Entrevistas

Con Dalia Rabin, en un nuevo aniversario del asesinato de su padre

Recordando aquel nefasto 4 de noviembre de 1995

Dalia Rabin junto a la tumba de sus padres en el monte Herzel de Jerusalem (Foto: Ariel Jerozolimski)

 

 

 Esta entrevista no la realizamos ahora sino  6 años atrás, cuando se cumplieron dos décadas del magnicidio. Desde entonces, el cambio central es que el entonces gobierno encabezado por Biniamin Netanyahu ya no está en el poder sino en la oposición. El proceso de paz continúa estancado.

Lo que no ha cambiado es por cierto el dolor. Ante todo, de la familia. Pero también en el resto de la sociedad israelí, en quienes apoyaban el camino de Rabin y quienes, aunque no concordaban con él, condenaron sin titubear el asesinato, como traición a la democracia israelí.

Dalia Rabin, la primogénita del Primer Ministro Itzjak Rabin, de la que siempre se destacó su especial cercanía con su padre y hasta su gran parecido físico a él, fue diputada  y en el 2001 fue nombrada como la primera mujer Vice Ministra de Defensa en la historia de Israel. Por ende, no nos habló años atrás solamente como su hija, sino también con la responsabilidad educativa que supone encabezar desde el 2005 el Centro Rabin. Aquí, afirma, el mensaje es claro: las discrepancias se resuelven democráticamente, no con violencia. Por cierto no con asesinatos, como el que sesgó la vida de su padre.

Dalia Rabin, en uno de los homenajes recordatorios de su padre Itzjak Rabin (Foto: Ariel Jerozolimski)

 

P: ¿Cómo separa usted el día recordatorio personal de su padre, del duelo oficial, nacional, por la muerte de Itzjak Rabin, el Primer Ministro y Ministro de Defensa?

R: Para mí Itzjak Rabin es ante todo, mi padre. Un padre que me crió, me educó, me apoyó y me acompañó en todas las estaciones de mi vida. Mi hija Noa lo expresó muy bien en su funeral: "Todos hablan de la pérdida del líder, de la figura admirada, del modelo.Nosotros perdimos a nuestro padre , a nuestro abuelo". El dolor y la carencia que su muerte dejó en todos nosotros, su ausencia, me acompañan todos los días. Están conmigo en cada decisión que tomo. Yo no necesito un día recordatorio oficial ni acto ninguno para sentir cuánta falta me hace mi padre.

P: Cuando fue cometido el asesinato, por un lado estaba claro que era resultado de una incitación salvaje derivada de discrepancias políticas duras,  y por otro lado, no solamente quien concordaba con su camino condenó el crimen. No solamente quienes estaban de su lado en la discusión pública lo lloraron. ¿Qué cree usted que hizo el asesinato a la sociedad israelí?

R: Creo que un ejemplo excelente de ello es el acto central que se lleva a cabo este año bajo la conducción de la coalición de movimientos juveniles y el Centro Rabin. Este año, a diferencia de lo que se hizo en años anteriores, participan en el acto movimientos juveniles de todos los sectores de la población. Esto incluye a religiosos y a árabes. Quiero creer que lo que hizo ese acto abominable, el asesinato, fue permitirnos despertar y comprender que se debe condenar el asesinato y la violencia, independientemente de las discrepancias y las distintas ideas que haya.

Años atrás, con el entonces diputado y hoy Primer Ministro Naftali Bennett, recorriendo el museo del Centro Rabin
(Foto: Centro Rabin)

 

P: ¿Cree que se puede decir que el camino de Rabin, en lo que se refiere a la lucha por la paz, se fue junto con él?

R:Para mi profundo pesar no veo hoy la continuación del proceso que comenzó mi padre. En los últimos años siento que no hay un liderazgo valiente que nos guíe hacia el fin de este continuo  conflicto. 

P: Usted era especialmente cercana a él. ¿Su padre compartió con usted sus dudas acerca del reconocimiento de la OLP y del encuentro mismo con su jefe Yasser Arafat? Lo pregunto porque está claro que por un lado, él entendía que no hay alternativa, que la paz se hace con los enemigos, pero creo no equivocarme si digo que tenía una especial repulsión respecto a Arafat, al que veía como terrorista. Lo que su "lenguaje corporal" manifestaba cuando en los jardines de la Casa Blanca, aquel 13 de setiembre de 1993, fue a estrechar públicamente la mano de Arafat, era bastante evidente...

R: Mi padre no ocultó sus sentimientos , sus sensaciones y su profunda incomodidad de cara al encuentro con Arafat. Durante largos años era su enemigo y he aquí que iban a estrecharse las manos sonrientes frente a las cámaras. Mi padre comprendía con total claridad la dimensión de la responsabilidad que suponía estar al frente de Israel y desempeñar el cargo que tenía, considerando que su deber era garantizar para las generaciones venideras una vida en calma y seguridad, sacrificando inclusive su vida por ello.Así que se mordió los labios y le dio la mano al archi asesino Yasser Arafat. La paz no se hace con los amigos.

Itzjak Rabin y Yasser Arafat, apadrinados por el Presidente Bill Clinton, el 13 de setiembre de 1993 en los jardines de la Casa Blanca, en la firma de la Declaración de Principios (Foto: Wikipedia)

 

P: No le preguntaré qué diría su padre si viera lo que está pasando hoy, ya que ese siempre es un enfoque problemático. Pero creo que sí puedo preguntarle si es especialmente difícil llegar al vigésimo aniversario del asesinato en medio de una situación como la actual, en la que está claro que no solamente la derecha tiene serias críticas al adversario o interlocutor palestinos.

R: La pesada sensación que me acompaña es la de oportunidad perdida. No tengo dudas que si mi padre estuviera vivo y encabezando hoy el gobierno, en unos años las cosas se verían diferente. Rabin entendió ya en aquel entonces que solamente hay una solución que puede hacer posible el fin del sangriento y continuo conflicto.

 

El desafío educativo del Centro Rabin,un aporte a la sociedad israelí

P: Dalia, usted encabeza desde hace años el Centro Rabin, cuyo gran desafío es no sólo perpetuar su memoria sino también-y quizás ante todo- educar a democracia y tolerancia. ¿Qué se puede aprender sobre la sociedad israelí a través de las actividades que se realizan en el Centro Rabin?

R: Recibimos en el Centro a jóvenes maravillosos, una juventud maravillosa, curiosa y comprometida. Pero también oímos, demasiado a menudo, a alumnos y jóvenes en el servicio militar, que justifican el asesinato o creen auténticamente, con su corazón, en algunas de las teorías de la conspiración. Creo que justamente el encuentro con quien está cargado de odio, o sufre de ignorancia, nos impone un mayor desafío y nos deja en claro cuán importante es el trabajo educativo que nos hemos colocado sobre nuestros hombros.

Dalia Rabin junto a un grupo de oficiales de la Policía y la Guardia de Fronteras, en una conferencia en el Centro Rabin
(Foto: Centro Rabin)

 

 P: ¿Cuáles son los mensajes principales que ustedes transmiten a los jóvenes que van al Centro Rabin?

R: El mensaje central es que las discrepancias no se resuelven mediante la violencia, y que también en las discusiones más amargas debemos mantener las reglas del juego democráticas, sin cruzar líneas rojas. El proceso educativo que experimentan los alumnos y soldados que nos visitan, aspira a motivarlos a involucrarse, a actuar, sea en el marco de sus clases o sus unidades, o en círculos más  amplios-la comunidad , la sociedad, el país. Al menos, les planteamos la pregunta sobre su propio papel en la sociedad israelí y qué pueden hacer para que haya aquí una sociedad más justa y una democracia más estable.

P: ¿Es difícil lograrlo cuando esos jóvenes que llegan a ustedes nunca conocieron a Rabin, o sea ni habían nacido cuando él estaba al frente del gobierno y luego fue asesinado?

R:Este es justamente nuestro desafío: lograr tocar también a la generación del futuro para la que el asesinato de Rabin puede ser simplemente otra página en la historia. El museo los hace encontrarse con la historia del Estado de Israel de modo interactivo e interesante, combinándolo con la vida de Rabin. Además del museo desplegamos una amplia gama de actividades en áreas variadas y con distintos grupos, con soldados, con el sistema educativo, con niños..y todo se adapta a las características de cada sector del público.

P: Cuando se recuerda todo lo que precedió a aquella terrible noche en la plaza que hoy lleva su nombre, el punto central suele ser el tema de la paz dado que era en torno a eso que giraba la polémica principal.  Pero no sería justo recordar a su padre y su aporte a Israel solamente en ese aspecto ¿verdad?

R: Así es. A mi criterio , la parte central de su legado es el cambio en el orden de prioridades nacionales, la colocación de la educación en el primer lugar del orden del día del Estado de Israel, junto a la salud y el bienestar social. En su segundo gobierno  fueron duplicados y triplicados los presupuestos en dichos rubros, de una forma sin precedentes. De la gigantesca dedicación hecha en aquel entonces en infraestructuras nacionales disfrutamos hasta hoy. Aún así, debo decir que esa gran revolución  iba de la mano del proceso de paz. Creo que el haber comprendido que las cosas van interconectadas, es parte clave de su legado.

P:Muchas gracias Dalia. Que no sepa más de dolor. Bendita sea la memoria de su padre.

R: Muchas gracias.

Ana Jerozolimski
(04 Noviembre 2021 , 08:06)

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