El gabinete votará el plan pese al rechazo del ejército por el riesgo para los secuestrados
La ocupación de toda la Franja de Gaza no fue nunca un objetivo de la guerra de Israel contra Hamas, desatada por la masacre del 7 de octubre del 2023. Sus declaradas metas fueron recuperar a los secuestrados, destruir a Hamas y garantizar que Gaza no vuelva a constituir una amenaza para el Estado de Israel y su población. Pero ahora el plan está sobre la mesa y al parecer el gabinete lo votará este jueves 7 de agosto a la tarde de Israel, porque según el Primer Ministro Biniamin Netanyahu eso aumentará las probabilidades de rescatar a los 50 secuestrados que aún están en manos de Hamas.
Por ahora, cabe destacar, Netanyahu no ha confirmado oficial y formalmente que esta sea su intención pero según medios israelíes como Ynet, entre sus allegados se deja en claro que la decisión está tomada, aunque requiere el aval explícito del gabinete.
La intención al parecer es que el plan de tomar control de toda la Franja de Gaza o sea maniobrar militarmente también donde aún no se lo ha hecho-la ciudad de Gaza y los campamentos de refugiados de la zona central- sería más una herramienta para tratar de recuperar a los secuestrados que una meta estratégica de la guerra. Esto tras el recurrente fracaso en las negociaciones para lograr un acuerdo de alto el fuego con Hamas en cuyo marco sean liberados los rehenes. Tras la última respuesta dada por Hamas, no sólo Israel y Estados Unidos sino también Egipto expresaron decepción por la postura de la organización y el mensaje que esta transmitía.
Pero aquí está precisamente el problema central: operar donde se estima que están los secuestrados, los pone en peligro ya que Hamas ha dejado en claro hace tiempo que si el ejército se acerca a un sitio en el que hay secuestrados, los matan.
Este sería el punto principal en la postura del comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel Teniente General Eyal Zamir, quien en un encuentro personal con el Primer Ministro dejó en claro que se opone al plan. Por el riesgo para los secuestrados y por el desgaste de las tropas que están combatiendo hace ya casi 22 meses.
A pesar de ello, Zamir habría aclarado que en ningún momento pensó dimitir y que él cumplirá con las órdenes que le imparta el gobierno. Esto, según lo publicado por Ynet. El jefe de las FDI no ha salido a formular ningún tipo de declaración pública y no habría correspondido que lo hiciera a menos que decida dimitir por sentir que no puede cumplir con la política gubernamental. En Israel está claro que el ejército cumple con las órdenes que recibe de las autoridades electas.
En un análisis sobre este tema en el portal Ynet, el periodista israelí Itamar Eichner escribió que la pregunta central es si la decisión de Netanyahu es tomada por consideraciones de seguridad o políticas, algo de lo que lo acusan muchos de sus críticos.
Eichner comenta otro aspecto central a lo largo de todos los últimos ya casi dos años: el Primer Ministro tendrá que dirigirse a la nación y decir claramente que él tomó la decisión de emprender esta nueva etapa en la ofensiva contra Hamas a pesar de la explícita oposición de las Fuerzas de Defensa de Israel. No podrá esconderse en argumentos sin fundamentos alegando que si lo hubieran despertado el 7 de octubre, habría frenado todo el horror o que todos los jefes de seguridad le recalcaban que Hamas estaba disuadido y no osaría atacar. Esto, aunque hay suficientes pruebas de lo contrario, de las advertencias que recibió acerca de los planes de Hamas y que él dijo que era exageradas.
Por otra parte, Netanyahu podrá decir que tras haber visto los videos de los civiles secuestrados, Rom Braslavski y Eviatar David, que parecen prácticamente salidos de campos de concentración, entendió que la única opción es destruir totamente a Hamas, que es lo que se intentaría en esta nueva etapa.
Al mismo tiempo está bastante claro de antemano que las Fuerzas de Defensa de Israel consideran peligroso maniobrar en las zonas en las que se estima que hay secuestrados. No alegan tener una solución mágica alternativa, en absoluto, y está claro que todo está estancado. Esa es precisamente la problemática: el cambio parece malo y seguir como ahora también lo es.
En principio, la presentación del plan al gabinete puede ser una última presión a Hamas para que reanude las negociaciones y acepte un acuerdo, pero nadie considera que es muy factible que lo haga.
Ojalá que todos los malos presagios estén equivocados, que Netanyahu tenga razón en su visión del sentido de la nueva etapa en el operativo , y que se pueda recuperar a los secuestrados que hace ya 670 días no están en casa sino en el infierno de Gaza.