Entrevistas

Entre un hospital de campaña israelí y la misión diplomática en Montevideo

Con Daniel Saban, ex diplomático israelí en Uruguay

Dani Saban fue diplomático en la Embajada de Israel en Uruguay entre 1988 y 1992. Recordamos siempre su don de gente, su forma humana y apacible de interactuar. Y de otros tiempos, muy posteriores, recordamos una entrevista que le realizamos al volver él de una misión especial en Haití, cuando encabezó la fuerza de vanguardia enviada al país centroamericano por la Cancillería israelí, para evaluar las necesidades de acuerdo a las cuales se erigiría allí el gran hospital de campaña que Israel envió. Fue un relato emocionante que hoy quisimos rememorar, al haberse convertido Israel en el primer país del mundo que envía un hospital a Ucrania, que ya ha comenzado a trabajar.

Dani Saban fue años atrás Embajador de Israel en Ecuador, Costa Rica, República Dominicana y concurrente en Haití Hoy ya está retirado.

 

P: Dani, es un gusto conversar contigo nuevamente. ¿Cómo recuerdas tú aquella vivencia en Haití en el 2010?

el director del Departamento México y Centroamérica en la cancillería y me llamaron para consultarme, porque Israel estaba planeando enviar ayuda humanitaria a Haití después del terremoto, concretamente un hospital que sería manejado por las Fuerzas de Defensa de Israel . Me preguntaron, ¿estás dispuesto a viajar?. La verdad que el viaje y todos los arreglos se hicieron en 5 horas, ya estaba yo en el avión pasando todos los trámites sin alcanzar siquiera a despedirme de mi familia.

 

P: Me imagino que llegar a un lugar devastado por un terremoto no era tan sencillo…

R: Llegamos a Nueva York, de ahí a República Dominicana y era muy difícil el acceso a Haití como continuación, porque no se sabía cómo estaba el aeropuerto de Haití, de Puerto Príncipe, pero al final, gracias a la colaboración del Ejército norteamericano, pudimos aterrizar en la capital con un helicóptero. Y yo encabezaba la delegación de Israel cuyo objetivo era evaluar qué podemos hacer en el terreno.

 

P: Recordemos que el hospital que instaló Israel era de Tzahal, las Fuerzas de Defensa de Israel. ¿Qué dimensión tenía toda esa iniciativa?

R:  En total alrededor de 250 soldados, médicos, enfermeras, todos los aparatos técnicos, de radiografía y todo, todo en dos aviones increíbles. Realmente ver cómo todo eso se instaló y se empezó a trabajar, con una ceremonia de bienvenida, fue muy emocionante. Recuerdo la emoción al ver dos aviones israelíes gigantes aterrizando allí después de tantas coordinaciones. De ahí empezó la hazaña  de construir este hospital militar. Lo primero era decidir dónde se lo ubicaría, Yo recordaba de una visita anterior que había hecho a Haití para conocer el país y sus autoridades, que había visto una cancha de fútbol junto a la planta que tenía el Cónsul Honorario de Israel, el señor Gilberto Biguio. Era un lugar muy apropiado porque está muy cerca del aeropuerto y tiene toda la infraestructura de electricidad y otros elementos necesarios.. Eso fue pues lo que sugerí.

En el hospital israelí en Haití (Foto: Dover Tzahal)

 

P: Y todo fue avanzando con mucha eficiencia.

R: Así es. En la noche llegaron los aviones y empezaron a descargar. En pocas horas, entre las 10 de la noche y las 5 de la madrugada, el hospital estaba bien construido, bien colocado; y  a las 7 de la mañana empezaron a llegar los primeros heridos a recibir atención médica. Te diré que desde  el punto de vista logístico realmente era una arquitectura maravillosa. No olvidaron ningún detalle, desde agua hasta inyecciones. Claro que también el equipo debía recibir inyecciones por  posibles enfermedades que podían surgir por la dimensión de la tragedia ya que había miles de cuerpos que trágicamente se descomponían con el pasar de los días.

 

P: ¿Cuál era el mensaje de haber llevado ese hospital israelí a Haití?

R:  Era un símbolo de nuestros valores, de nuestra convicción, como dice el Talmud, que cuando se salva un alma, se salva a un mundo entero. Se sabe que no podemos responder a esta magnitud, a esta dimensión, de muertos y heridos y afectados por un terremoto o por la guerra. Pero el hecho de estar ahí con ese granito de apoyo, de solidaridad, generaba esperanza en la gente. Y veíamos a la gente allí que se movía como sin entender dónde estaba, en shock total. No sabían qué hacer. Y de repente apareció algo que les daba cierto orden, que indicaba una dirección. Se acercaba gente y veían que alguien los recibía con una sonrisa y los atendía. Eso aliviaba a la gente , ayudaba al esfuerzo por salir de la depresión que causa una tragedia de estas dimensiones. Y los voluntarios que estaban allí sentían, todos sentíamos, que estábamos haciendo algo auténtico, humano, para rescatar la vida y esperanza hacia el futuro. 

P: Dani, yo te entrevisté en aquél entonces cuando regresaste de Haití. Recuerdo que en más de una oportunidad me hiciste un nudo en la garganta  cuando relatabas lo que habías vivido. Te habrán quedado muchos recuerdos en el corazón.

R:  Cuado empezamos a percatarnos de la dimensión de la destrucción en las calles, en las que era muy difícil circular, fue muy duro. Veíamos a la gente perdida con miradas de desesperación. No lloraban, estaban en silencio…un silencio de cementerio, un cementerio gigante. Los edificios, el palacio presidencial en el que yo me había entrevistado años antes con el Presidente,  colapsado, miradas que se preguntaban “¿qué podemos hacer?”…Muy difícil. Esa imagen queda, de muhos heridos, amputados, gente con dolores, llorando, gritando, bucando asistencia…buscando familiares.

P: Gente que había quedado desconectada.

R: Así es. Y dolía, porque sentíamos un caos total y mucha sangre, mucho dolor, muchos gritos. Es realmente una imagen que no te deja dormir. Aquellas noches, pernotactando en el edificio de la embajada de Estados Unidos, no podíamos dormir  y esperábamos la mañana  para empezar a trabajar. 

P:  Dani, yo me acuerdo que nació un bebé en el hospital y lo llamaron Israel.

El Israel de Haití (Foto: Dover Tzahal)

 

R:  Es cierto, sí. Esa ha sido realmente una de las anécdotas más hermosas.  Viene una mujer embarazada, asustada, realmente muy inquieta; y viene la enfermera israelí y le dice en francés: "No te preocupes, ven, entra a la carpa, aquí te vamos a ayudar, estás en buenas manos".  Y ahora ya hace 12 , casi 13 años…Quisiera encontrarme con ese niño. Si fuera judío estaría celebrando Bar Mitzva.

P: Yo me acuerdo de otro momento especial que me relataste, cuando una mañana estabas dentro de una de las carpas del hospital y se empezó a oir desde afuera como un murmullo fuerte. Y cuando y salieron y vieron que todo el hospital estaba rodeado de una multitud de civiles haitianos con banderas de Israel, y todos gritando: "Israel, Israel", como agradecimiento. Emocionante…

 

R: Así es. La verdad que el impacto de ese hospital fue enorme. Todas las demás delegaciones querían ver ese milagro, un hospital que funcionaba 24 horas y logró atender unos mil haitianos con heridas muy variadas. Los haitianos decían que Israel, un país pequeño, llegó desde lejos para esa tierra tan sufrida, no sólo por el terremoto sino por toda su historia, para ayudarlos. Sintieron que Israel actuó con cariño y solidaridad. Y aquella manifestación de las banderas  nos simbolizaron nuevamente lo que todos sentíamos, el orgullo de ser israelí. Para un diplomático, como yo, como muchos de mis colegas, realmente era un momento emocionante  saber que el esfuerzo y la decisión del gobierno de aquél entonces de Israel de enviar y desplegar todo un equipo importante ayudando al pueblo haitiano en esos momentos tan difíciles. sinceramente era motivo de gran orgullo.

P: Nacional y personal.

R: Así es. Y yo pienso que yo, que  nací en Argelia y llegué a Israel como niño refugiado y estaba ahí representando oficialmente a un Israel tan solidario, eso genera una emoción en el corazón que no puedo describir.

Recordando la misión diplomática en Uruguay

P: Dani, no podemos terminar esta entrevista sin pedirte que compartas con nosotros algunos de tus recuerdos de los años en Uruguay.

R: La verdad que esos cuatro años fueron para mí la mejor forma  de conocer la diáspora judía y también al pueblo Oriental del Uruguay. Sentí en los uruguayos esa simpatía por la causa de Israel, por el Estado de Israel. Fueron  cuatro años de muchos esfuerzos en tema de cooperación internacional, con cursos sobre cómo mejorar la producción lechera y la de algodón. Para mi Uruguay fue la mejor universidad  que me preparó muy bien para las futuras misiones en las que después fui embajador. Y realmente, de los tres países en los que fui Embajador, volví a Israel con la sensación de misión cumplida para bien y sintiendo siempre que eso lo debo prácticamente todo a mi época en Uruguay, sin lugar a dudas.

P: Recuerdo que eras muy querido en la colectividad.

R: Yo recuerdo muy bien cuán sionista y cálida es la colectividad judía uruguaya. Recuerdo bien al Sr. Bregman, a Eduardo Kohn y tantos más, y ni que hablar de tu papá, que en paz descanse, que con el Semanario Hebreo de tan alta calidad aportaba tanto a Israel. Era de lo mejor que se podía encontrar en el mundo en general.

<img title="Dani y Rivka Saban, con José (z"l) y Taiby Jerozolimski " src="https://www.semanariohebreojai.com/cnt/media/20220328_184539_CONPAPAYMAMA.jpg" alt="" width="1024" height="654" />
Dani y Rivka Saban, con José (z"l) y Taiby Jerozolimski,

 

P: Él también te quería mucho a ti Dani.

R: Lo sé. Yo también a él.  Yo lo recuerdo y siempre con este cariño, la hospitalidad en tu casa, junto por supuesto a tu mamá, en más de una cena de Shabat a la que nos invitaron. Realmente inolvidables vivencias y estoy seguro que todos los diplomáticos que se engancharon con Uruguay, que se engancharon con la comunidad judía del Uruguay volvieron siempre con ese sabor dulce, saber que uno está ahí en familia. Y recuerdo por supuesto el paseo imperdible por Pocitos…

P: La Rambla…

R. Claro…La rambla …y también no poca gente en la comunidad que sabía hablar hebreo. Uno siempre podía discutir temas de política israelí, política uruguaya, política internacional, de fútbol. De todo. Y los colegios que tienen, el Yavne, el Ariel, la Escuela Integral…

Con morot (maestras de las escuelas judías) de la Integral y el Ariel

 

P: Sabes que el Ariel se cerró …

R:Si lo sé…los años cambiaron muchas cosas. Pero el espíritu judío uruguayo, tan amante de Israel, siempre se mantiene. Yo sé que hasta hoy están haciendo cosas maravillosas. Conocí en su momento a quien es el Presidente actual, cuando era un niño. Miré una entrevista con él y me di cuenta de su elocuencia, que es un hombre que conoce el mundo. Está desempeñando un papel que estoy seguro le dará un rol en el futuro liderazgo latinoamericano, sin lugar a dudas.

P: Hermoso escucharte Dani. Muchas gracias por compartir todo esto conmigo.

R: Gracias a ti por esta oportunidad. Aquellos cuatro años en Uruguay fueron un capítulo diplomático realmente inolvidable. Espero poder volver a visitar a nuestros amigos y hermanos y hermanas en Montevideo y Uruguay en general.

Los Saban con los periodistas Julio César Jaureguy , hoy lamentalemente ya fallecido, y su esposa Susana, y Ramiro Rodríguez Villamil

 

 

 

 

Ana Jerozolimski
(28 Marzo 2022 , 18:39)

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