La exposición, en el Museo Nacional de Artes Visuales, estará hastael 3/11
Este jueves 5 de setiembre se inaugura en el Museo de Artes Visuales la exposiciòn "VIDAS" de Mónica Packer, un homenaje a la resiliencia de los sobrevivientes de la Shoá, como su propio padre-ya fallecido-, un tema que le acompañó siempre.
Mónica Packer preparó sus obras pensando ante todo en su padre, pero no sólo en él sino en todos los sobrevivientes de la Shoá que lograron empujar hacia adelante y seguir viviendo.
Mónica estudió Arquitectura dos años, se formó en talleres maniobrando con el hecho que en aquel entonces, por la dictadura, la Escuela de Bellas Artes estaba cerrada. A lo largo de los años recibió menciones y premios. Ahora, combina su amor por el arte con la necesidad de rendir homenaje a la resiliencia de los sobrevivientes de la Shoá, como su padre Jimmy, de bendita memoria.
Jimmy Packer nació en Nasaud, Rumania, zona de Transilvania, el 25 de diciembre de 1925.En junio de 1944 los nazis invadieron Hungría y Rumania y él fue deportado junto a su madre, su hermana y su abuelo a Auschwitz. Su padre ya había sido deportado antes.En 1950 llegó a Uruguay, conoció a Aída, con quien se casó . Tuvieron tres hijas: Beatriz, Cecilia y Mónica, que les dieron 6 nietos y 6 bisnietos. El séptimo bisnieto nació cuando él ya se había fallecido.
Mónica llevó siempre consigo la historia de su padre, con admiración por su apuesta por la vida.
En esta entrevista nos lo cuenta.
P: Mónica, recordemos ante todo parte-ya que habría páginas enteras para escribir- de la historia de tu papá en la Shoá.
R: Papá nació en Rumania, adonde los nazis llegaron en 1944. Teniendo él 19 años, fue deportado con su hermana, su madre y su abuelo a Auschwitz. Era fuerte y se veía fuerte, por lo cual lo enviaron a la fila de la derecha, como mano de obra. Estaba claro adónde iba su familia. Se despidieron con una triste mirada. Pasada la cuarentena es enviado a Mauthausen y campos cercanos donde trabajó en excavaciones de túneles, en condiciones infrahumanas como ya es sabido.
P: Pero logró resistir y sobrevivir hasta el fin de la guerra.
R: Así es. Lo liberaron los norteamericanos el 5 de mayo de 1945. Regresó a su pueblo y entendió que no había vuelto ni volvería nadie de su familia.¿Adónde ir? ¿Qué hacer? Sé la tristeza y la soledad que lo embargaban.Finalmente llegó a Francia, trabajó 5 años de sastre, sintiéndose muy solo.
P: Y su vida cambió al llegar a Uruguay ¿verdad?
R: Exacto. Llegó a Uruguay en 1950. Tenía familia acá, que había logrado llegar ya en 1933. En Uruguay conoció a mamá, se casaron y no volvieron a Europa.
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P: Mónica, me impactó ver el título de tu exposición Vidas, porque destaca la fuerza de los sobrevivientes por seguir adelante, la apuesta por la luz. ¿Cómo lo vivís vos a través del recuerdo de tu papá?
R: Debo aclarar ante todo que es una muestra artística, no histórica. El hilo conductor, eso sí, es la Vida no solo de mi padre, sino también de los que apostaron a vivir una Segunda Vida, formando familias y seguir adelante más allá del dolor.
La muestra, se divide en Antes, Durante y Después. No hay imágenes fuertes( lo mínimo). y quedan muchos temas sin tocar.
P: Es que el tema de la Shoá es inconmensurable.
R: Así es. Sabemos que la Shoá es interminable de estudiar..
P: ¿Tu papá te hablaba de ese aferrarse a la vida, de la necesidad de luchar para seguir aquí? O sea, imagino que no creía que fue mera suerte que sobrevivió, aunque también eso se necesitaba.
R: Papá no habló durante casi 50 años. Capaz por protegernos, cuidarnos, para no volver a vivir ese espanto...pero un día yo le empecé a preguntar!! Y empezó a hablar y contar. Quizás en ese momento estaba pronto para ello y por eso pudo hacerlo. Capaz que el dolor se había mitigado con la llegada de sus tres hijas, seis nietos y siete bisnietos
P: Hermoso, eso sí que es seguir adelante…como dicen muchos, esa es la única “venganza”, lo que demuestra que Hitler no ganó. Hace algo más de un año, compartimos el inolvidable viaje a Polonia, y yo todo el tiempo pensaba en la fuerte vivencia que era eso para ustedes, los hijos de los sobrevivientes que eran parte del grupo. ¿Me equivoco si digo que es una mezcla de dolor y orgullo ser hijo de sobrevivientes?
R: Hoy te diría que es un Orgullo y también es un deber como hijo seguir hablando y homenajeando a esos seres que fueron tan fuertes y resilientes. Creo que también debemos recordar a los que no soportaron los horrores o el vivir con su recuerdo después de haber sobrevivido, y bien sabemos que hubo muchos casos de depresión y de suicidio. Una gran tragedia. Afortunadamente el caso de mi papá y tantos otros que conocemos, fue muy distinto.
P: Antes mencioné la suerte…eso también incidía ¿no?
R: Claro que el factor suerte incide, un nazi podía pegarte un tiro ...porque sí. Papá tenía 19 años, sabía de sastrería. No había podido terminar sus estudios por las leyes antijudías Era fuerte físicamente y fue deportado “sólo” 11 meses antes de mayo de 1945. Se arrastraba todas las noches hasta la cocina y remendaba ropa de los que ahí estaban. ¡Se jugaba la vida! Él y los maestros austríacos que le trajeron escondido hilo y una aguja. Y así recibía una papa extra.
Claro que igual salió de ahí pesando 37 kilos y con tifus.
P:¿Algo de eso es plasmado directamente en la exposición?
R: Hay una obra que plasma eso. Una papa,un día más de Vida
Te cuento que casi todos los cuadros están escritos. Uso mucho la escritura en ellos. " Nada se olvida". "Yo lo vi", este último en referencia a nuestro nuestro viaje Polonia el año pasado. Y también "Éramos felices".
P: Ese último creo que sería lindo seguramente escuchar de qué se trata.
R: En mayo 2017, viví un tiempo en su casa. Todas las mañanas me cebaba mate y mientras tanto yo trabajaba; me armé un taller ahí, yo le preguntaba sobre su vida en Nasaud, él asentía con la cabeza y me decía “Si, Si ,era una vida tranquila, éramos felices”. Y yo presentí que lo estaban llamando….Me decía “no sé por qué se los llevaron”, refiriéndose a su familia. Al poco tiempo le detectaron cáncer de garganta. Yo sentí que fue porque tenía guardado el dolor, muchos años sin hablar.
P: Pero ya en familia, con hijos, nietos y bisnietos, volvió a ser feliz.
R: Así lo creo. Partió en febrero del 2017, como un rey. Rodeado de toda la familia, en su propia casa, amado y cuidado.
P:Qué bueno ese resumen Mónica, a pesar del dolor de no tenerlo ya a tu lado. Quiero desearte que la exposición sea un éxito. ¿Quisieras agregar algo?
R:Sí, gracias. Quiero destacar a la Curadora Soledad Hernández Montañes,a quien agradezco el apoyo, la escucha, el “vos podés” porque te diré que después del 7 de octubre quise cancelar todo.
P: Muy fuerte. La masacre en Israel tocó muy duro al mundo judío.
R: No hay duda. Soledad me acompañó en el proceso, de charlar, de trabajar, de llorar y de en cierta forma disfrutar de un tema tan difícil de plasmar. Y además hizo un curso de Shoá intensivo conmigo.
P: Eso es muy especial.
R: Sin duda ninguna. Quisiera también, antes determinar, agradecerle al Museo Nacional de Artes Visuales por darme esta oportunidad.
P: Muchas gracias Mónica. Te deseo que la exposición traiga mucha luz y que sea un digno homenaje a los sobrevivientes.
R: Muchas gracias.