él y recabar sus impresiones sobre Israel.

Pero ahora, ante la tristeza de su muerte, queremos publicar un resumen de aquella primera entrevista cuando era pre-candidato a la Presidencia, que recordamos siempre con gran testimonio humano.

Vayan con estas líneas nuestro homenaje a su memoria y nuestras condolencias a su esposa Liliana , sus hijos y toda su familia. Que no sepan más de dolor.

 

 

P¿Cómo se siente estos días? ¿Cómo lo va tratando la campaña?

R: Con la energía que da el entusiasmo y el convencimiento, con la responsabilidad que nos impone la confianza de quienes nos acompañan.

P:Hasta el mes de junio, el “campo de batalla” es la interna…Las cifras han ido cambiando…usted llevaba una clara ventaja y ahora se habla de “empate técnico”…¿Cómo ve el cuadro interno?

R:  Somos hijos de las urnas y nos exponemos a ellas con confianza. Lo que importa es el empuje del Partido Nacional de cara a la elección nacional.

 P: ¿Qué quisiera entonces que sepa de usted el ciudadano…que quizás no sabe o no conoce lo suficiente?

R: Quisiera que sepa que somos hijos de la clase media, del esfuerzo, hijos de la misma sociedad, con los mismos atributos, con las mismas falencias, con el compromiso de desempeñar una tarea con la mayor honestidad, con la más grande responsabilidad. Quisiera que sepa que somos parte de la misma comunidad espiritual, donde estamos nosotros, están nuestros hijos y eso nos compromete, nos impulsa y nos llena de responsabilidad.

 

En tono personal

P: Una pregunta “de color”. De dónde proviene el apodo “El Guapo”?

R: Me dicen desde gurí chico, de mis tiempos de haberme criado en el hipódromo San Félix de Paysandú, del que mi padre fue fundador y presidente durante 25 años y que marcaba que yo con cinco o seis años estaba en los studs y me quedaba solo en los hipódromos con cuidadores de caballos, con peones, con jockeys y dos por tres bandideaba, dejaba abierta la puerta de algún stud, tiraba algún tarro, cosas de niño y dos por tres me ligaba algún  alpargatazo y yo me ponía en pose de pelea. Pero nunca le contaba a mi padre por que si no tenía ración doble porque algo habría hecho mal, entonces de ahí salió el apodo de “El guapo” que se conocía exclusivamente en el ámbito del hipódromo. Mi padre, cuando yo tenía diez años le puso a un caballo el nombre El Guapo, un caballo que después vendió a Venezuela y me quedó y se hizo nacional en función de mi actividad política, fuera de los límites del departamento de Paysandú

 

P: A veces esos sobrenombres crean problemas de imagen a los políticos?

R: Lo que pasa es que yo tengo ua fama de ser una persona firme, de voz gruesa, gritona y si encima le agregás el apodo de El guapo, creás un personaje rústico que también se termina agravando muchas veces por el hecho que en la entrevistas, fundamentalmente televisivas, tenés tan poco tiempo que tenés que apurarte y decir mucho en poco espacio. Entonces salgo serio y tengo una imagen de persona seria cuando en realidad soy una persona que me río permanentemente, soy hombre de chanzas, de recibir y de ofrecer chanzas, pero ése es el único tema colateral de un apodo.

 

En campaña, en política…y el legado familiar

P: Imagino que en una campaña debe ser importante el poder improvisar,  salir con rapidez con respuestas inteligentes y quizás originales. Se siente cómodo con eso o es a veces una lucha?

R: Yo me siento cómodo. No soy una persona de una gran preparación de entrevistas televisivas; soy más bien de improvisar y tengo los sensores del político activos que me indican por dónde puedo peligrar o ser más vulnerable del error, más allá que por supuesto los cometo como todo ser humano porque un político es un ser humano

P: Qué es lo que más le motiva a dedicarse a la actividad pública?

R: A mí hay cosas que me marcaron de niño. Nunca me voy a poder olvidar de la imagen grabada cuando tenía diez años y mi padre sale representante, diputado por el departamento de Paysandú y en esa mañana llegan algunas centenas de personas a la casa de mi padre y se produce una enorme manifestación de afecto, de vivas y eso  me impactó. Al otro día le dije a mi padre: papá, yo voy a ser político

P: ¿Qué le respondió?

R: “Serás lo que tú quieras que sea”. Trabajé siempre en la actividad política. A los 15 años en el 71, con Wilson Ferreira hicimos la campaña electoral. Nos enamoramos de aquel caudillo fantástico que impregnó a generaciones y sigue viviendo en la evocación cotidiana, permanente y eterna de miles de uruguayos que lo siguen manteniendo vivo.

 

P: Siempre me pareció problemático lo de la elecciones internas porque uno tiene que mostrarse como mejor que el candidato alternativo y luego se le pide a la ciudadanía que dé el voto al Partido Nacional, independientemente de quién haya ganado la interna. El hecho que haya diferentes lemas ¿no puede confundir al ciudadano?

R: No, no genera problemas, máxime cuando hemos construido una cultura de internas. La primera en 1999 fue una interna tremendamente dura dentro del Partido Nacional, pero ésta es la tercera interna en la cual participo directamente como candidato. Fui candidato en el 2004  del partido con el 35%. En el 2009 perdí frente al Dr Lacalle Herrera y ésta es la tercera. Creo que hay que cuidar los equilibrios y el respeto por los compañeros porque es la forma de preservar el partido. Siempre he sostenido que la gente no puede confiar en un partido cuyo integrantes se pelean, se enfrentan y se dividen y esto para mí es central expresarlo y es por esto que procuro aportarle a esta campaña las diferencias que podamos dar, pero en el entendido que el primero de junio vamos a estar juntos

 Creo que el proyecto de nuestro partido lo procuramos defender de todos los sectores del nacionalismo, más allá de las diferencias que podamos tener, de los matices que podamos exponer y que me parece que, por encima de cualquier cosa, lo que tiene que primar es la unidad. Por lo tanto, muchas veces no digo exactamente todo lo que pienso.

P: Es un punto interesante porque el político tiene que saber “aguantarse” en muchas situaciones, especialmente en campaña

R: Sin duda. Hay que tener la precaución como dice aquél viejo dicho: uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. Soy  una persona que aprende. Todos los días aprendo  a ser dueño de mis silencios, más que esclavo de mis palabras.

P: Hablando de aprender..¿qué aprende del pueblo uruguayo, del ciudadano con el que se encuentra en un acto, de aquellos que se acercan a elogiarlo o a criticarlo?

R: Yo aprendo mucho. El político tiene la obligación de aprender de la gente. Yo fui intendente con 32 años, el intendente más joven de la historia de mi país en ese momento y yo recorría los barrios, pueblos, ciudades de mi departamento y tenía una relación muy estrecha con la gente. Aprendí que la democracia nos impone obligaciones, que detentar el poder implica ejercer una responsabilidad. Muchísimas ideas de aquéllos tiempos de intendente las aprendí de la gente, es más, he aprendido más de las críticas que de los elogios, del palmoteo en el hombro por aquello de que también soy dueño de momentos de victorias y de derrotas y las derrotas son las que nos hacen aprender mucho más.

P: Cuando se participa en una elección y no se sale electo¿ qué es lo que empuja a intentarlo nuevamente?

R: Una enorme, inquebrantable voluntad que tengo heredada de mi madre, aprendida de mi padre. Siempre  me permití reafirmar un concepto que para mí es muy fuerte y que lo he dicho muchas veces: no hay derecho a salir y no llegar. Lo experimenté en 1997 cuando fui a caballo a Asunción del Paraguay, 1280 km, 23 días de marcha, durmiendo a la intemperie con 22 paisanos de mi pueblo porque queríamos tributarle un homenaje al mejor de los uruguayos, al jefe Artigas allá en el lugar de su última morada y la fuerzas flaqueaban y siempre salía eso que cuando se sale, se llega. Es lo que le digo a mis hijos: ustedes cuando salgan a un lado, tienen que llegar. Es el imperativo y es lo que me permite levantarme al otro día, imaginariamente golpearme la ropa, sacarme los polvos de la derrota y seguir.

 

El hogar, niñez y juventud

P: ¿Cómo era el hogar de los Larrañaga en que creció?

R: Extraordinario, insuperable

P: Fue un niño feliz?

R: Absolutamente. Un hogar con unos padres a los cuales les debo la vida entera, los  sigo queriendo pese a no tenerlos, que nos acompañan y que nos dio unidad, fortaleza y un espíritu de lucha, de superación. Yo pertenezco a un hogar de clase media donde mi padre nos decía permanentemente: la única herencia que les puedo dejar es la herencia de la educación. Y todos fuimos profesionales, los cinco hermanos; tengo una hermana que murió con 37 años siendo maestra. Dejó en aquél momento dos niñas de nueve y diez años y todos nos hemos encargado de ayudar a esas dos niñas porque nos parecía que era una forma de cultivar la memoria de aquellos padres que nos habían dado tantas cosas en el proceso de la formación de la niñez y de la adolescencia y que tanto lucharon para que yo viniera de Paysandú a Montevideo a estudiar, a recibirme de abogado. Fue un hogar fantástico, maravilloso, nos juntábamos permanentemente. Mi padre nos juntaba todos los domingos y teníamos que estar al mediodía como forma de construir ese estar juntos. Hoy, con todos estos aparatos que tenemos, vivimos rodeados de aparatos, creemos estar comunicados y estamos absolutamente desconectados entre los seres humanos.

P: Cuando vino de Paysandú a Montevideo ¿recuerda con qué sueños viajaba?

R: Aunque parezca mentira y es una anécdota que te la cuento y que no ha salido en casi ningún lado, en aquellos tiempos, año 75, increíblemente los muchachos del interior no veníamos con asiduidad a la capital, entonces era increíble porque estábamos con nuestro padres siendo prácticamente muchachos grandes, mirando con sorpresa hasta cuando cruzábamos la calle, los semáforos, los coches, el tránsito, todo era nuevo. Era un desafío, vivir solo en un apartamento, el cocinarme, el planchar, lavar la ropa, estudiar, el estar solo en la noches después de estar acostumbrado a vivir en familia y extrañaba a papá y a mamá teniendo 17-18 años …y hoy eso es impensable. En aquellos tiempos, lo era al punto que los estudiantes que veníamos del  interior estábamos desesperados para montarnos en un camión haciendo dedo en la ruta o comprar un pasaje para irnos a los 380 kilómetros que distaba la ciudad natal de Paysandú.

 

El Intendente más joven

P: Y recorridas a Paysandú hizo muchas…como intendente fue un comienzo muy especial, tan joven, de la vida política ¿verdad?

R: Así es. Bajé de un carro tirado por un caballo, con unos morochos de los barrios más pobres de Paysandú y atrás iban 500, 1000 personas a las siete de la mañana alrededor mío agitando botellas de cerveza y tirando chorros para arriba y las vecinas barrían la calle y miraban de reojo y habrán pensado me imagino: y ésto elegimos como intendente municipal? En un momento de esas recorridas por 18 de Julio, la principal arteria de Paysandú, veo atravesar a mi padre y se me quebró el alma. Nos confundimos en un abrazo y él permanentemente estuvo apoyándonos y apoyándome en la actividad política. 

 

P: Qué lindo tener ese recuerdo…

R: Sin duda. Yo  siento muchas veces -y lo he confesado en forma pública - que nuestra generación, ha sido menos padre con relación a nuestros hijos que lo que fueron nuestros padres con relación a nosotros. En eso hay parte de la pérdida de valores, de principios que lamentablemente se han ido perdiendo en la sociedad, en el medio de la urgencia, de estos aparatos que pretenden comunicarnos y que a veces incomunican a los seres humanos; increíblemente en un hogar tu vas y el padre está en la computadora, la madre en la computadora o haciendo otra cosa y el niño o mirando televisión o en su computadora, si las tiene. Siento sí que la política me ha robado el ver crecer a mis hijos más íntimamente.

 

¿Papá Presidente?

Con sus hijos mayores, en la interna del 2009

 

P: Usted tiene hijos grandes de su primer matrimonio y uno chico con Liliana, su segunda esposa.¿Cómo es volver a empezar?

R: Estoy feliz. El chiquito es un personaje fantástico. Anda conmigo a caballo ahora como anduvieron conmigo los otros y tenemos relaciones que, por supuesto, son diferentes porque las preocupaciones de cada uno son diferentes, pero procuro atender directamente con todo mi esfuerzo. Con los grandes estamos todas las semanas juntos porque compartimos la pasión por los caballos. Con el de 14 le cumplí una promesa de ir a ver una final de Roland Garrós en Francia de Djokovic con Nadal y lo he llevado a la Argentina, entonces procuramos tener momentos donde cualitativamente tengamos una intensidad muy fuerte en esa relación padre-hijo, donde nos damos un beso. Da gracia porque a veces con los grandes que pudieran tener cierta resistencia entre los amigos que cuando viene el padre le da un beso, pero nosotros tenemos esa relación muy cercana, muy estrecha, de mucho cariño, de mucha confidencia, de complicidades que nos alimentan y nos ayudan a construir una relación de confianza entre padre e hijos que supera eso para poder conversar de todas las cosas

 

P: El más chiquito ¿entiende de qué se trata todo lo que se está viviendo?

R: Sí, entiende, es un avión y tiene razonamientos de muchacho más grande y no es porque uno sobrevalore a sus hijos. Él percibe que algo está pasando y por supuesto, con la madre procuramos conversarlo, fundamentalmente cuando termina preguntando: “Papá, si sos presidente ¿no vamos a ir más a la chacra de Río Negro?”.

P: Cada uno con sus preocupaciones.

R: Claro….Es una chacra que tengo de nueve hectáreas donde andamos en lancha y tenemos una complicidad muy fuerte porque andamos en tractor, cortamos el pasto. Percibe sí, tiene percepciones clarísimas. Ha ido y va a algunos actos y mira todo eso con asombro. Sabe la famosa Marcha de Tres Árboles y la sabe de memoria, la canta .

P: Como padre ¿cómo le explica siendo pre-candidato qué significaría ser Presidente y que podría también perder y no serlo?

R: Le preocupa que papá pueda perder: ¿Y  si papá pierde? Por un lado, se preocupa si pierdo pero también si gano. No es fácil explicarle a un niño de cinco años cómo es la tarea de un presidente. Esos diálogos se dan pero son diálogos cortos porque creo que hasta tiene la intención, la inteligencia suficiente como para eludirlo cuando no le gusta mucho alguna contestación. Incluso cambia para otro lado el rumbo de la conversación. Es increíble; hay que conocer ese personaje para darse cuenta cómo es. Le intento explicar; no le doy muchos detalles porque me parece que es necesario que las cosas puedan suceder. Siempre he procurado que mis hijos no entren y mi familia no entre en el dramatismo de la política, donde les procuro trasladar que la política no significa la terminación ni el comienzo de nada, es la vida, donde con una victoria o con una derrota no es el comienzo ni la terminación de nada. Y lo he logrado porque tener el cuero duro, más allá que muchas veces en lo interno soy un tipo muy blando, pero también que ellos también tengan el cuero duro para que no terminen sufriendo las peripecias de su padre como sé que las han sufrido. En otros ámbitos, en otros tiempos las sufren porque son “hijos de” y seguramente ellos escucharán comentarios de su padre, buenos y de los otros y sí que les impacta, les duele o les alegra en función de cómo vengan, siguen la suerte de mi campaña política, pero procuro también que todos sepan que la vida continúa y que merece ser vivida siempre con alegría y esperanza.

 

La relación con la colectividad judía

P: Senador , esta entrevista será publicada en “Semanario Hebreo”, por lo cual quisiera plantearle algunas preguntas de especial interés para la colectividad judía de nuestro país.Los uruguayos judíos  votan por distintos partidos, también por el Partido Nacional..y no es secreto que un gran factor de acercamiento a los blancos fue a raíz de la presidencia del Dr.Luis Alberto Lacalle. ¿Cómo ve usted la relación con la colectividad?

R: Es verdad, durante el gobierno de mi colectividad política se llevaron adelante iniciativas como el haber promovido la derogación de aquella Resolución 3379 de Naciones Unidas. Por suerte fue derogada, en el año 1991 durante el Gobierno del Partido Nacional  y nuestro paÍs fue coautor de la moción en función de la cual se la derogó.

También en esos años, se aprobó primero, se construyó luego a partir de la aprobación de distintas leyes y se inauguró finalmente en 1994 el Memorial del Holocausto del Pueblo Judío: un símbolo del pensamiento que nuestro país tiene respecto a estos tristes episodios de la historia de la humanidad.

Y siento una gran cercanía con la comunidad judía. Visité dos veces Israel, tengo muy buenos amigos y he ido cultivando una relación con distintos referentes que me ha permitido comprender mejor esa fe y esa fuerza inquebrantable que tiene el pueblo judío.

Acompañamos además cada uno de los momentos importantes, como la celebración de la existencia del  Estado de Israel o  la Recordación del Holocausto año a año, para mantener la  memoria viva y de esta forma tratar de compartir hasta donde somos capaces, sus sentimientos y sus permanentes cicatrices.

Nos unen además valores como la libertad, el pluralismo de ideas, la libertad de expresión y la defensa de los valores democráticos.

 

P: Los uruguayos judíos , así como de los judíos del mundo entero, tienen un vínculo especial con la tierra de sus ancestros, el estado de Israel….¿Cómo ve usted, desde lejos, la situación que allí se da..un conflicto que está en los titulares pero muchos no entienden?

R: Este es un conflicto que lleva muchísimos años y que tiene una dimensión muy profunda, porque estamos hablando de un tema que tiene hondas raíces religiosas, geopolíticas y también sociales. Que está arraigado incluso a concepciones diferentes de formas de ver la vida.

Lo que parece quedar claro en este conflicto que deseamos que finalmente encuentre una salida justa para ambas partes,donde ambos pueblos puedan vivir en paz; es que Israel es la única democracia en la región de Medio Oriente, con sus errores, como los tenemos todos, y con sus aciertos. Israel se defiende y lucha por existir. Y quienes están alrededor, algunos más y otros menos, buscan destruir en lugar de construir.

 

P: ¿Tiene algún recuerdo puntual especial de esos viajes a Israel?

R:  Sí. Y siempre he contado a mis hijos y a su madre la experiencia en Jerusalem,  del museo del niño..

P. Se refiere al Memorial de los niños, dentro del Museo Recordatorio del Holocausto, Yad Vashem…

R: Así es. Eso implica un millón y medio de lucecitas, que en realidad no lo son pero por los espejos aparecen. Nunca nada me impactó tanto como escuchar el nombre de cada uno de ellos que se va sucediendo cuando tú entrás ..Uno entra a  un ámbito oscuro y están esas lucecitas que se multiplican en todo el ámbito de ese memorial que me parece espectacular ..y siempre lo cuento porque es una experiencia fantástica. 

P: ¿Cómo resumiría la impresión central que le dejó Israel?

R: Con lo que me quiero quedar de Israel es la pujanza de un país que crece, que se desarrolla, a pesar de una realidad política compleja o una situación en conflicto permanente. Es bueno mostrar a ese otro Israel, que desde la lejanía quizás se conoce mucho menos: el Israel del potencial tecnológico, esa dedicación por la educación, la investigación y la innovación.

El Israel que con sus más de ocho millones de habitantes, en un territorio geográfico de dimensiones muy pequeñas produce, inventa, vende y exporta. Es un país que apuesta al progreso basado en el esfuerzo y ha logrado construir una sociedad próspera y moderna. Estas son las cosas que debemos aprender de Israel.

Ana Jerozolimski
(23 Mayo 2021 , 12:30)

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