A Jorge Jesús lo conocimos hace muchos años en Paysandú, una noche emotiva en el edificio de la comunidad judía al que fui agradecida por habérseme invitado a una conferencia sobre la realidad israelí. Era uno de los varios amigos no judíos de la colectividad judía sanducera que se hicieron presentes en aquella instancia por invitación del querido David Fremd, de bendita memoria, siempre abocado a la actividad comunitaria con pasión.
Jorge, poeta y escritor, estaba con su termo y el mate bajo el brazo, y esa imagen me la llevé conmigo para siempre.
Desde aquel encuentro le mando la edición impresa del Semanario Hebreo, ya que era evidente no sólo su amor por Israel sino también su admiración y cariño por el pueblo judío.
Casi todas las semanas, al recibir el Semanario Hebreo, Jorge me comenta algo. Es notorio que lee, que presta atención a las notas. Siempre tiene palabras de aliento a Israel y de condena a sus enemigos.Y también reconocimiento de nuestro trabajo. Cuando digo, como suelo hacer, que Israel no está solo- a pesar del aumento del antisemitismo y las condenas injustas en el mundo- una de las imágenes que me vienen a la cabeza es la de Jorge Jesús, allí lejos, en la heroica, pero siempre cerca.
En el número de este jueves 21 de agosto había varias páginas sobre el conflicto en torno a la decisión del gobierno de congelar la Oficina de Innovación de Uruguay en Jerusalem y evidentemente también otros temas relacionados a los desafíos con los que lidia hoy Israel. Uno de los aspectos a los que me refería era cómo la maquinaria de propaganda palestina trataba de invadirlo todo también en Uruguay.
Jorge, con su estilo siempre poético, me escribió:
“Gracias Ana por alcanzarnos con las largas manos de la verdad de tu oficio periodista de un pueblo maravilloso. Sí, es maravilloso vivir el futuro de aquellos tiempos y sostener al único estado judío del mundo. Es del mundo, por eso significa humanidad. Hoy podemos sostener las banderas antiterroristas que nos quieren pintar la cara pero no pueden aquí. Hace un bicentenario que hay palabras de independencia y de fraternidad. SOY LA PALABRA LIBERTAD DE VIVIR Y LUCHAR CONTRA EL ANTISEMITISMO, AQUÍ Y AHORA, AUNQUE ME RECOMIENDEN PARA EL TRIBUNAL DE ÉTICA DE LA FUERZA FA. Soy una bandera viva aquí y ahora contra el terrorismo y la obsecuencia ante los ignorantes que abundan. Un abrazo”.
Su apoyo es constante pero tal contundencia, aún viniendo de este conocido y firme amigo, me impactó. Le pregunté a Jorge si me permite reproducir sus palabras. Si quizás quisiera que lo haga sin su nombre, poniendo sólo algo así como “amigo sanducero no judío”. Y esta fue su respuesta:
“Ana, mis palabras siempre las publico con mi nombre. Y se pueden publicar y con mi firma. Sin Israel no hay humanismo. Ayer no pudieron defenderse y nació igual el estado en el concierto mundial. Hoy se defiende el futuro en el espejo de Jerusalén”.
Su única preocupación era que revise la sintaxis antes de reproducir sus palabras.
Gracias amigo por recordarme siempre que no estamos solos.