Israel

Vidas Uruguayas en Israel: Florencia Vital Grunwald

Florencia Vital Grunwald (32), residente en la ciudad de Ramat Gan, llegó a Israel en el 2015 con otros uruguayos, vivió y estudió hebreo durante 5 meses en el Ulpan Etzion de Haifa y luego se mudó al centro del país. Estudió un master en medio ambiente y sustentabiliad urbana en la Universidad de Tel Aviv. Paralelamente tuvo distintos trabajos de horarios parciales y finalmente encontró un trabajo en su área, a lo que se dedica desde ahora, totalmente fascinada con ese campo.

Hoy en día trabaja en gestión de proyectos medioambientales (reducción de emisión de carbono, eficiencia energética, manejo de estudios, reciclaje y otros aspectos).

En Uruguay hizo la primaria en el Queen's School y liceo en la Escuela Integral. A los 12 años su prima la llevó al Dror (movimiento juvenil) , se enganchó-tal cual ella lo describe-y nunca dejó de ir. En el 2008 pasó un año en Israel con el programa Shnat en el marco de su kvutzá (grupo) del Dror y al regresar a Montevideo estudió en la ORT.

En Uruguay están casi toda su familia y sus amigos de toda la vida.

 

Florencia, a raíz de su importante labor social humanitaria, puso sobre la mesa en esta entrevista un tema muy polémico y discutido dentro y fuera de Israel. Nos pareció necesario completar el cuadro con otras aristas que conocemos directamente, por lo cual a continuación de este reportaje, publicamos la posición del Centro de Política Inmigratoria de Israel, en conversación con su asesor jurídico el Dr. Yona Sherki. Este hace algunas aclaraciones y aporta información que no es la que circula comúnmente, que consideramos permite ver el cuadro un poco más amplio.

Apretando aquí pueden leer la entrevista con él.

 

P: Florencia, es un gustazo conversar contigo, tanto por lo que hacés como por el hecho que me enteré de parte de eso a través de una querida compañera de toda la vida en la Integral , tu mamá, Alicia Grunwald, que compartió con justificado orgullo con nosotros, o sea con el grupo de la escula, sobre tus buenas andanzas.  Dedicas parte de tu tiempo a una actividad solidaria de ayuda al prójimo, gente que lidia con no pocos desafios. Contame por favor de qué se trata.

R: Hace 3 años soy voluntaria en el CEC (Community Education Center) una organización que apoya y promueve la educación de refugiados y solicitantes de asilo en Israel. El centro ofrece cursos trimestrales de hebreo, inglés, computación, fotografia y costura. El objetivo es ayudarlos a desarrollar habilidades que les permita conseguir mejores empleos, los ayude a insertarse en la sociedad israelí y a desenvolverse en la vida cotidiana con más libertad y seguridad. Un mejor nivel de inglés y hebreo también los provee con herramientas para hacer valer y defender mejor sus derechos, que muchas veces son vulnerados por sus empleadores, propietarios de los apartamentos que alquilan o el mismo sistema, oficinas gubernamentales, etc.
La organización sirve a 1500 estudiantes por año. Los maestros somos todos voluntarios pero los estudiantes pagan sus cursos, a costos accesibles para ellos (que sean pagos hace que por un lado la organización sea económicamente sostenible y por otro genera el compromiso de los alumnos, que sea mas meritorio).

P: He tenido la oportunidad de entrevistar en diversas ocasiones a solicitantes de asilo que por un lado critican al gobierno de Israel por no solucionar rápidamente el tema de su estatuto (ellos sostienen que son refugiados e Israel dice en general que son migrantes en búsqueda de trabajo) y por otro lado me expresaban agradecimiento por haber podido llegar aquí. ¿Cómo lo ves?

R: Hay en Israel aproximadamente 30.000 refugiados y solicitantes de asilo, la mayoría han escapado la persecución y el genocidio de Eritrea y Sudán. El estado israelí reconoce que debido a riesgos existente en sus países de origen no pueden ser deportados, sin embargo Israel incumple hace años con el derecho internacional al no implementar un proceso por el cual estas personas puedan pedir y demostrar su condición de refugiados. Estos son procesos objetivos que existen en países como Alemania y Canadá y funcionan - se comprueba quién es refugiado y quién no.

Los solicitantes de asilo viven en Israel bajo permisos de "libertad condicional", en una especie de limbo. Pueden trabajar legalmente sin tener status legal, aunque no reciben seguridad social ni cobertura de salud. Hasta antes de la pandemia, el 20% de sus sueldos era retenido por el estado a modo de ahorro forzado, que les sería devuelto cuando eventualmente fueran deportados o quisieran regresar a sus países. Esta medida se canceló en el 2020 cuando la situación económica de esta población se vio severamente afectada.

Creo que es peligroso pensar que porque en Israel no corren peligro sus vidas y están mejor que en sus países, Israel ya cumplió su rol. El gobierno israelí ha intentado muchas veces deportar parte de estas comunidades a sus países o a terceros estados, o ponerles obstáculos en el camino para que voluntariamente decidan irse. Creo que Israel tiene -tenemos- la responsabilidad y obligación moral de implementar el derecho internacional y la convención de Ginebra de 1951 para los refugiados, a la cual adhiere como país, para que estas personas accedan a las instancias legales que les corresponde.

 

P: ¿Quiénes son los demás voluntarios como vos que los ayudan?

R: La mitad de los voluntarios son israelíes y la mitad olim (inmigrantes) como yo, ó estudiantes internacionales, de todas partes del mundo. En general jóvenes, también algún jubilado. No es necesario tener inglés nativo o ser un profesional de la computación para enseñar, y cada voluntario puede elegir enseñar el nivel que prefiera, desde principiantes a avanzados.

A todos nos atrae esta causa por diferentes motivos pero obviamente tenemos en común el querer dar nuestro granito de arena para cambiar una realidad que creemos injusta. Algo espectacular es que algunos estudiantes que durante varios años estudiaron en el CEC, eventualmente se convirtieron ellos mismos en profesores y dan cursos a los miembros de sus propias comunidades. Ese es el objetivo principal de CEC, promover el liderazgo local e incentivar la autogestión, empoderar a las comunidades y hacerlas más resilientes.

P:  Ves a tu alrededor muchas expresiones de solidaridad de israelíes?

R: Creo que el israelí es un pueblo solidario, hay muchísimas organizaciones e iniciativas que apoyan todo tipo de causas y poblaciones vulnerables.

Años atrás, al comienzo de una de las olas de ingreso de los solicitantes de asilo africanos, médicos y enfermeras israelíes ayudaron voluntariamente (Foto: Ana J.)

Uruguay,  presente

P: ¿Qué vinculo mantenes con Uruguay? Qué significa para vos?

R: En Uruguay están mis padres, hermano, abuela, tíos y primos y amigos - voy a visitar una vez por año como mínimo. Leo las noticias de Uruguay casi todos los días y a veces escucho la radio. Antes me levantaba a cualquier hora a mirar partidos de fútbol importantes de la selección, ahora ya no. 
Uruguay es todo lo que conozco, un lugar al cual siento que pertenezco. Cuando voy de visita aprecio y disfruto cosas que me eran indiferentes cuando vivía allá. Extraño mucho cosas que antes veía como negativas o desventajas, por ejemplo la tranquilidad y el ritmo de vida. Admito que estando lejos la perspectiva cambia, la nostalgia tiñe los recuerdos e idealiza cosas que a veces no son. Pero a pesar de todo, Uruguay es y será siempre mi casa.

 

El proceso de vida en Israel

P: ¿Cómo fue tu proceso de integración a Israel?

R: Tuve una buena experiencia en general. Me sirvió mucho estudiar un máster en hebreo, me obligó a aprender rápido y eso me ayudó en todo sentido. En lo laboral me siento "integrada" pero escribir un reporte en hebreo me sigue demorando el doble de tiempo. Me encanta la informalidad y lo dinámico de todo aunque hay diferencias culturales que me siguen chocando. Para bien o para mal, uno se acostumbra pero nunca del todo. Se qué esperar, cómo funciona, cómo interactuar, e incluso así a veces me siento sapo de otro pozo. La mayoría de mis amigos acá son uruguayos y creo que todos dirían algo similar...

P: ¿Qué es lo que más te gusta de Israel? ¿Y qué quisieras cambiar?

R: Las dos caras de la jutzpa, el atrevimiento israelí. Por un lado me gusta la actitud de animarse, de no pedir tanto permiso, de preguntar y pedir lo que uno quiere sin pelos en la lengua y sin complicarse demasiado. Esa picardía que de repente puede conseguirte algo que no era tan difícil ni imposible.
Por otro lado me molesta mucho la mentalidad de creer que el que espera su turno en la cola sin arrimarse al mostrador es un 'fraier', un boludo, dicho mal y pronto. Querer ser el que menos espera, el que menos paga, el que más recibe, a costa de muchas veces, faltar el respeto, ser indiferente al prójimo o sencillamente no cumplir las reglas y "ganar" a costas de los demás que sí cumplen.   Creo que el límite al atrevimiento está en no perjudicar al otro y muchas veces ese límite se desdibuja.

 

P: Hay de todo en la sociedad israelí, también eso.

R: Así es.

P: ¿Cuáles son tus planes para los próximos tiempos?

R: En este momento estoy de visita en Uruguay,  con Israel prohibiendo la salida de ciudadanos a casi todo el mundo, así que para empezar espero no cancelen mi vuelo y poder volver. Por lo demás, creo que la pandemia nos enseñó a todos que la vida es hoy y mañana no se sabe, así que mi plan es disfrutar y aprovechar.Apenas vuelva comienza un nuevo trimestre de cursos, en el CEC, y si todo sale bien, allí estaré .

P: Que sea con éxito Florencia, siempre haciendo cosas buenas en pro de la sociedad.

R: Muchas gracias Ana.

 

Ana Jerozolimski
(10 Enero 2022 , 18:41)

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