Entrevistas

Una entrevista que habríamos preferido no tener que hacer

Con el Dr. Ricardo Najman, jefe de forenses en el Instituto Nacional de Medicina Forense de Israel 

En el marco de la cobertura de la situación en Israel desde el 7 de octubre del 2023, realizamos distintas entrevistas que luego inclusive de editadas y prontas, decidimos postergar. A menudo, era demasiado la presión emocional de la temática tratada, como para volver siquiera a leerlas. Nos ha pasado con más de una.

Una de ellas es ésta, con el Dr. Ricardo Najman, una de esas personas que uno sabe que está abocado a lo que siente como una misión. 

En estos tiempos en los que el mundo parecer haber perdido su brújula, poniendo continuamente a Israel en el banquillo de los acusados, adoptando cualquier mentira demonizadora inventada por la organización terrorista Hamas , decidimos publicarla. Para recordar por qué Israel lucha para destruir a Hamas.

 

P: Ricardo, en el marco de tu trabajo como médico forense, de las autoridades del Instituto de Medicina Forense, una de tus responsabilidades fue examinar a los secuestrados que volvieron. Sin atentar contra su privacidad, ¿qué podés contar sobre lo que viste?

R: Si tuviera que hacer hincapié en un común denominador de las últimas revisiones hay que decir que son personas que han vivido un infierno, literalmente, donde han sido privados de todas las cosas básicas necesarias desde el punto de vista de higiene, comida. El  maltrato psicológico es impresionante de entender, hoy vivís, mañana no, así que pensá en tus últimos momentos…

 

P: Te han contado que les dijeron cosas así.

R: Sí, sí, realmente sí. El terror psicológico que ejerce Hamás no solamente sobre nosotros, básicamente con las personas que están secuestradas, es tétrico, es increíble, y hay mucha gente que no tiene la solvencia psicológica… o la fortaleza como para seguir adelante. Hay personas que han pensado en poner fin a su vida, que no era  vida. Eso es lo más sobresaliente de todo esto. La privación de las comidas, de la exposición al sol, con problemas de faltas de vitaminas, son otros ejemplos. Y algo que se ve es el proceso que va por dentro. No hay que ni explicarlo siquiera. Al salir los vemos  con una gran sonrisa, y físicamente parecen dentro de todo bien a pesar del tiempo que estuvieron secuestrados, pero el proceso va por dentro. El hecho de ver a una persona sonriente, eufórica por volver con su familia, un poco cubre todo lo mal que han estado, que están ahora y que van a estar. 

 

P: Aunque pueden estar sonrientes cuando vuelven, tenés claro que pueden volver a caer.

R: El nivel de adrenalina que tienen las personas en ese momento, en el cual están siendo liberadas y están con sus familias,  obviamente hace que estas personas vivan un estado de euforia, que no es que sea verdadero. Lo es, pero básicamente por un proceso lógico de haber liberado. Cuando la adrenalina baje y se den cuenta de la otra realidad, de todo lo que perdieron durante un año y pico y todo de lo que fueron privados, ahí van a empezar a entender lo que están pasando y hay que tener mucho más cuidado. 

 

P: Hablaste antes de la fortaleza de cada uno.¿Hay aspectos que dependen del carácter de cada uno, la personalidad, el encare ante la vida, o hay cosas que ineludiblemente saltan, por más fuerte que seas?

R: Yo no soy psicólogo ni psiquiatra, pero uno entiende en el tema de alguna manera. Siempre hay una cuestión de individualidad, uno es un individuo en todo sentido, y la forma de afectar a cada una de las personas, la forma en que cada una va a salir adelante, si van a querer recibir ayuda o entender que la necesitan, es muy distinta. Obviamente hay personas que van a estar en un período de euforia mucho más prolongado, otras por tiempos más cortos, indefectiblemente siempre la parte psicológica está afectada, en mayor o menor medida. La cuestión es cómo cada uno se va a dar cuenta, en qué momento y si tiene la suficiente conciencia para pedir ayuda. 

 

P: Y me imagino que mucho depende al marco familiar al que vuelven. Salió Eli Sharabi  y se enteró acá de que sus dos hijas y su esposa habían sido asesinadas. Otro se entera de que su esposa murió… me imagino que su situación es muy distinta, en principio, casi por definición, que la de uno que salió, con duros problemas, pero con un un entorno familiar hermosísimo. 

R: En principio sí, supuestamente. Es como si una persona va a estar más expuesta a un accidente mortal subiéndose a una moto o conduciendo en un auto. De cualquier manera el entorno, más allá de su núcleo familiar, puede también influir en un tratamiento posterior y una cuestión de que se salga de eso. Pero es muy individual. 

 

P: ¿Qué cosas destacarías de los horrores que pasaron en cautiverio?

R: Volviendo a lo que te decía antes, una de las cosas es el terror psicológico, son muy duchos en eso los del Hamás. Terror psicológico atroz. Otra de las cosas que se puede “retratar” de las situaciones que pasan es la privación de la higiene, de una alimentación normal, de una dieta normal, básica, elemental. Hubo una decisión de alimentar de golpe uno o dos días antes de liberarlos, eso es algo que cuentan todos. El problema es que les puede traer un shock impresionante que puede ser muy perjudicial para esas personas. 

 

P: Hay que tener mucho cuidado en cómo vuelven a comer.

R: Totalmente, para poder recuperar el peso, la dieta básica de una persona, no se puede hacer lo que les hacen, a propósito, dos o tres días antes de liberarlos. Eso puede ser totalmente nocivo.

 

P: ¿Hubo también torturas explícitas físicas?

R: En líneas generales, sí, quizás no lo que uno hubiera pensado o lo que hubieran comentado en un principio, pero sí, hay. 

 

P: ¿Podés dar algún ejemplo?

R: Producir quemaduras en alguna parte del cuerpo, dejar sin ropa, tener mucho tiempo maniatados… La tortura es el hecho también de que no tengan un lugar donde hacer sus necesidades y si no hay lugares normales para hacer sus necesidades muchas de las personas van a hacerlas en un lugar donde estás conviviendo, en una supuesta habitación, en un nicho de un metro por un metro, eso es terrible desde todo punto de vista, de salubridad, de lo que uno ve, de lo que uno siente en ese momento. El hecho de no tener la mínima privacidad para estar con uno mismo en ese momento, que es muy muy privado, el sentarse a hacer sus necesidades. 

 

P: A los que revisaste cuando volvieron a fin de noviembre del 2023 ¿los has seguido o es solo el encuentro al principio?

R: Básicamente es el encuentro al principio y hay cuerpos especialistas de lo que sería salud mental que los siguen, nosotros terminamos en ese momento. A menos que nos llamen para contar cosas, ellos tienen su seguimiento por la parte de salud mental. 

 

El futuro junto a Gaza ¿Es posible?

P: Nunca hablamos de política, yo no sé qué pensabas antes del 7 de octubre y qué pensás al haber visto a los secuestrados cómo vuelven del cautiverio…Siempre pensé ue la mayoría de los palestinos deben querer lo que yo quiero para mis hijos, pero no son la voz cantante. Después del 7 de octubre estoy segura de que no todos son terroristas pero no estoy segura de que sean la mayoría. Por ese lado, ¿cómo lo ves?

R: Yo no sé si es la mayoría, y muchas veces hay que pensar que las masas se arrastran por un movimiento, por una inercia. No sé si hay muchos o pocos, sé que hay que tratar de diferenciar entre aquellas personas que pueden dar una mano para poder ir juntos hacia adelante, hay que tratar de saber, de diferenciarlos, de separarlos. Pero está claro que  Hamás no puede seguir en el lugar en el que está, por muchas razones, muchísimas, pero encima por eso, porque Hamás es un grupo terrorista que infunde miedo. Y yo estimo que hay gente en todas partes, incluso entre los palestinos, que lo único que quieren es vivir. Entonces, hay que tratar de identificar a esas personas como para tratar de ir junto con ellos, y el resto, bueno, que no estén, directamente.

 

 

Un horror personal

P: ¿Cómo resumís hoy lo que viviste el 7 de octubre?

R: Fue de terror, fue lo impensable, lo incomprensible. Dentro de toda esta maldad y todo lo que fue, fue también mucho aprendizaje, mucha introspección…

 

P: ¿En qué sentido?

R: En todo, en lo que es la vida, en cómo la vida se da, en cuáles son las cosas más importantes, en cómo decidir qué hacer con algunos aspectos de tu vida. Una lección de vida pero con lo peor y lo peor del sufrimiento. Yo también tengo un dolor muy cercano. El hijo de un primo de mi familia fue asesinado en la fiesta de Nova, el hermano de una íntima amiga mía también, el papá de un amigo de mi hija, también, o sea que te da muy duro por muchos puntos.

 

P: A todos les tocó por algún lado. 

R: Sí. 

P: Pero aparte de tu trabajo mismo, como forense, me pregunto cómo describís la singularidad de lo que pasó… es que ya tenías experiencia de ver víctimas del terrorismo.

R: Pero esto es distinto, esto fue una masacre, fue realmente ver el lado más oscuro del ser humano, el más oscuro, negro, terrible, de lo que un ser humano puede hacer. El ensañamiento, el odio extremo para con un ser vivo. Y le pasó a este pueblo. 

 

P: No fue “solo” matar, fue torturar también. 

R: Fue torturar, fue matar, fue mucho más que eso. Es el ensañamiento con un ser vivo, que aún sabiendo que está indefenso, que es un bebé, una anciana, una persona en silla de ruedas…

P: Todo eso lo viste, esos cuerpos. 

R: Sí. 

P: Bebés, gente lisiada…

R: Sí, totalmente, gente en silla de ruedas… ¿qué puede hacerte un bebé, una criatura de cinco años, de ocho o diez años, qué puede hacerte? Es el grado máximo de odio para con otro ser viviente. 

 

P: Vos decís de lo que es capaz de hacer el ser humano. Por un lado hay que entender que eso lo hicieron hombres, por otro lado no se merecen ser considerados seres humanos, ¿no?

R: Mira, yo creo que empezar a decir que no son seres humanos es un error… sí, son seres humanos que mostraron el lado más oscuro del ser humano. Porque no es alguien que no piensa, que no respira, es un ser humano, hay que llamar a la criatura por su nombre. Son seres humanos que no le dan ninguna importancia, ningún respeto, ni a la vida ni a la muerte, simplemente, nada más ni nada menos. 

 

P: ¿Qué me podés contar respecto del uso del terrorismo contra las familias enteras como arma?  

R: A las familias enteras en una primera etapa no las hemos visto y nosotros tenemos casos de extremo deterioro, entonces al principio no sabíamos quién era quién y uno lo maneja de una forma más alejada. 

 

P: En números, ¿te acordás? Cuántos cuerpos revisaste, cuánto duró…

R: Es que no se trata de cuántos cuerpos uno revisó, se trata de cuántas partes de cuerpos, porque estamos hablando de más de 8.400 partes de cuerpos que revisamos para poder dar la identificación, de juntar partes de cuerpos para dar identificaciones. 

 

P: Y quedaron partes sin unir, me supongo. 

R: Pocas partes quedaron sin unir, pero estaban absolutamente deterioradas, de una forma que ya era imposible de reconocer. Las cremaciones fueron las que hicieron…

 

P: ¿Cuánto tiempo duró todo ese trabajo?

R: Meses… Toda la cuestión de la identificación tardó… algo así como ocho meses, más o menos, para hacer la identificación del 100% de los cuerpos. Y todo lo que hicimos, lo llevará conmigo para siempre.

 

 

La vida después de ser testigo del horror

P: Vos tenés hijos. ¿Cómo se sigue la vida familiar después de haber visto esas cosas? 

R: Estar más juntos, más unidos, darle mucha más importancia a la familia. Para mí es lo más importante del mundo, pero alguna que otra vez uno está más en su trabajo, pero hoy por hoy no, nada que ver, no es que no me interesa el trabajo sino que me interesa mucho más la familia, darle el lugar primordial que tiene, y lo otro viene más a consecuencia de. Besar más, decir te quiero, permitirte darle a tus hijos cosas que a lo mejor te privarías de dárselas antes por una cuestión de cultura o de enseñanza… no, ya está, comé otro helado, comete otro alfajor, mañana no va a comer y ya está. Hoy estaba acá abajo antes de entrar a esta reunión y vi a un padre con tres hijos, los miré pensando decirles: disfruten, porque uno no puede saber lo que puede pasar acá o afuera. Un atentado terrorista, la masacre esta… uno no sabe, disfrutalo, abrazalo, que digan “papá, no me jodas”, no importa, hoy por hoy… muchas veces mi hija de 7 se viene a nuestra cama, el nene de 3 años viene a la cama y mi mujer, pobre, se despierta y no puede dormir. Yo los abrazo, uno de cada lado, no me importa, si no voy a dormir porque me patean o lo que sea, no me importa, al contrario, me hace sentir vivo y darle vida a ellos es lo más importante. 

 

P: No tengo palabras Ricardo. Mil gracias.

R: A vos.

Ana Jerozolimski
(06 Agosto 2025 , 12:56)

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