Este lunes 9 de junio, en una ceremonia festiva en la Kehilá, la Organización Sionista del Uruguay entregará el Premio Jerusalem a Washington Abdala, ampliamente conocido como “el Turco”, por las raíces libanesas y sirias de su familia. Su compromiso con la causa de Israel es conocido desde siempre, pero hoy en día resalta, en medio de tanto antisemitismo a nivel mundial y de su aumento también en Uruguay.
Abdala, que fue parlamentario por el Partido Colorado, que sigue apoyando a la coalición y que más que nada ha estado abocado a la docencia universitaria en Ciencias Políticas, regresó recientemente de Washington, donde durante casi un lustro se desempeñó como Embajador de Uruguay ante la OEA.
Hace pocos días nos recibió en su casa para esta entrevista.
P: ¿Qué te inspira recibir el premio Jerusalem? ¿Por qué te parece que te lo otorgan y cómo te sentís con esto?
R: Muy bien n, porque el vínculo que yo tengo con todo lo que significa Israel, para mí está en un archivo aparte, o sea que tengo una lectura distinta de esto, Es una cosa que me reconforta mucho, me da mucha alegría. Premios de universidades, premios de academias o premios de países, en realidad no me hacen sentir cómodo. Cuando me llamaron Martín Glass, Presidente de la Orgaización Sionista del Uruguay, junto con Javier Galperin, al principio no entendí y hasta demoré varios días en contestar, por lo que ahora les pido disculpas públicamente. Y cuando finalmente hablamos y me dijo de qué se trataba la verdad es que me emocioné mucho. Esto me hace sentir muy bien. Vos vivís en tu existencia a través de causas, a través de ciertas líneas de emocionalidad y para mí ésta es una de las más importantes.
Yo diría que es así desde mi adolescencia. Es un tema que me compromete, y me ha hecho sentir muy bien, esa es la realidad.
Así conocí el antisemitismo
P: Dijiste que tenés una lectura “distinta” de este tema, ¿Distinta de qué? ¿De lo que lamentablemente vemos hoy en tantas partes del mundo donde se demoniza a Israel?
R: Yo soy de la escuela de los que lee del antisemitismo desde hace mucho tiempo, o sea, yo siempre he creído que hay, a lo largo de la historia, un patrón antisemita, que hay momentos en los que la sociedad lo baja pero en general siempre ha estado ahí. Y voy a la historia.
P: Te iba a pedir justamente que vayamos al origen de tu postura.
R: Comienza con mi abuelo materno, el Dr. Raúl Remerciari, que ha sido para mí la referencia más importante en términos intelectuales. Cuando murió mi padre, teniendo yo 3 años, mi madre se mudó a la casa de su padre, donde vivimos hasta que yo tenía 6 años. Mi abuelo, médico de barrio, era un tipo muy humanista, de esos personajes que tienen visión universal, médico, científico, que leía filosofía, literatura, política. En esa casa , a la que seguí yendo toda la vida, había una gran biblioteca en la que encontré creo que a los 10, 11 ó 12 años, los Protocolos de los sabios de Sion y El Judío internacional. Le pregunté a mi abuelo qué es eso, me dijo que lo lea y me explicó que eso es antisemitismo, escrito por gente que tiene una visión muy jorobada con el tema del judaísmo. Casi de más está decir que tenía también mucha bibliografía de otro lado. Tenía de todo para leer de todo, y cuando me explicó sobre eso, quedó clarísimo que lo criticaba enérgicamente.
P: Pero hasta ese momento era algo que veías, digamos, en los libros…
R: Así es. Así que ese fue el contexto en el que empecé a curiosear el tema. Después cuando mi madre se vuelve a casar se va al Parque Valle cerca del Estadio Centenario en la calle Feliciano Rodríguez y ahí tenemos una vida en donde las familias judías del barrio eran muy amigas nuestras. Y ahí, teniendo desde hacía tiempo las lecturas internacionales sobre el antisemitismo, lo vi en mi barrio. En la expresión de no judíos. Yo sabía que las características que los antisemitas atribuían a los judíos eran mentiras burdas. Y vi cómo también en mi barrio existía el prejuicio, aunque había diversas comunidades de inmigrantes. Y a mí me llamaba mucho la atención.
Y era doloroso, porque una familia judía amiga, siendo yo un chiquilín, me dijo directamente que ya entendieron que tienen que vivir con eso de fondo. Y fueron los que me introdujeron de alguna forma en el entendimiento cotidiano de lo que era el antisemitismo. Que ellos lo tomaban como una cosa normal.
P: Que eso quizás es lo más doloroso, que el judío se tenga que acostumbrar a eso.
R: El concepto de normalizar, que es el concepto que normaliza lo disfuncional. Vos aceptas de alguna forma que sos el otro, el distinto, el judío. Cuando en realidad todos éramos otros, porque todos éramos de alguna forma o el italiano, o el español, o el gallego, o el turco, o el libanés. Pero con el judío había cierta peculiar observación.. Yo fui al Liceo Francés, donde tenía compañeros judíos, y no terminaba de entender por qué el fin de semana se iban a la NCI u otro movimiento. A veces sugería juntarnos todos y algunos decían que el sábado tienen fijo tal o cual actividad en el marco de su comunidad.
P: ¿Y qué pensabas al respecto?
R: Me llevó ya hasta los 17, 18 entender que esa búsqueda necesaria por la referencia comunitaria, identitaria, comunitaria, tenía que ver con su propia existencia filosófica, étnica, humana. Así que yo fui haciendo el viaje gradualmente.
P: Yo siempre dije que Uruguay no es un país antisemita, pero que por supuesto hay antisemitismo. Pero las cosas están empeorando.
R: Creo que siempre hemos tenido una diferencia al respecto entre nosotros. Yo creo que es un país que tiene bolsones antisemitas muy importantes, que ha sabido disimularlos a lo largo del tiempo.
P: Miguel Brechner siempre dice que si bien en la izquierda es peor, está también en la derecha, en todos lados.
R: Puede que tenga razón Miguel. Yo creo que está en todos lados en los que hay territorio de la ignorancia, donde a nivel popular el judío es el otro, es el divergente, es el distinto. Ahí la caricatura del más poderoso, de la conspiración, funciona perfectamente. Mucha gente tiende a creer esa estupidez. Hay gente que parece no tener capacidad de mirar hacia el pasado y ver las enormes cantidades de comunidades judías que han estado el desamparo de la buena de Dios. O sea, no te voy a explicar a vos quiénes fueron los que terminaron sin existencia a lo largo del siglo anterior, que no eran millonarios, ni fueron gente de fortuna. Eran comunidades muy desamparadas, probablemente de una parte especial de la Europa Oriental.
Hay una parte del Uruguay que no me llena de orgullo. Yo sé que la mayoría de la élite política uruguaya sostiene una narrativa de que el Uruguay es tolerante, abierto. Pero no siempre es así, yo he visto otra cosa, lo he visto en la universidad, lo he visto en la vida política, en un doble discurso, hipócrita, escondido detrás de la cocina.
El apoyo a Israel
P: Pero la cercanía a Israel y su causa es otra dimensión.
R: Sin duda. Así que llegó la etapa en la que cuando me adentro en el tema político, personas como tu papá, el Dr. Enrique Tarigo y algunos más, te explican las cosas como son. Leé y vas a saber, me dijeron después de explicarme mucho. Y leí. Cuando ya estás en la fase madura, ahí lo que tenés que hacer es estudiar. Y ahí el mundo te cambia completamente.
P: ¿Cómo ves el fenómeno de la importación del conflicto de Oriente Medio por parte de elementos anti israelíes que difunden la propaganda palestina y hasta la iraní?.
R: Creo que estamos en el peor momento después de la Segunda Guerra Mundial en términos para lo que son las comunidades judías planetarias, para los judíos. Y tiene que ver justamente con esto que planteas, el “Free Palestine”, una consigna que esconde por detrás el llamado liquidemos a los judíos, saquémoslos de la tierra.Es una consigna claramente antisemita, es una consigna con aroma nazi porque en realidad va por detrás la teoría de Irán, de la desaparición del estado de Israel.
P: Que no es nueva, pero que el 7 de octubre se expresó con especial fuerza.
R: El 7 de octubre es la frutilla de la torta. Lo que pasa es que no creíamos, en el fondo siempre estuvimos creyendo que no iba a haber un 7 de octubre, que no iban a llegar y que en realidad no iban a tirar de la piola para tanto, que era todo una narrativa hiriente, encolerizada con Israel, para de alguna forma cohesionar tu propio bando a través de un enemigo.
La verdad es que no veo a nadie en el planeta que le diga eso a otro país, a otra nación, a otro estado, que se llame abiertamente a su destrucción, como Irán y Hamas llaman a la destrucción de Israel.
Las universidades, nidos de propaganda violenta contra Israel
P: Y es preocupante que justamente en campus universitarios veamos nidos de odio contra Israel.
R: Sin duda ninguna. Hace un tiempo, después del 7 de octubre, yo estaba con mi hijo y le dije que quiero ir a la universidad George Washington porque quería sacar unos libros. Teníamos el acceso libre a la biblioteca por un amigo que era profesor de allí.Y al salir veo toda una movida de “Free Palestine” , un
loquero permanente, un hervidero que estaba tratando de emular lo que estaba pasando en Columbia, no con la misma intensidad pero no era menor. Y vi el fenómeno también a nivel personal cuando un amigo ecuatoriano me pidió que hable con su hija que estaba metida en todo eso, repetía consignas de un tema que no conocía, como ciega…Me fui a su casa con libros, mapas, estuvimos horas…era una piba inteligente, pero les lavan el cerebro y repiten cualquier cosa.
Las verdades y las dudas
P: Y es tal la distorsión, que se complica abordar todo para esclarecer.
R: Por supuesto. Pero hay preguntas claves. Por ejemplo, lo de la ayuda humanitaria, se puede ver claramente quién colabora y quién no. Además ¿no se ve que Israel reacciona contra los terroristas que se ubican en lugares donde no hay otra manera que identificarlos, y donde ellos hacen el uso de las víctimas inocentes?
Durante años me preocupa el tema de los túneles. ¿Y quién los construye? ¿Cómo se financian? ¿Y a dónde van? Y un día detonó, el día que explotó todo esto. Nos dimos cuenta que estaba a tope, porque en realidad a mí nunca me dio la imaginación para pensar que había todo un proyecto subversivo, terrorista, asesino y criminal que estaba basado en ese juego de los túneles armado por debajo para algún día hacer detonar una especie de bomba neutrónica y que todo esto estallara.
Acá no estamos aplaudiendo la política de Netanyahu. No, no estoy aplaudiendo. Lo que estoy diciendo es, permítanme sostener que la existencia del Estado de Israel como un país democrático, occidental, libre, con los valores que son los míos, es importantísima. Tiene derecho a existir. Premisa número uno. Y a defenderse de una agresión y una invasión.Segunda premisa. Y la tercera premisa: cuando uno repele una agresión o una invasión, no pretenda que usted baile cascanueces. No va a ser así. Inevitablemente no va a ser así. Así que vamos a pasar todos un mal momento y lo estamos pasando.
P:¿Y el futuro?
R: ¿Cuál es el objetivo que uno aspira? Obvio, el cese al fuego. Obvio, un ambiente de paz. Obvio, un clima de cordialidad. ¿Se va a lograr? No tengo la menor idea. Nada indica que sea sencillo con gente que te dictó sentencia sobre tu existencia. Y a la que no le importa su pueblo.
No es simpático lo que se ha hecho, es notorio que no es simpático, pero es un dato que era necesario. Esa es la ecuación. Bien.
Lo que hay que hacer, es decir la verdad una y otra vez, mostrar lo que es Israel, para contrarrestar toda esta demonización. Y recordar una y otra vez que quien armó el 7 de octubre lo planificó con mucha perfidia, con mucho tiempo. No fue un rapto.
Se sabía la respuesta que iba a haber y se sabía la consecuencia internacional. Y no son sólo manifestaciones Free Palestine sino atentados antisemitas, como el de hace poco en Washington en el que mataron a dos jóvenes que estaban por casarse, en el museo Judío. Esto ya es otra cosa. Y así no se puede seguir.
P: Washington querido, gracias mil por tu tiempo y por compartir tantos conocimientos y tu gran lectura de la situación.
R: Gracias a ti de corazón.